Una tragedia nacional: el devastador impacto de las inundaciones en el Campamento Mystic en Texas
Más de 100 muertos, decenas de desaparecidos y dolor colectivo tras el desastre natural que arrasó un icónico campamento cristiano en el sur de Estados Unidos
Un campamento convertido en epicentro del dolor
Lo que debía ser una tradicional y festiva semana de verano en el Campamento Mystic, ubicado a orillas del río Guadalupe en Hunt, Texas, se transformó en un escenario de tragedia nacional luego de que una inundación relámpago arrasara con las instalaciones en la madrugada del 4 de julio de 2025. Los hechos causaron más de 100 víctimas mortales, entre ellas al menos 27 niñas y monitoras del campamento, mientras que otras once personas siguen desaparecidas.
Un desastre sin precedentes
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, ofreció una declaración profundamente emotiva durante una reunión del gabinete en la Casa Blanca, destacando la magnitud de la tragedia: “Los padres estaban recogiendo los animales de peluche de sus hijas enlodados, encontraban un zapato en una cabaña… fue desgarrador”.
Esta catástrofe ha conmocionado al país y ha demostrado la fuerza devastadora de la naturaleza. Según el Servicio Meteorológico Nacional, el área recibió más de 203 mm de lluvia en apenas 6 horas. Una muralla de agua descendió por el cauce del río Guadalupe, arrastrando cabañas, vehículos y vidas humanas a su paso. Algunos sobrevivientes fueron encontrados aferrados a árboles, mientras las labores de rescate continúan contrarreloj.
FEMA entra en acción
La magnitud del desastre ha obligado incluso al Gobierno federal a replantearse algunas de sus políticas. El presidente Donald Trump, quien anteriormente había planteado la posibilidad de reducir el presupuesto de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA), evitó mencionarlo en su comparecencia ante medios, afirmando en cambio que él y la primera dama visitarían la zona afectada. “Este no es momento para divisiones, sino para servirnos los unos a los otros”, dijo Noem.
La ayuda de FEMA se ha manifestado en la entrega de suministros esenciales, apoyo logístico y coordinación en las labores de rescate y recuperación. Noem subrayó: “Eso es exactamente lo que hicimos aquí en esta situación”.
Crisis climática en aumento
Este tipo de eventos no pueden separarse de la creciente tendencia de eventos climáticos extremos. Según un informe de la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) emitido en 2024, el número de eventos de inundaciones repentinas ha aumentado casi un 50% en la última década en el sur de los Estados Unidos.
Además, Texas experimentó en 2021 uno de los inviernos más fríos de su historia con cientos de fallecidos y millones de personas sin energía eléctrica. En 2023, Houston sufrió lluvias torrenciales más severas que las registradas durante el huracán Harvey. La tragedia en Camp Mystic parece ser el último eslabón en una cadena que no deja de crecer.
Impacto emocional y espiritual
El Campamento Mystic no es solo un lugar recreativo; es una institución con más de 100 años de historia que ha marcado la infancia de generaciones en Texas. Con un enfoque cristiano, el campamento ofrecía talleres bíblicos, actividades al aire libre, construcción de comunidad y formación de valores. Para muchas niñas, era el sitio donde pasaban los mejores veranos de su infancia.
“Es imposible no quebrarse viendo el dolor en los ojos de esos padres,” comentó un pastor local. “No se trata solo de una pérdida física, sino también espiritual y emocional”.
De hecho, comunidades religiosas en todo el país han iniciado cadenas de oración, vigilias y recolectas para apoyar a las familias damnificadas. El mensaje de unidad y consuelo predomina sobre cualquier otra narrativa.
¿Qué se pudo haber hecho?
Muchos se preguntan si esta tragedia pudo haberse evitado. Expertos en climatología argumentan que la velocidad de propagación de la inundación fue inusitada, dejando poco margen de reacción. Pero también apuntan a la falta de infraestructura de alerta temprana y sistemas modernos de evacuación.
“Las campamentos costeros, especialmente los situados a lo largo de cauces naturales como el río Guadalupe, deben contar con protocolos de respuesta para emergencias meteorológicas extremas”, dice el ingeniero ambiental Luis Serrano. “El lugar cuenta con estructuras antiguas que simplemente no estaban diseñadas para un fenómeno de esta escala”.
Críticas y solicitudes de responsabilidades
La presión pública ha comenzado a aumentar hacia las autoridades locales y estatales responsables de conceder licencias a este tipo de instalaciones. ¿Por qué se permitió la operación del campamento cuando el pronóstico meteorológico alertaba de lluvias intensas? ¿Hubo errores en los procedimientos de evacuación?
Según registros oficiales, las alarmas fueron emitidas por el Servicio Meteorológico Nacional a las 00:30 h del 4 de julio, pero el campamento fue arrasado cerca de las 03:00 h. Muchos consideran que ese margen de tiempo era suficiente para al menos iniciar una evacuación parcial.
Una revisión profunda de los protocolos de seguridad en centros vacacionales de este tipo parece ahora inminente.
Solidaridad nacional
Los esfuerzos de rescate y recuperación han unido a militares, civiles, bomberos, organizaciones comunitarias y voluntarios. Imágenes de jóvenes cargando troncos enlodados, equipo de rescate en helicópteros, y padres abrazando con desesperación alguna prenda rescatada del lodo han conmovido profundamente a los ciudadanos.
Una historia que ha generado gran empatía es la de Avi Santos, un joven de 23 años de San Antonio que ingresó a las aguas del río para ayudar en la recuperación. “No podía quedarme en casa sabiendo que había niñas desaparecidas”, comentó. Santos fue uno de los primeros en encontrar objetos pertenecientes a las acampantes.
Camp Mystic: ¿un adiós definitivo?
La estructura del campamento ha quedado completamente devastada. Varios edificios han perdido paredes enteras, los caminos de tierra están erosionados y las cabañas fueron arrastradas hasta cientos de metros fuera del lugar. Muchas familias han pedido que el campamento no vuelva a abrir y que se construya un memorial en honor a las víctimas.
Hasta el momento, la dirección del Campamento Mystic —cuya administración es privada— no ha emitido una decisión definitiva.
Un llamado al cambio
La tragedia de Camp Mystic no debe ser sólo un dato más en las estadísticas de desastres naturales. Es un grito fuerte que nos enfrenta cara a cara con nuestra vulnerabilidad ante el cambio climático y la falta de planificación ante eventos extremos.
En palabras de Noem: “Fueron cientos los que sobrevivieron. Doy gracias a Dios por ello. Pero también debemos preguntarnos cómo podemos evitar que esto vuelva a suceder”.
Mientras los equipos de rescate siguen buscando a las personas desaparecidas, Estados Unidos reflexiona sobre el título más importante que un país puede ganar: el de la solidaridad frente a la adversidad.