Incendios, olas de calor y crisis climática: el precio humano del calentamiento global en Europa

Más allá de las estadísticas: ¿cómo el cambio climático está transformando desastres naturales en tragedias evitables?

Marseille, julio de 2025. Una escena apocalíptica empañó el azul del Mediterráneo cuando una columna de humo gris comenzó a alzarse detrás de los edificios en La Castellane, uno de los distritos más densamente poblados de esta histórica ciudad portuaria. El fuego, avivado por vientos estivales y una sequía abrasadora, alcanzó niveles alarmantes y dejó un saldo de 110 personas heridas, más de 720 hectáreas arrasadas y la evacuación de miles de residentes.

Un incendio de dimensiones extraordinarias

El origen del fuego se dio en las cercanías de Les Pennes-Mirabeau, pero las llamas rápidamente se dirigieron hacia Marsella, impulsadas por fuertes ráfagas de viento y un calor inusualmente intenso para la temporada. La prefectura calificó el incendio como “particularmente virulento”. Más de 1.000 bomberos fueron desplegados en un intento desesperado por contener las llamas que amenazaban con engullir sectores urbanos del norte de la ciudad.

Entre las principales consecuencias inmediatas: vuelos cancelados, tráfico ferroviario interrumpido y una orden de confinamiento que afectó a decenas de miles de ciudadanos. El alcalde Benoît Payan llegó incluso a declarar en France-Info que se encontraban en “una regresión neta del fuego”, aunque advirtió que la amenaza no había sido completamente erradicada.

Una Europa en llamas

Este episodio no es aislado. El sur de Francia ha registrado varios incendios en los últimos días. Uno particularmente grave en el departamento de Aude ha consumido más de 2.000 hectáreas y continúa activo. Pero estos no son fenómenos simplemente fortuitos de la naturaleza. Según un estudio reciente del Imperial College de Londres y la London School of Hygiene and Tropical Medicine, el cambio climático antropogénico ha hecho que las olas de calor sean más letales y frecuentes que nunca antes en la historia moderna.

1.500 muertos por el calor: una estadística que conmueve

El estudio reveló que, durante la ola de calor entre el 23 de junio y el 2 de julio de 2025, al menos 2.300 personas murieron en 12 grandes ciudades europeas, y 1.500 de esas muertes fueron causadas directamente por el cambio climático inducido por el ser humano. En palabras de la climatóloga Friederike Otto, coautora del informe: “esas 1.500 personas solo murieron por el cambio climático; no habrían muerto de no haber sido por nuestra quema de petróleo, carbón y gas”.

Los investigadores combinaron modelos climáticos con estudios epidemiológicos para comparar el impacto de las temperaturas elevadas con un escenario hipotético sin el aporte humano al calentamiento global. En ciudades como Milán, Barcelona y París, las temperaturas se elevaron entre 2 y 4 grados Celsius por encima de los valores normales, lo que aumentó exponencialmente la mortalidad en personas mayores de 75 años.

Muertes invisibles: el costo real de las olas de calor

Uno de los problemas principales es que muchas muertes por calor no se registran como tales. Según el bioestadístico Gary Konstantinoudis, también coautor del estudio, “el impacto real del calor sobre la salud es difícil de medir porque no aparece como causa principal de muerte, sino como complicación de enfermedades cardíacas, pulmonares u orgánicas”.

La mayoría de las 1.500 muertes atribuidas al cambio climático fueron en la población más vulnerable: personas mayores de 75 años. Es un recordatorio escalofriante de cuán frágiles son nuestros cuerpos frente a las mutaciones térmicas cada vez más intensas del planeta.

Un incendio que resume la tragedia de Europa

El incendio de Marsella es, en muchos sentidos, una metáfora literal. Como si la tierra misma manifestara físicamente el problema de fondo: un mundo que arde, no solo en sentido ambiental, sino también sociopolítico. Porque el cambio climático no es solo ecológico, es también humanitario, y sus consecuencias están matando a miles en silencio cada año.

En 2021, otro estudio reveló que por cada grado Celsius adicional de temperatura promedio, Europa registra 18.547 muertes adicionales debido al calor en verano. Y aunque estas cifras ya eran alarmantes, han sido confirmadas ahora con modelos más precisos.

¿Se pueden evitar estas tragedias?

La respuesta de los científicos es clara: . La solución pasa por reducir masivamente el uso de combustibles fósiles. De hecho, la doctora Courtney Howard, presidenta de la Global Climate and Health Alliance, afirma que “estudios como este nos hacen ver que reducir el uso de combustibles fósiles es también una forma de brindar atención médica”.

No se trata solo de proteger el medio ambiente, sino de preservar vidas humanas. Cada fracción de grado que no dejamos subir al planeta evita miles de muertes, enfermedades respiratorias, daños a ecosistemas y pérdidas económicas incalculables.

Desde Marte hasta Marsella: la urgencia de actuar

Mientras científicos comparan el aumento de temperatura de ciudades como Londres, París o Roma con lo que habría ocurrido en un mundo sin gases de efecto invernadero provocados por actividades humanas, los ciudadanos aún comparten selfies con termómetros de calle que marcan más de 43°C.

El meteorólogo Ben Clarke lo resumió de forma contundente: “las condiciones climáticas que antes eran cálidas ahora son mortales”. Y no se requiere una película distópica de Hollywood para verlo. Está ocurriendo aquí, ahora, delante de nuestras casas, con nuestros abuelos y con nuestros hijos.

Entre agua y fuego: el futuro inmediato

La imagen ya se encuentra en nuestra retina: aviones cisterna arrojando agua sobre los cerros próximos a Marsella, voluntarios evacuando ancianos en sillas de ruedas, humo que cubre el cielo mientras médicos atienden casos de inhalación de humo y golpes de calor.

Si no lo detenemos, será nuestro pan de cada verano. Las preguntas urgentes hoy no son técnicas, sino políticas y sociales. ¿Están los gobiernos realmente comprometidos con el Acuerdo de París? ¿Está la ciudadanía dispuesta a transitar hacia energías limpias pese al costo inicial?

Estudios como el del Imperial College nos presentan más que estadísticas: nos confrontan con nuestra humanidad, nuestras prioridades y nuestro legado. Porque cada grado cuenta, y cada vida también.

Fuentes utilizadas

  • Imperial College London – Rapid Attribution Study 2025
  • London School of Hygiene and Tropical Medicine
  • France-Info – Entrevista con el alcalde Benoît Payan

Foto destacada: Humareda en el distrito de La Castellane, Marsella, Francia, durante el incendio del 8 de julio de 2025.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press