India paralizada: el pulso entre los trabajadores y las reformas económicas de Modi

Una huelga nacional liderada por sindicatos y trabajadores rurales desafía las políticas de privatización del gobierno indio

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Una jornada de protesta sin precedentes

El 9 de julio de 2025, India despertó sumida en una paralización masiva. Cientos de miles de trabajadores, campesinos y sindicalistas respondieron al llamado del Bharat Bandh, que significa literalmente “Cerrar India”, una huelga nacional contra las reformas económicas y laborales impulsadas por el primer ministro Narendra Modi. Las imágenes desde Nueva Delhi, Kolkata, Mumbai y otras ciudades muestran una nación dividida entre los intereses de desarrollo económico del gobierno y las exigencias básicas de protección laboral.

¿Qué exigían los trabajadores?

Los sindicatos convocantes —una coalición de al menos diez organizaciones de trabajadores formales y rurales— presentaron una serie de demandas contundentes:

  • Detener la privatización de empresas estatales como bancos, aseguradoras y unidades industriales estratégicas como las refinerías y las minas de carbón.
  • Eliminar la implementación de nuevas leyes laborales que, aunque prometen simplificar procesos, son vistas como un atentado a los derechos históricos de los trabajadores.
  • Aumento salarial y el fortalecimiento de la seguridad social.
  • Rellenar las vacantes en el sector público, que se han ido acumulando por años mediante la paralización de contrataciones.
  • En el caso del sector agrícola, se exige un precio mínimo garantizado más alto para cultivos como arroz y trigo.

Un país detenido

El impacto fue significativo. Según informes del Centre of Indian Trade Unions (CITU) y de la All India Trade Union Congress (AITUC), hubo paralizaciones completas en la minería del carbón en estados clave como Jharkhand y Chhattisgarh. Rutas ferroviarias y carreteras nacionales fueron bloqueadas en Bengala Occidental, Tamil Nadu y Kerala.

En estados como Odisha, el tráfico fue totalmente interrumpido; y en Kerala, escuelas, oficinas y comercios cerraron por completo. En Tamil Nadu, el vocero sindical A. Soundararajan reportó que más de 30.000 trabajadores fueron detenidos durante las manifestaciones.

Privatización versus proteccionismo social

El conflicto se sitúa en el corazón de la transformación neoliberal que promueve el gobierno de Modi. Desde su llegada al poder en 2014, ha promovido una política de liberalización económica que incluye:

  • Millonarios incentivos fiscales para atraer inversión extranjera directa.
  • La desregulación del mercado laboral con nuevas leyes —aprobadas en 2020—, que reducen la carga sobre los empleadores en contrataciones y despidos.
  • Un plan agresivo de desinversión pública para reducir el déficit fiscal, que incluye la venta de industrias como Air India, el Life Insurance Corporation (LIC) y varias entidades petroleras.

Las autoridades aseguran que estas reformas son necesarias para modernizar el país, fomentar el empleo formal y convertir a India en una fábrica global, rivalizando con China y otras potencias asiáticas.

La gran paradoja india

Pero hay una contradicción fundamental: mientras Modi quiere presentar a India como un “tigre asiático” emergente ante el mundo, la mayoría de su fuerza laboral —más del 80%— está en el sector informal, sin acceso a seguros, pensiones o contratos laborales formales (fuente: Organización Internacional del Trabajo).

El profesor Jean Drèze, economista especializado en desarrollo, ha señalado en múltiples ocasiones que “India se encuentra en una situación esquizofrénica. Por un lado, promueve el capitalismo de élites; por otro, descuida las necesidades básicas de sus trabajadores, que son la columna vertebral de su desarrollo.”

El sector agrícola, en pie de guerra

El Bharat Bandh también fue respaldado por los sindicatos agrícolas, quienes aún arrastran la desconfianza generada por las polémicas leyes agrícolas de 2020, derogadas en 2021 después de masivas protestas que duraron más de un año y que se saldaron con al menos 700 muertes según fuentes independientes.

Los agricultores ahora demandan la garantía legal de precios mínimos de soporte (MSP) para protegerse de la volatilidad del mercado, una medida que el gobierno ha evitado implementar.

¿Una estrategia electoral velada?

Algunos analistas ven la huelga como parte de una estrategia más amplia para erosionar la imagen de Modi antes de las elecciones generales de 2026. “El Bharatiya Janata Party (BJP) sigue siendo popular, especialmente en la India rural,” comenta Nidhi Razdan, periodista y exeditora de NDTV. “Pero estos focos de descontento pueden empezar a multiplicarse, especialmente si el crecimiento económico no llega con justicia.”

El silencio del gobierno

Pese al impacto nacional de la huelga, el gobierno no ha emitido comunicados oficiales. Como ha sido costumbre, las autoridades minimizan los alcances de las protestas y sostienen que los beneficios a largo plazo de sus reformas sobrepasan los costos coyunturales.

El vocero del BJP, Sambit Patra, declaró en medios locales que “los sindicatos están siendo manejados por partidos de izquierda que buscan frenar el progreso económico del país.” Una narrativa que, sin embargo, pierde peso ante imágenes de trenes detenidos, comercios cerrados y una sociedad exhausta de promesas incumplidas.

¿Un punto de inflexión?

La protesta del Bharat Bandh no es un hecho aislado. Se inscribe dentro de un creciente arco global de movilización contra reformas neoliberales. Casos como los de Francia contra la reforma de las pensiones, o las marchas de trabajadores en América Latina contra el alza del costo de vida, muestran que hay un nuevo despertar de las luchas obreras y campesinas a nivel mundial.

India, con 1.400 millones de habitantes, no puede permitirse ignorar estos clamores sin pagar un alto precio político y social.

Una frase para la historia

“El gobierno pretende amordazar a los trabajadores bajo el nombre de ‘facilidad para hacer negocios’”, denunció Amarjeet Kaur, secretaria general del All India Trade Union Congress, en uno de los discursos más replicados del día. “Pero no somos sólo engranajes en su máquina de crecimiento. Somos seres humanos con derechos.”

El futuro de las reformas: ¿diálogo o imposición?

La huelga ha dejado claro que existen dos visiones irreconciliables del desarrollo en India: una que prioriza la inversión, la eficiencia y las estadísticas macroeconómicas; y otra que exige inclusión, justicia social y trabajo digno.

¿Podrá Modi encontrar un punto de equilibrio entre ambas? ¿O seguirá apostando por un modelo que genera riqueza pero también desigualdad?

De la respuesta a estas preguntas dependerá no sólo su legado, sino también la estabilidad de la democracia más grande del mundo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press