Las segundas oportunidades en la MLB: ¿redención o nostalgia vacía?

Del regreso de Tyler Glasnow y Dallas Keuchel a los altibajos de Alexis Díaz: exploramos el vaivén de las carreras en las Grandes Ligas

Una liga de oportunidades… y revanchas

La temporada 2024 de las Grandes Ligas sigue mostrando que el béisbol, como la vida, es cíclico. Regresos inesperados, momentos de gloria pasados y caídas dolorosas marcan el presente de varias figuras conocidas. Esta semana, los ojos han estado puestos en nombres como Tyler Glasnow, Alexis Díaz y Dallas Keuchel, tres peloteros con recorridos distintos que enfrentan una nueva etapa en sus carreras.

¿Puede un regreso a las Grandes Ligas significar una redención? ¿Hasta qué punto pesan los logros del pasado frente al presente? En esta columna de opinión, reflexionamos sobre la forma en que las franquicias y los fanáticos lidian con la memoria, la paciencia y las esperanzas rotas —o renovadas— de sus jugadores.

Tyler Glasnow: vuelve el as que nunca pudo asentarse

Tyler Glasnow regresó este miércoles al montículo para los Los Angeles Dodgers, luego de una ausencia desde el 27 de abril debido a inflamación en el hombro. Su vuelta coincidió con una necesidad apremiante para su equipo, líder del Oeste de la Liga Nacional pero arrastrando una racha de cinco derrotas. La presión era alta.

Con apenas cinco aperturas en lo que va de temporada, Glasnow había acumulado una marca de 1-0 con efectividad de 4.50. Aunque estos números no son impresionantes para un abridor de su calibre, la expectativa sigue siendo elevada. Después de todo, el derecho de 31 años ha sido visto durante largo tiempo como un talento con potencial élite, aunque su historial de lesiones lo ha perseguido insistentemente desde sus días con los Rays.

Como bien señala MLB.com, Glasnow ha lanzado más de 120 entradas en una sola temporada solo una vez en su carrera (2023), lo cual resalta su fragilidad física. Su sólida mecánica y estatura intimidan, pero su cuerpo ha sido su mayor obstáculo.

Alexis Díaz: De All-Star a la cuerda floja

Mientras Glasnow regresaba, otro lanzador tomaba el camino inverso. Alexis Díaz, adquirido desde los Cincinnati Reds el pasado 29 de mayo en un intercambio por el prospecto Mike Villani, fue descendido a ligas menores apenas un día después de ser llamado al equipo grande.

Díaz es, en papel, un cerrador confiable. Entre 2022 y 2024, acumuló 75 salvamentos con los Reds y fue nombrado All-Star en 2023. Además, su conexión genética impresiona: es el hermano menor del estelar cerrador Edwin Díaz, de los Mets. No obstante, en 2024 el cuento ha cambiado drásticamente.

Luego de comenzar el año en la lista de lesionados con una distensión en el tendón de la corva izquierda, regresó con problemas de control evidentes. En sus seis apariciones con Cincinnati antes del cambio, tenía una efectividad de 12.00. Ya con los Dodgers, fue enviado a Oklahoma City, donde su ERA se mantuvo en un altísimo 9.64.

“Los relevistas viven en un territorio muy inestable. Hoy eres héroe, mañana nadie te quiere en el bullpen”, comenta el ex cerrador y actual analista Trevor Hoffman.

Dallas Keuchel: el fantasma del Cy Young

En un movimiento nostálgico, los Kansas City Royals firmaron al veterano Dallas Keuchel a un contrato de ligas menores. El zurdo de 37 años apenas lanzó cuatro juegos en 2023 con Milwaukee y no ha sido un lanzador consistente desde 2019. Sin embargo, su pedigrí es intachable: un Cy Young en 2015, una Serie Mundial con Houston en 2017 y cinco Guantes de Oro.

En las últimas cuatro temporadas, Keuchel ha pasado por seis organizaciones y tiene un récord combinado de 4-10 con una ERA de 7.59. Y aún así, hay un equipo dispuesto a darle otra oportunidad.

“El liderazgo y la experiencia no se depuran con los números”, indicó el gerente general de los Royals, J.J. Picollo al anunciar su contratación.

¿Cuánto vale el pasado en MLB?

Este tipo de decisiones revela una fascinación constante de las franquicias por el "capital de nostalgia". La idea de que un jugador puede volver a encontrar aquella chispa que lo volvió brillante es tentadora. Para los clubes, es también una forma de mantener viva la esperanza sin comprometerse demasiado. Firmas de ligas menores o envíos temporales a Triple-A son formas baratas —pero vistosas— de tantear si aún hay algo que rescatar.

  • Glasnow representa el talento interrumpido por el cuerpo.
  • Díaz, la volatilidad del presente.
  • Y Keuchel, el eco de glorias pasadas que muchos no quieren dejar ir.

Pero, ¿qué tanto impacto pueden tener estas segundas (o terceras) oportunidades?

Casos emblemáticos del siglo XXI

No es la primera vez que un veterano intenta revivir su carrera o un jugador joven pierde el ritmo tras un éxito temprano. Aquí algunos casos contemporáneos:

  • Tim Lincecum: Dos veces Cy Young, fue dejado de lado por los Giants y probado por los Angels en 2016. Registró una ERA de 9.16 en nueve aperturas y no volvió más.
  • Bartolo Colón: Reapareció varias veces tras momentos bajos, incluso ganando 15 juegos con los Mets en 2016 a los 43 años.
  • Rich Hill: Su renacimiento en los Dodgers a mediados de la década de 2010 lo convirtió en uno de los lanzadores más valorados del mercado, pese a sus 38 años.

Los datos indican que, aunque son casos aislados, los retornos exitosos existen.

El valor intangible del regreso

Más allá de los números, estos movimientos revisten una carga emocional tanto para los jugadores como para los aficionados. Cada regreso implica resiliencia, trabajo duro y una autoestima férrea. Volver a tomar una pelota en el montículo de un estadio de Grandes Ligas es, para muchos, el resultado de meses (o años) de entrenamiento, terapia física y sacrificio personal.

Por eso, aunque Alexis Díaz no haya lanzado en su estancia con los Dodgers, ese llamado tiene un significado. Lo mismo con Keuchel, que a pesar de su rendimiento reciente, sigue luchando.

Pero ¿cuándo se convierte esa nostalgia en un obstáculo para la evolución del equipo?

Las decisiones difíciles: cortar o esperar

Los equipos de MLB enfrentan un dilema constante: apostar por los jóvenes con potencial incierto o intentar rescatar veteranía experimentada. Las estadísticas sabermétricas modernas tienden a favorecer a los nuevos talentos, que tienen menor desgaste físico y mayor margen de crecimiento. Sin embargo, la veteranía tiene un valor estratégico difícil de cuantificar.

Un bullpen con experiencia puede ser la diferencia entre clasificar o no en septiembre. Una rotación con un veterano sólido puede ayudar a manejar la presión de los playoffs.

La historia reciente lo ha demostrado:

  • En 2019, los Nationals resucitaron a Aníbal Sánchez, quien tuvo un impacto fundamental en su camino al campeonato.
  • En 2020, los Rays confiaron en Charlie Morton y casi ganan la Serie Mundial.

El éxito de estos jugadores alimenta decisiones como la de Keuchel o Glasnow, incluso cuando sus mecánicas o condiciones físicas no están en su pico.

En la cuerda floja

Cada vez que un lanzador como Glasnow regresa, un Alexis Díaz es enviado de vuelta a Triple-A. Así de cruda es la realidad en la élite del béisbol. Las oportunidades son limitadas y se rigen por el binomio tiempo-rendimiento. No alcanza con haber sido una promesa o con tener un hermano en las Grandes Ligas. Hay que demostrarlo una y otra vez.

En un deporte que mide con precisión quirúrgica cada milésima de ventaja, la nostalgia rara vez tiene lugar. Pero cuando se abre una puerta —por mínima que sea—, todos quieren pasar por ella. Y quizás, en esa pequeña grieta, es donde mejor vivimos el drama humano del béisbol.

Porque al final, el juego de la pelota —como la vida— también va de eso: de saberse caído y volver a lanzar.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press