Inundaciones en Texas: tragedia, lecciones y una carrera contra el tiempo

Con más de 160 personas desaparecidas y decenas de muertes, las inundaciones en Hill Country desnudan la fragilidad de los sistemas de respuesta ante desastres en EE. UU.

Un desastre natural que dejó una profunda cicatriz en Texas

Texas está viviendo una de sus peores catástrofes naturales en los últimos años. Las devastadoras inundaciones que arrasaron la región de Hill Country han dejado al menos 120 muertos y 161 personas aún desaparecidas, según cifras actualizadas por las autoridades estatales. El epicentro del desastre ha sido el condado de Kerr, donde el histórico Camp Mystic, un campamento cristiano para niñas, fue arrasado por una feroz crecida del río Guadalupe.

¿Dónde están los desaparecidos?

La cifra de personas desaparecidas, aunque alarmante, puede ser engañosa. Después de una tragedia de esta magnitud, es común que los listados iniciales estén inflados por duplicaciones, errores de comunicación y reportes múltiples. Casos como el del incendio Camp Fire en California (2018), donde la cifra inicial de desaparecidos superaba los 1,300 pero terminó en menos de 100 fallecidos confirmados, ilustran esta tendencia.

Freeman Martin, director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, confirmó que cientos de personas fueron reportadas como desaparecidas inmediatamente después de la inundación del 4 de julio. Sin embargo, muchos casos se resolvieron rápidamente al encontrarse a las personas sanas y salvas.

“No hay nada que celebrar todavía, pero sí muchísimo trabajo por hacer”, dijo Martin en conferencia de prensa.

El reto de identificar a las víctimas

Uno de los grandes desafíos en este tipo de desastres es verificar quién está realmente desaparecido. Jonathan Lamb, de la policía de Kerrville, pidió a la ciudadanía informar si alguien previamente reportado ha sido localizado. El objetivo: mantener un conteo lo más preciso posible.

“Pónganse en los zapatos de una familia preocupada. ¿Su ser querido realmente fue víctima del desastre o simplemente perdió el celular?”, reflexionó el sargento Juan Valencia, quien coordinó esfuerzos similares durante el incendio Tubbs de 2017 en California, donde más de 100 personas fueron inicialmente reportadas como desaparecidas.

Camp Mystic y la tragedia en la madrugada

El Camp Mystic, con más de cien años de historia, fue uno de los lugares más golpeados. Al menos 27 jóvenes campistas y consejeros perdieron la vida aquí. Las lluvias desbordaron el río Guadalupe en la madrugada, sorprendiendo a todos mientras dormían. Árboles caídos, autos volcados y toneladas de lodo obstaculizan los trabajos de rescate, realizados bajo temperaturas que superan los 31ºC.

El gobernador Greg Abbott prometió continuar con la búsqueda hasta dar con el paradero de todos los desaparecidos: “Muy probablemente aún hay más personas que no hemos identificado”, advirtió con serenidad, pero firmeza.

Lecciones de tragedias anteriores

La historia reciente en EE. UU. está plagada de desastres naturales que revelan patrones preocupantes en la gestión de crisis. Entre ellos:

  • El incendio Camp Fire en California (2018): 85 muertos confirmados, pero se llegó a hablar de 1,300 desaparecidos inicialmente.
  • El incendio Tubbs (2017) en Santa Rosa: más de 100 desaparecidos al principio, pero la mayoría localizados sanos.
  • La catástrofe en Maui (2023): se temían más de 1,000 desaparecidos; la cifra final de muertes fue de 102.

Una constante: la desorganización inicial puede inflar el número de desaparecidos, mientras que la información imprecisa retrasa los esfuerzos.

Cuándo evacuar y por qué no siempre se puede

James Doss-Gollin, profesor de ingeniería ambiental en Rice University, explicó que la respuesta ante las inundaciones depende en gran parte de la geografía del lugar. No es igual estar cerca de una playa que de un río encajonado.

“Algunas veces lo correcto es evacuar, otras veces hay tan poco tiempo que solo queda correr hacia un lugar alto” comentó.

Un dato alarmante: una riada puede dar solo segundos para reaccionar. De ahí la importancia de conocer el terreno y tener un plan antes de que un desastre golpee.

Preparación: La mejor defensa ante lo impredecible

“Si estás listo, no tienes que ponerte listo”, dice la doctora Richina Bicette-McCain, médica de emergencias en el Colegio de Medicina Baylor. Ella mantiene una “mochila de emergencia” durante toda la temporada de huracanes con:

  • Linternas
  • Pilas extra
  • Agua potable
  • Alimentos no perecederos
  • Medicamentos y cargadores
  • Documentos importantes

La doctora advirtió que muchos fallecimientos en emergencias ocurren porque las personas no pueden mantener sus tratamientos médicos cuando la electricidad falla, o por deshidratación: “Beber agua contaminada para sobrevivir puede terminar siendo la causa de muerte, incluso si sobrevives a la inundación inicial”.

Alertas meteorológicas: Entenderlas puede salvar tu vida

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y el Servicio Meteorológico Nacional emiten alertas por celular, TV o radio. Estas son algunas definiciones clave:

  • Vigilancia de inundación: condiciones meteorológicas peligrosas posibles. Estar atento.
  • Advertencia de inundación: Clima peligroso inminente o actual. Tomar acción.
  • Emergencia por inundación repentina: Daños catastróficos en desarrollo. Evacuar inmediatamente.

También existen radios especializados de alerta meteorológica, incluso de manivela para no depender de baterías.

Durante la inundación: qué hacer y qué evitar

Sólo 15cm de agua en movimiento pueden derribar a una persona, y 30cm pueden mover un coche. Por eso, los expertos reiteran: jamás intentes cruzar una calle inundada en coche.

“Las víctimas de inundaciones muy seguido mueren ahogadas dentro de sus autos intentado cruzar puentes”, señala Doss-Gollin.

Bicette-McCain lo resume en una frase lapidaria: “Si la recomendación es evacuar y decides quedarte en casa, probablemente te estás condenando a ti mismo”.

En caso de no poder evacuar, mantenerse en la parte más alta de la vivienda y no tocar el agua son recomendaciones vitales. El contacto con aguas turbias solo debe suceder si realmente no hay otra forma de escapar.

Prevención a futuro: un llamado urgente

La experiencia en Hill Country evidencia que aún en una potencia mundial, la prevención y respuesta ante desastres climáticos sigue siendo débil y reactiva.

Con el cambio climático intensificando fenómenos extremos, la educación ciudadana, la preparación comunitaria y los sistemas de alerta temprana se vuelven más importantes que nunca.

Mientras las autoridades continúan buscando a las víctimas de la tormenta de julio, miles más en Texas y el resto del país repiensan sus planes de emergencia.

Porque si algo ha quedado claro tras esta tragedia, es que nadie está realmente a salvo de la fuerza desatada del agua.

Recursos útiles

Este artículo fue redactado con información de Associated Press