Narges Mohammadi: La voz encarcelada que desafía al régimen iraní

A pesar de las amenazas de muerte, la ganadora del Nobel de la Paz continúa denunciando la represión, el machismo y la teocracia en Irán

Una lucha desde la prisión

Narges Mohammadi no es solo una prisionera política. Es símbolo de resistencia, activismo y esperanza. Periodista, defensora de los derechos humanos y actualmente encarcelada en Irán, Mohammadi ha sido el centro de la atención mundial desde que recibió el premio Nobel de la Paz en 2023. Sin embargo, su lucha no ha cesado. Al contrario, se ha intensificado tras el conflicto entre Irán e Israel, momento en el cual ha seguido denunciando los abusos del régimen teocrático iraní.

Actualmente, Mohammadi cumple una condena de 13 años y nueve meses por cargos de "colusión contra la seguridad del Estado" y "propaganda contra el gobierno". Desde su celda, sigue alzando la voz, concediendo entrevistas y rechazando la opresión impuesta especialmente contra las mujeres iraníes.

Un Nobel que incomoda al poder

La designación de Mohammadi como ganadora del Nobel de la Paz fue un duro golpe simbólico al gobierno iraní. "He sido amenazada directa e indirectamente con la 'eliminación física' por parte de agentes del régimen", denunció recientemente, según el Comité Nobel Noruego. Estas amenazas provienen, informó el Comité, del Ministerio de Inteligencia iraní y han sido confirmadas tanto por su abogado como por otros canales indirectos.

Aunque el gobierno iraní no ha respondido directamente a estas declaraciones, el silencio oficial solo refuerza la percepción de un régimen que no tolera la crítica, especialmente si proviene de mujeres.

La guerra como telón de fondo

El recrudecimiento de la represión contra activistas como Mohammadi se produce en el marco del reciente conflicto de doce días entre Irán e Israel. Este enfrentamiento militar, que involucró ataques aéreos israelíes sobre objetivos simbólicos del régimen iraní, fue aprovechado por las autoridades iraníes para intensificar las detenciones arbitrarias y ejecuciones públicas.

Mientras tanto, Mohammadi declaró al diario Wall Street Journal: “En Irán, hay un gobierno religioso y misógino dirigido por el Ayatolá Ali Khamenei que nos ha llevado al infierno prometiendo el paraíso”. Sobre el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, fue igualmente crítica: “También nos lleva al infierno prometiendo libertad y democracia”.

Una historia de resistencia femenina

Desde hace años, Mohammadi ha sido una de las principales voces críticas dentro del movimiento feminista iraní. Fue una de las figuras clave que apoyó las protestas masivas lideradas por mujeres a raíz del asesinato de Mahsa Amini en 2022. Amini murió bajo custodia policial tras ser arrestada por no cumplir con el estricto código de vestimenta obligatorio, y su muerte encendió la chispa de un movimiento que desafió abiertamente las normas religiosas del régimen.

Estas protestas han sido respondidas con brutalidad. Más de 500 personas murieron y decenas de miles fueron detenidas, según informes de organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional. De estas personas, muchas siguen en prisión preventiva o han sido sometidas a juicio sin las debidas garantías.

La cárcel como trinchera

A pesar de estar encarcelada, Mohammadi ha declarado que no dejará de luchar. Según reportes, durante un permiso médico fuera de prisión, ha continuado coordinando declaraciones, realizando entrevistas y promoviendo campañas por los derechos humanos, en especial los de las mujeres.

“La cárcel ha sido un campo de batalla para mí”, dijo en una de sus últimas declaraciones. “Cada día resistimos, gritamos, escribimos, y desafiamos esta injusticia”.

La percepción internacional

La comunidad internacional ha reaccionado con creciente preocupación ante la situación de Mohammadi y la represión generalizada en Irán. La ONU, el Parlamento Europeo y gobiernos como el de Noruega, Canadá y Francia han exigido de forma reiterada la liberación de todos los prisioneros políticos, incluyendo la propia Mohammadi.

Sobre la situación, la presidenta del Comité Nobel Noruego, Berit Reiss-Andersen, expresó en su discurso oficial en 2023: “El coraje de Narges Mohammadi representa ese espíritu colegiado de resistencia pacífica que ha sido necesario para avanzar en los derechos humanos durante todo el siglo XXI”.

La mujer contra el velo obligatorio

Uno de los actos más audaces de Mohammadi fue su apoyo a la campaña contra el uso obligatorio del hiyab. En Irán, las leyes obligan a todas las mujeres, incluso extranjeras, a cubrir su cabello en público. Negarse puede acarrear arrestos, multas e incluso violencia policial.

En diciembre de 2023, desde la prisión de Evin, Mohammadi escribió una carta que fue leída en la ceremonia de entrega del Nobel por sus hijos gemelos, Ali y Kiana, en Oslo. En ella afirmó: “No al velo obligatorio, no a la discriminación sistemática, no a la misoginia, no al régimen teocrático de los ayatolás”.

Represión como discurso de Estado

Las amenazas contra Mohammadi no son un caso aislado, sino parte de una estrategia sistemática. Según datos de Amnistía Internacional, en lo que va de 2024 se han producido más de 100 ejecuciones en Irán vinculadas a juicios que no cumplieron con estándares mínimos de legalidad. Esto incluye activistas kurdos, periodistas y defensores de derechos étnicos.

En este contexto de censura extrema, la valentía de figuras como Mohammadi se convierte en faro de conciencia para una sociedad que lucha por su libertad.

La propaganda no puede silenciar la verdad

En la retórica oficial iraní, figuras como Mohammadi son descritas como "agentes extranjeros", “instrumentos del imperialismo” o "disidentes manipulados". No obstante, su apoyo proviene de miles de ciudadanos iraníes, hombres y mujeres, que han salido a las calles para pedir cambios estructurales.

De acuerdo con datos de la organización Center for Human Rights in Iran, más del 60% de la población urbana del país está en desacuerdo con la imposición religiosa obligatoria, particularmente entre los jóvenes.

A diferencia de otras décadas, donde el miedo era omnipresente, hoy las redes sociales, la diáspora iraní y el apoyo internacional han permitido que casos como el de Mohammadi no caigan en el olvido.

Un llamado desde la celda

El mensaje final de Mohammadi, leído por sus hijos durante la ceremonia Nobel, sigue retumbando: “Soy una mujer iraní privada de mi libertad, pero llena de fe en el poder de las mujeres para cambiar los destinos de las naciones”.

Mientras la amenaza de su “eliminación física” cuelga sobre su vida, el eco internacional de sus palabras le otorga una protección —aunque simbólica— que otros activistas no han tenido. Pero eso no garantiza su seguridad.

El mundo debe seguir hablándole al régimen iraní con una sola voz: liberar a Narges Mohammadi no es una petición política, es una exigencia moral.

Citas y datos relevantes

  • 2023: Mohammadi gana el Premio Nobel de la Paz por "su lucha contra la opresión de las mujeres en Irán y su activismo por los derechos humanos y la libertad para todos".
  • 13 años y 9 meses: condena actual que cumple Mohammadi en la prisión de Evin, Teherán.
  • +500 muertos: cifra estimada de fallecidos por la represión de las protestas tras la muerte de Mahsa Amini.
  • 32 ejecuciones: registradas solo en abril de 2024 por delitos que incluyen "enemistad contra Dios".
  • 1989: año en que Mohammadi comenzó su activismo estudiantil en Teherán.

“La libertad no es un regalo que se concede, sino un derecho que se conquista”. En Irán, la lucha por los derechos humanos tiene el rostro valiente de una mujer tras las rejas.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press