¿Cuánta autonomía es demasiada? El juicio que podría redefinir el futuro de Tesla y la conducción asistida

Una tragedia en Florida desata una batalla legal que pone en duda la responsabilidad de Tesla y su autopiloto: ¿fallo humano o un sistema que prometía más de lo que puede cumplir?

Una noche de estrellas interrumpida por el desastre

En abril de 2019, Naibel Benavides León, una joven universitaria apasionada por la astronomía, disfrutaba de una noche para contemplar las estrellas junto a su novio, Dillon Angulo, cerca de Key West, Florida. Lo que empezó como un momento romántico y tranquilo, terminó en tragedia. Un Tesla Model S, a toda velocidad, embistió el vehículo estacionado cerca del cual ambos se encontraban. Benavides fue lanzada 23 metros por el aire —equivalente a unos 75 pies— y fue declarada muerta en el lugar. Angulo sufrió heridas graves que aún lo afectan.

El juicio contra Tesla: ¿autopiloto culpable o distracción al volante?

El conductor del Tesla, George McGee, habría desviado su atención al buscar un teléfono caído, momento en el cual el vehículo, presuntamente con el sistema Autopilot activado, no reaccionó adecuadamente ante semáforos parpadeantes en rojo, una señal de alto, ni el fin de la carretera. El coche jamás frenó. La pregunta central es: ¿debió el sistema Autopilot haber intervenido?

El juicio contra Tesla, iniciado en Miami en 2024, se ha vuelto un caso emblemático. Si bien el conductor resolvió su parte del caso fuera de juicio con un acuerdo, la familia de Benavides llevó a Tesla a tribunales alegando negligencia y exigiendo daños punitivos, una figura que busca castigar no sólo el daño sino la actitud imprudente de la empresa.

Un precedente legal insólito

Casos como este son escasos. Tesla suele optar por acuerdos extrajudiciales, pero este juicio representa una rara excepción. La jueza federal Beth Bloom permitió que el jurado considere la posibilidad de daños punitivos, al declarar que “un jurado razonable podría determinar que Tesla actuó con desprecio temerario por la vida humana para desarrollar su producto y maximizar sus ganancias”.

De llegarse a esa conclusión, el impacto para Tesla podría ser devastador, más aún al estar proyectando el despliegue de cientos de miles de robotaxis para finales de 2025.

¿Qué es el Autopilot y qué promete?

Autopilot es un sistema avanzado de asistencia al conductor (ADAS, por sus siglas en inglés) incorporado en muchos modelos de Tesla. Promete mantener el vehículo en el carril, ajustar la velocidad según el tráfico e, incluso, cambiar de carril de forma autónoma. Pero también contiene advertencias en su manual:

  • El sistema no convierte al vehículo en autónomo.
  • El conductor debe tener las manos en el volante.
  • Debe estar preparado para intervenir en cualquier momento.

Según el propio Elon Musk, CEO de Tesla, el Autopilot es más seguro que el humano promedio al conducir, afirmación que diversos estudios respaldan solo parcialmente. Sin embargo, críticos afirman que el nombre “Autopilot” induce a la confusión, generando una falsa sensación de seguridad.

El otro lado de la moneda: Sistema vs. Usuario

Tesla ha defendido su tecnología argumentando que todo fallo se debió a la distracción del conductor. “Este accidente no tuvo nada que ver con el Autopilot'', declaró Tesla. En documentos judiciales, la empresa indica que los manuales de usuario y las advertencias muestran claramente que el coche no se conduce solo. Pero entonces, ¿cuál es la frontera entre asistencia y engaño?

El uso de términos como “Full Self-Driving” en los productos de Tesla ha merecido escrutinio. El Departamento de Vehículos Motorizados de California demandó a la compañía por “publicidad engañosa”, mientras que el Congreso de EE.UU. también ha cuestionado reiteradamente la estrategia de marketing de la empresa.

Un contexto preocupante de accidentes

No es la primera vez que el Autopilot de Tesla se ve involucrado en accidentes mortales. La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras de EE.UU. (NHTSA) ha investigado más de 40 choques desde 2016 en los que estuvo implicado algún sistema de conducción asistida de Tesla, con más de una docena de muertos. Un informe de la agencia en 2023 encontró que, si bien los accidentes sobre los que se tiene información son relativamente pocos en número, la proporción de incidentes mortales asociados con vehículos Tesla está por encima de otros sistemas ADAS del mercado.

El impacto mediático y las redes sociales

El caso ha generado gran conmoción en redes sociales donde el debate gira en torno a las promesas tecnológicas contra la ética empresarial. Elon Musk, conocido por su actividad constante en X (antes Twitter), ha evitado referirse directamente al caso. Algunos usuarios y expertos argumentan que este tipo de juicios son los necesarios para poner límites a la narrativa casi utópica de Tesla sobre el futuro de la conducción autónoma.

“Tesla ha sustituido la validación ética por el marketing narrativo y eso nos ha llevado a tragedias evitables. La tecnología puede salvar vidas, pero cuando se vende como mágica, puede quitarlas.” – Mark P. Mills, Manhattan Institute

¿Hacia dónde va la regulación?

Frente al crecimiento de los vehículos semiautónomos, diversas agencias federales y estatales están ajustando su legislación. Actualmente, hay una brecha legal significativa: los sistemas como Autopilot se ubican en un área gris entre conducción manual y autónoma. Esta ambigüedad es aprovechada por los fabricantes para eximirse parcialmente de responsabilidad legal.

California y Nevada han propuesto leyes que obligan a toda publicidad de sistemas de conducción asistida a usar términos como "asistente" y no “auto-conducción”. Alemania ya ha obligado a Tesla a cambiar varias de sus campañas publicitarias.

¿Y las víctimas?

Benavides León se había graduado recientemente y soñaba con trabajar en el campo aeroespacial. Su familia describe a una joven brillante, alegre y con una pasión inquebrantable por las ciencias y los cielos estrellados. El juicio no solo busca compensación monetaria, sino que también pretende evitar que otras familias vivan la misma tragedia.

Su novio, Dillon Angulo, ha compartido pocas palabras desde el accidente, señalando que todavía sufre física y emocionalmente. Surge una pregunta poderosa: ¿cuántas vidas más deben perderse antes de que la industria tecnológica priorice la seguridad sobre la innovación a toda costa?

¿Una revolución mal guiada?

En la última década, Tesla ha liderado —y también explotado— los avances en movilidad autónoma. Pero este juicio representa una bisagra entre innovación y responsabilidad. Está en juego no solo la reputación de Tesla, sino la forma en que las empresas representan y venden nuevas tecnologías.

¿Conducirán las victorias tecnológicas a un futuro seguro o seremos nosotros los conejillos de indias de una revolución vehicular sin normas claras?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press