El fin del TPS para afganos en EE. UU.: ¿una traición a sus aliados o requisito de seguridad nacional?

La decisión de eliminar el Estatus de Protección Temporal para casi 12,000 afganos revive el debate sobre la política migratoria de EE. UU., su trato a aliados y su competencia con China.

¿Qué es el Estatus de Protección Temporal (TPS)?

El TPS (Temporary Protected Status) es un mecanismo de protección migratoria que permite a ciudadanos de ciertos países permanecer legalmente en Estados Unidos si se considera que su nación de origen está atravesando un conflicto armado, un desastre natural o condiciones extraordinarias que impiden su regreso seguro. Uno de sus beneficios clave es que protege de la deportación y permite trabajar legalmente, aunque no ofrece una vía directa a la ciudadanía.

Desde su creación en 1990 bajo la presidencia de George H. W. Bush, el TPS ha protegido a migrantes de países como El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua, Sudán, Venezuela y Afganistán, entre otros. Sin embargo, es un estatus precario y temporal, dependiente de renovaciones periódicas por parte del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).

Afganos protegidos por el TPS: víctimas de una retirada más amplia

El pasado lunes, cerca de 11,700 afganos dejaron de estar protegidos por el TPS luego de que el DHS anunciara en mayo que acabaría con dicho estatus en un plazo de 60 días. Esta medida forma parte de un esfuerzo más grande de la administración Trump, que regresó a la Casa Blanca, para eliminar protecciones migratorias temporales y habilitar la deportación de más personas.

Desde que los talibanes retomaran el poder en Afganistán en 2021, más de 180,000 afganos han ingresado a Estados Unidos buscando refugio o protección. Sin embargo, solo una fracción de ellos —alrededor de 11,700— estaba amparada por el TPS. Lo que deja en el limbo a miles que aún no han logrado estatus de asilo u otro tipo de protección permanente.

"Promesa incumplida": indignación entre legisladores y activistas

El fin del TPS para afganos ha generado una fuerte reacción entre defensores de los migrantes y legisladores demócratas. La presidenta del National Immigration Forum, Jennie Murray, declaró en un comunicado:

“Dado que muchos de los afectados sirvieron junto a las fuerzas estadounidenses, debemos honrar ese servicio proporcionando seguridad y la oportunidad de prosperar aquí. Instamos al Congreso a brindarles un estatus permanente: un compromiso que está demasiado retrasado”.

Organizaciones como CASA, un grupo sin fines de lucro que aboga por los derechos de los inmigrantes, ya han interpuesto demandas contra la revocación del TPS, no solo para afganos, sino también para ciudadanos de Camerún. Aunque un juez federal permitió recientemente que la demanda avance, se negó a mantener el TPS vigente mientras se resuelve el caso.

¿La situación en Afganistán es segura?

En su decisión, el DHS argumentó que la situación en Afganistán ha mejorado lo suficiente como para permitir el regreso de sus ciudadanos. Pero organizaciones de derechos humanos, incluyendo Human Rights Watch, contradicen esa afirmación.

  • Desde que los talibanes retomaron el poder, los derechos de las mujeres se han reducido drásticamente. Las niñas están prohibidas de estudiar más allá de la escuela primaria y las mujeres enfrentan restricciones en empleos, vestimenta y libertad de movimiento.
  • Se han reportado detenciones arbitrarias y ejecuciones extrajudiciales por parte de las autoridades talibanes, especialmente contra antiguos colaboradores con EE. UU.
  • El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) aún no considera a Afganistán un país seguro para retornos forzosos.

La evidencia parece contradecir al DHS: la seguridad no está garantizada, particularmente para afganos que cooperaron con misiones militares estadounidenses, como traductores, guías y contratistas.

¿Una estrategia antiinmigrante o una reestructuración necesaria?

Este esfuerzo para rescindir el TPS no es aislado: según informes, la administración Trump está retirando también estos beneficios temporales a ciudadanos de al menos siete países, entre ellos Venezuela y Haití, que concentran una parte considerable de los cientos de miles actualmente protegidos.

Críticos de la medida, como el senador demócrata Jeanne Shaheen, sostienen que se trata de una ofensiva política populista que ignora principios de justicia humanitaria y los intereses geopolíticos de EE. UU. A su entender, esto no solo debilita la reputación del país como refugio democrático, sino que favorece a potencias rivales como China.

La competencia geopolítica con China y el vacío que deja EE. UU.

Otro informe crítico fue publicado por los demócratas del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, quienes advirtieron que los recortes del presidente Trump a programas de ayuda externa, educación internacional y comunicación pública están debilitando el llamado soft power estadounidense.

China está construyendo influencia, expandiendo relaciones y reconfigurando el orden mundial a su favor”, expresó Shaheen. Con la reducción de fondos hacia la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Agencia de Medios Globales de EE.UU. (USAGM), China ha logrado ampliar su posición como proveedor principal de asistencia bilateral a más de 40 países.

Mientras Radio Free Asia sufría la pérdida de 54 frecuencias, los medios estatales chinos ganaban 80 nuevas en múltiples idiomas, expandiendo su influencia tanto en África como en Asia.

¿Puede Estados Unidos darse el lujo de abandonar a sus aliados?

La imagen exterior de Estados Unidos no solo está vinculada a su poder militar o económico, sino también a su habilidad para cumplir con promesas morales. La protección a los afganos que han servido aliadamente no es simplemente una cuestión humanitaria, sino una señal al resto del mundo sobre si EE. UU. es un socio confiable.

Si Estados Unidos abandona a quienes se pusieron en peligro por nosotros, ¿por qué alguien más confiaría en ayudarnos en conflictos futuros?”, se pregunta un veterano del ejército citado por NPR en 2021 durante la evacuación de Kabul.

Un llamado urgente al Congreso

Mientras que el TPS está en manos del ejecutivo a través del DHS, el Congreso tiene el poder de brindar caminos hacia la permanencia legal. Propuestas como el Aghan Adjustment Act, que busca ofrecer residencia permanente a ciertos afganos, se han estancado por años en medio de divisiones partidistas.

Legisladores, expertos legales y activistas instan a los miembros del Congreso a actuar antes de que más ciudadanos afganos sean deportados a un país gobernado por un régimen represivo del que huyeron en primer lugar.

El TPS no puede seguir siendo usado como cortina de humo. Necesitamos soluciones legislativas duraderas”, reclama Murray.

Al final, la controversia sobre el TPS para afganos no se trata solo de un grupo de 11,700 personas. Representa una encrucijada sobre el papel que quiere jugar Estados Unidos en el mundo. ¿Será un faro de valores democráticos o una fortaleza cerrada en sí misma? La decisión, ahora, recae en el Congreso y en el juicio del electorado.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press