El trato humanitario entre la UE e Israel: ¿un avance diplomático o un espejismo político?

La Unión Europea logra un acuerdo con Israel para permitir ayuda humanitaria a Gaza mientras crecen las divisiones internas sobre los derechos humanos y la política exterior

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Por fin, tras meses de presiones, la Unión Europea (UE) e Israel lograron un acuerdo para permitir el ingreso de ayuda humanitaria urgente a Gaza. Sin embargo, la letra pequeña del trato —y su aplicación efectiva— siguen siendo motivos de debate intenso entre los miembros del bloque europeo.

Un acuerdo necesario, pero ¿suficiente?

El nuevo acuerdo alcanzado entre la UE e Israel para facilitar la entrada de alimentos y combustible en Gaza es celebrado como una victoria diplomática parcial por la jefa de política exterior del bloque, Kaja Kallas. Fraguado principalmente entre Kallas y el ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Gideon Saar, el pacto surge ante la creciente presión internacional para aliviar la crisis humanitaria en el enclave costero palestino, donde más de 2,3 millones de personas han soportado 21 meses de guerra continua.

En declaraciones antes del Consejo de Asuntos Exteriores en Bruselas, Kallas subrayó que "no se trata solo del papel, sino de la implementación". La líder estonia reiteró que mientras la vida de los habitantes de Gaza no mejore significativamente, "no habremos hecho lo suficiente".

La encrucijada moral de Europa

Detrás del nuevo pacto hay tensiones crecientes dentro del propio bloque. Países como Irlanda, los Países Bajos y España lideran los llamados a reevaluar los vínculos diplomáticos de la UE con Israel, en medio de acusaciones de violaciones de derechos humanos cometidas por el Estado israelí en Gaza.

Un informe de la Comisión Europea reveló "indicios" de que las acciones de Israel estarían contraviniendo las obligaciones establecidas en el Acuerdo de Asociación que rige sus relaciones con la UE. Aunque el texto oficial no fue categórico, fue suficiente para fomentar el debate entre los Veintisiete sobre posibles sanciones o rupturas diplomáticas futuras.

¿El poder de los 27?

Caspar Veldkamp, ministro de Asuntos Exteriores de los Países Bajos, no dudó en atribuir el éxito del acuerdo humanitario al poder de negociación colectivo de los 27 Estados miembros: "Esa fuerza es la que deseo mantener ahora", afirmó. Sus palabras reflejan un consenso tácito: es la unidad del bloque la que permite ejercer presión real.

El acuerdo anunciado muestra que la revisión del Acuerdo de Asociación y el uso del peso europeo han dado resultados”, sostuvo un diplomático europeo que pidió no ser nombrado.

Cese al fuego: el requisito invisible

A pesar de que el acuerdo permite la entrada de ayuda, líderes y diplomáticos como Hajda Lahbib, comisionada de la UE para ayuda humanitaria, reconocen que los bombardeos continúan, impidiendo que los socios humanitarios operen con seguridad en el territorio. “La situación sigue siendo tan peligrosa y violenta que no podemos avanzar. Es fundamental un cese el fuego”, expresó.

El precio del conflicto: cifras que estremecen

La guerra entre Israel y Hamas estalló tras el ataque del grupo palestino en 2023, en el que murieron unas 1.200 personas y otras 251 fueron tomadas como rehenes. Desde entonces, Israel ha lanzado una ofensiva militar sostenida que ha dejado más de 58.000 muertos en Gaza, de los cuales más del 50% son mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamas. Aunque la ONU y otras organizaciones validan la fiabilidad de esas cifras, estas no distinguen entre civiles y combatientes, lo que añade más polémica al conflicto.

Estos datos subrayan la dimensión del sufrimiento humano que enfrenta la población gazatí, a pesar de la entrada limitada de camiones de ayuda monitorizada por la UE: "No es suficiente", repitió Lahbib.

España y el escepticismo diplomático

El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares Bueno, fue pragmático. Aunque reconoce la importancia del acuerdo, advirtió que quedan muchos cabos sueltos: “Estamos todavía discutiendo los detalles y vigilando para ver si Israel cumple su parte”. En un tono pesimista, agregó: “Está claro que este acuerdo no es el fin: hay que detener la guerra”.

Más allá de Gaza: irán, Georgia y sanciones a Rusia

Además de la cuestión palestina, los ministros europeos también discutieron el programa nuclear de Irán, las tensiones geopolíticas en Georgia y Moldavia, así como el inminente 18º paquete de sanciones contra Rusia, parte de la estrategia para reducir los ingresos energéticos del Kremlin durante su invasión de Ucrania.

El punto más controversial dentro de este paquete es el tope al precio del petróleo, una medida rechazada por algunos miembros del bloque. No obstante, las sanciones siguen siendo la herramienta favorita del bloque para presionar a Moscú sin recurrir a una escalada militar.

¿Qué sigue para Europa e Israel?

El futuro inmediato de las relaciones UE-Israel dependerá en gran medida de la implementación del acuerdo humanitario. Si se demuestra efectivo, podría dar nueva vida al diálogo diplomático. Si fracasa, es posible que aumenten las voces dentro del bloque que exijan suspender acuerdos bilaterales e imponer nuevas condiciones por violaciones a los derechos humanos.

En este punto, Europa navega entre contradicciones: busca proyectar poder blando en la arena internacional, pero sus decisiones internas están marcadas por la falta de consenso. A medida que la guerra en Gaza continúe, y con la opinión pública demandando acciones más tangibles ante la creciente tragedia humanitaria, Bruselas tendrá que decidir entre el diálogo y la presión.

Mientras tanto, el pueblo de Gaza sigue esperando algo más que palabras.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press