Siria al borde del abismo: la nueva escalada en Sweida y el frágil equilibrio tras la caída de Assad

Druzos, beduinos, el nuevo gobierno sirio y la sombra de Israel: un cóctel explosivo en el sur del país que reaviva antiguos fantasmas

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Un conflicto latente que estalló de nuevo

La ciudad siria de Sweida y su provincia homónima, situadas en el sur del país, han vuelto a ser escenario de intensos enfrentamientos armados, en una nueva manifestación de las tensiones étnico-religiosas y políticas que arrastra Siria desde que estalló la guerra civil en 2011. Lo que comenzó como una protesta pacífica contra el régimen de Bashar al-Assad derivó en un conflicto sangriento de múltiples actores, alianzas cambiantes y una geografía fragmentada. La reciente ola de violencia en Sweida entre milicias druzas, clanes beduinos suníes y fuerzas gubernamentales del nuevo régimen es un recordatorio claro de que, a pesar del aparente final del conflicto con la caída de Assad en 2024, Siria sigue lejos de alcanzar la paz.

Druzos: una comunidad en tierra de nadie

Los druzos son una minoría religiosa con raíces en el islam chiita ismailí, pero con una teología y práctica únicas. En Siria, esta comunidad se concentra especialmente en la provincia de Sweida, donde representa la mayoría poblacional. Durante la guerra civil, los druzos se enfrentaron a un dilema: apoyar a un régimen que históricamente les había protegido (el de Assad), rebelarse contra él o mantenerse neutrales. El resultado fue la creación de milicias locales de autodefensa que, con el paso del tiempo, se convirtieron en fuerzas armadas formidables, aunque fragmentadas y sin cohesión nacional.

Con la caída del régimen de Assad en 2024 tras una ofensiva relámpago liderada por insurgentes islamistas, los druzos quedaron en una situación precaria. Muchos temían una purga por parte de los nuevos actores del poder, por lo que se refugiaron en sus bastiones tradicionales y retomaron su postura de autodefensa. La intervención gubernamental de julio de 2025 para tomar control de Sweida generó una respuesta violenta de las milicias locales.

Beduinos suníes: aliados inesperados del nuevo régimen

Los clanes beduinos suníes del sur sirio han tenido históricamente relaciones tensas con los druzos, marcadas por disputas territoriales y tensiones religiosas. En ocasiones, han existido períodos de coexistencia pacífica, pero el vacío de poder creado por la guerra reavivó viejos resentimientos. Los beduinos, en general, apoyaron a los insurgentes islamistas y, tras la caída de Assad, buscaron expandir su influencia en regiones habitadas por druzos.

La actual administración siria parece haber entablado alianzas tácticas con estos clanes para ayudar a estabilizar la región, aunque esto ha significado enfrentar directamente a los druzos, generando un conflicto directo intercomunitario.

El papel de Israel y la comunidad druza fuera de Siria

Una de las aristas más explosivas del conflicto es el papel de Israel. En territorio israelí, hay una comunidad drusa considerable, bien integrada socialmente y con un fuerte sentido de lealtad al Estado hebreo. Muchos druzos israelíes sirven en las fuerzas armadas, lo que ha llevado a que el gobierno israelí se sienta obligado a manifestar un interés sobre la seguridad de la comunidad drusa en Siria.

Israel justificó recientemente ataques aéreos sobre convoyes sirios en el sur, afirmando que era para proteger a sus "hermanos druzos" al otro lado de la frontera. Estas acciones, aunque simbólicas, pueden escalar rápidamente el conflicto, provocando una regionalización del mismo. No sería la primera vez que Siria se convierte en el tablero de enfrentamientos entre actores globales y regionales.

El regreso del caos: imágenes devastadoras

Durante los días de mayor actividad bélica en la zona, los enfrentamientos dejaron decenas de muertos, principalmente entre combatientes druzos, aunque también hubo víctimas civiles y soldados del gobierno. Fotografías muestran los cuerpos de milicianos druzos junto a lanzacohetes, esparcidos a lo largo de las carreteras rurales cerca de la ciudad de Sweida.

Un cese al fuego fue anunciado el martes 15 de julio de 2025, pero la situación sigue siendo frágil. Imágenes posteriores muestran a soldados heridos recibiendo tratamiento médico en clínicas improvisadas como la de Busra al-Harir, y a civiles siendo transportados en ambulancia desde los frentes de batalla.

¿Qué busca el nuevo gobierno sirio?

Desde la caída del régimen de Assad, Siria se encuentra bajo un gobierno provisional formado por una coalición de grupos opositores, figuras nacionales independientes apoyadas por potencias internacionales e incluso representantes de algunas minorías. Su principal desafío es constituirse como una autoridad legítima y centralizada, por lo que recuperar el control del territorio es prioritario.

Sin embargo, al intentar imponer su presencia en territorios como Sweida sin un acercamiento político previo, el gobierno ha generado más resistencia que adhesión. Los druzos lo ven como una nueva ocupación, no tan diferente a la del régimen anterior.

Los fantasmas del pasado: la prolongada desintegración del tejido sirio

Siria lleva más de una década viviendo entre la guerra y sus secuelas. Aunque el conflicto armado disminuyó tras 2018, el país nunca logró reconstruirse completamente. Servicios básicos deteriorados, una economía colapsada, millones de desplazados y comunidades profundamente divididas conforman el mosaico actual del país.

La región de Sweida había sido considerada una de las zonas más estables durante el conflicto. Sin embargo, las tensiones contenidas durante años están saliendo a la superficie ahora que el equilibrio de poder ha cambiado. La fragmentación política de Siria, la falta de reconciliación comunitaria real y la intervención externa siguen siendo barreras clave para la estabilización.

Mirada al futuro: ¿paz negociada o reinicio del conflicto?

La pregunta candente es si Siria está en camino hacia una paz negociada e inclusiva o si los enfrentamientos recientes son un preludio al renacimiento del conflicto bajo nuevas formas. El alto el fuego actual podría ser simplemente una pausa, a menos que todas las partes —incluyendo minorías como los druzos y clanes tribalizados como los beduinos— sean involucradas en órganos políticos representativos y decisiones cruciales sobre el futuro del país.

La reconstrucción y pacificación sostenibles de Siria dependen de mucho más que presencia militar o alianzas tácticas. Se requiere de una visión inclusiva de nación, una justicia transicional efectiva y garantías de respeto a la autonomía cultural y religiosa de sus múltiples comunidades.

Por ahora, Sweida reaviva los traumas del pasado, recordándonos que en Siria, la paz es tan escasa como lo fue la esperanza en los años más oscuros del conflicto.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press