Crisis humanitaria en Gaza: entre el caos de la ayuda, las bombas y el silencio internacional

Una estampida mortal en un centro de distribución de alimentos expone la creciente tragedia humanitaria en medio de ataques israelíes, acusaciones cruzadas y desinformación

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Una tragedia anunciada en Gaza

El 17 de julio de 2025, una estampida caótica en un centro de distribución de alimentos gestionado por el Gaza Humanitarian Fund (GHF), organización estadounidense respaldada por Israel, dejó 20 muertos y decenas de heridos en la ciudad de Khan Younis, al sur de la Franja de Gaza.

De acuerdo con voceros de la organización, 19 personas murieron aplastadas durante la estampida y una más fue apuñalada. Testigos acusan a los trabajadores del GHF de provocar pánico usando gas lacrimógeno y granadas aturdidoras. La organización, en cambio, culpa a Hamas de incitar el caos y diseminar información falsa, aunque no presentó pruebas.

¿Ayuda humanitaria o trampa mortal?

El caos estalló en medio de un creciente desabastecimiento alimentario. El hambre y la desesperación llevaron a miles de personas a concentrarse en los puntos de ayuda, que se han convertido en lugares de alta tensión social. Abdullah Aleyat, testigo presencial, relató que “tenían los suministros, pero no los distribuían. Nos lanzaron gas pimienta para dispersarnos”.

Según el Ministerio de Salud de Gaza y la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, 875 palestinos han muerto buscando comida desde mayo, siendo 674 de esas muertes en los alrededores de centros manejados por GHF. La crisis alimentaria, lejos de aliviarse, se ha transformado en una amenaza más a la supervivencia.

El rol ambiguo de Israel y la militarización de la ayuda

GHF opera dentro de zonas militares protegidas por contratistas estadounidenses y rodeadas de tropas israelíes. Aunque el ejército israelí afirma no estar directamente involucrado en cada punto, su presencia convierte a estos centros en espacios altamente controlados y tensos.

Además, Israel ha intensificado sus ataques en el territorio palestino. En las últimas 24 horas, ha realizado más de 120 bombardeos en Gaza, matando a al menos 41 personas, incluidos 11 niños. En paralelo, culpa a Hamas de causar muertes civiles por operar en áreas residenciales densamente pobladas.

Una espiral de violencia sin freno

Mientras la población lucha por sobrevivir entre alimentos escasos, misiles y gases lacrimógenos, Israel sigue su ofensiva militar. Los ataques se concentran en túneles, depósitos de armas y “infraestructura militar” de Hamas. Sin embargo, las víctimas son en su mayoría civiles.

La respuesta internacional se ha limitado a llamados al cese al fuego y promesas vacías de reconstrucción. Ante la inacción, organismos multilaterales y ONG denuncian una crisis humanitaria sin precedentes en el siglo XXI. El silencio de potencias occidentales frente a estas muertes masivas genera cada vez más presión desde la sociedad civil global.

Desinformación como arma de guerra

La tragedia en Khan Younis también revela una nueva capa en el conflicto: la guerra de la narrativa. Hamas y el GHF se acusan mutuamente del caos, mientras la verdad parece difuminarse. En redes sociales circularon videos confusos, testimonios contradictorios y múltiples versiones. El control informativo y la propaganda han cobrado tanta fuerza como los misiles.

Esta desinformación alimenta tensiones y genera más miedo, dificultando la labor de periodistas, de organizaciones humanitarias y de organismos de derechos humanos que intentan entender e informar sobre lo que realmente ocurre.

El patrón preocupante de las muertes por ayuda

La tragedia de Khan Younis no es un hecho aislado. Desde el inicio de los nuevos operativos de ayuda respaldados por Israel, múltiples incidentes han resultado en catástrofes humanas. Una constante: la desesperación se encuentra con el control militar.

  • En marzo de 2025, más de 120 personas murieron en norte de Gaza durante una entrega fallida.
  • En abril, otro incidente dejó 78 muertos cerca del paso de Rafah.
  • En cada caso, las versiones oficiales contradicen los relatos de testigos.

Las cifras confirman un patrón alarmante: la asistencia humanitaria en Gaza se gestiona en condiciones tan riesgosas como un campo de batalla.

Mike Huckabee entra al escenario judicial de Israel

Justo cuando se reportaban las muertes en Gaza, el embajador de EE.UU., Mike Huckabee, apareció por sorpresa en la corte donde se juzga al primer ministro Benjamin Netanyahu por corrupción. Según Huckabee, su visita fue “una muestra de apoyo personal, en línea con lo que piensa el presidente Trump”.

Este gesto ha sido altamente criticado por organizaciones civiles de Israel y medios internacionales que consideran que Estados Unidos se inmiscuye activamente en un caso judicial interno, debilitando la independencia del poder judicial israelí.

Fuego en Siria: Israel también golpea en Damasco

Mientras Gaza ardía, Israel bombardeó las inmediaciones del Ministerio de Defensa de Siria en Damasco. Alega que sus acciones están dirigidas a proteger a la minoría drusa, envuelta en enfrentamientos con fuerzas del régimen en la ciudad de Sweida. Esta acción militar abre otro frente informal dentro de la región, aumentando el riesgo de expansión del conflicto.

Israel ha incrementado su presencia en la frontera con Siria, al tiempo que continúa interviniendo en los combates iniciados tras el colapso de un cese al fuego con grupos armados drusos.

¿Un sistema colapsado?

Lo que está sucediendo en Gaza escapa a las categorías tradicionales de conflicto. Estamos frente a una emergencia que mezcla hambre, represión, guerra internacional y represión política. Más del 65% del territorio de Gaza ha sido bombardeado al menos una vez desde enero de 2024. Más de 33 mil personas han muerto desde que se intensificaron los enfrentamientos. De ellas, el 71% son civiles (ONG Palestinian Health Data).

En paralelo al caos humanitario, Israel continúa su batalla diplomática para mantener su narrativa: se presenta como víctima del terrorismo y agente legítimo que combate grupos armados. Sin embargo, cada vez más voces en el mundo visibilizan los altísimos costos en vidas humanas de sus acciones militares.

Un futuro en ruinas

La actual situación en Gaza, Siria e incluso la escena política en Israel es reflejo de un sistema en crisis. Se han desdibujado las líneas entre la ayuda y la ocupación, la justicia y la política, los derechos humanos y los intereses geoestratégicos.

Sin una presión internacional real, sin un alto al fuego inmediato y sin una revisión profunda del rol de las potencias involucradas—Estados Unidos, Israel, Irán y grupos como Hamas—, las muertes en Gaza seguirán sumándose silenciosamente a una de las tragedias más oscuras de nuestro tiempo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press