La amenaza del agua: tormentas tropicales, inundaciones y un verano letal en Estados Unidos

El sureste de EE. UU. se encuentra bajo alerta por un sistema tropical con riesgo de tormentas e inundaciones, sumándose a un patrón climático cada vez más extremo

En plena temporada de huracanes del Atlántico, el sureste de Estados Unidos enfrenta una nueva amenaza que revive la preocupación por las lluvias torrenciales e inundaciones que ya han cobrado numerosas vidas durante este caluroso verano.

Una tormenta que podría recibir nombre: ¿Tropical Storm Dexter?

Según el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés), un sistema tropical que se desplaza sobre la región del Panhandle de Florida podría convertirse en una depresión tropical con un 40% de probabilidad para el jueves. Si se intensifica lo suficiente, recibiría el nombre de Tormenta Tropical Dexter.

Sería la cuarta tormenta con nombre de la temporada 2024, después de Andrea, Barry y Chantal. Esta última tocó tierra en Carolina del Sur la semana pasada y dejó secuelas fatales en Carolina del Norte, donde una mujer de 83 años pereció ahogada cuando su coche fue arrastrado por las aguas en una zona rural.

Estados en la mira: desde Florida hasta Luisiana

Aunque el sistema afectará principalmente a Florida, también impactará a los estados de Alabama, Misisipi y Luisiana. El mayor riesgo no reside tanto en los vientos sino en las lluvias intensas que podrían causar inundaciones repentinas.

El Servicio Meteorológico Nacional anticipa que Nueva Orleans podría recibir entre 3 y 5 pulgadas (7 a 13 cm) de lluvia hasta el sábado, aunque algunas zonas costeras podrían superar las 8 a 10 pulgadas (20 a 25 cm). Las autoridades advierten que, incluso si la tormenta no se desarrolla completamente, las lluvias continuarán siendo peligrosas.

Un verano marcado por el agua: tragedias recientes

El monitoreo intensificado por parte de los servicios de emergencia no es casual. En las últimas semanas, una serie de inundaciones letales ha golpeado diversas partes del país.

  • El lunes pasado, inundaciones relámpago azotaron la ciudad de Nueva York y partes de Nueva Jersey, costando la vida a dos personas.
  • Durante el Día de la Independencia (4 de julio), al menos 132 personas fallecieron en Texas a causa de inundaciones en el Hill Country, una tragedia sin precedentes para la región.

Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), este año hay un 60% de probabilidad de que la temporada de huracanes sea más activa que en años anteriores. La temporada oficialmente va del 1 de junio al 30 de noviembre.

El cambio climático: el elefante en la habitación

Estos fenómenos no son aislados ni aleatorios. Conforme los océanos se calientan debido al cambio climático inducido por la actividad humana, se incrementa la probabilidad de formación de tormentas tropicales intensas. El aumento de temperatura en las aguas del océano Atlántico alimenta estos sistemas, haciéndolos más potentes y más húmedos.

Un informe de 2023 del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) alertó que los eventos meteorológicos extremos, como tormentas e inundaciones, se harán más frecuentes en el hemisferio occidental si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero.

Planificación y prevención: ¿estamos preparados?

Las autoridades locales, estatales y federales han intensificado sus esfuerzos para preparar a las comunidades más vulnerables. Se han activado planes de evacuación en algunas zonas costeras de Luisiana y la Guardia Nacional está en alerta ante posibles emergencias.

No obstante, la realidad muestra que persisten grandes desafíos. En Nueva Orleans, donde la infraestructura de drenaje ya está al límite, incluso lluvias moderadas pueden causar caos. La tormenta que se avecina amenaza con saturar aún más un sistema ya frágil.

¿Qué se puede hacer a nivel individual?

Expertos como los del Instituto de Resiliencia Climática de Florida recomiendan tomar las siguientes medidas:

  • Monitorear los reportes meteorológicos oficiales en nhc.noaa.gov
  • Preparar un kit de emergencia con agua, alimentos, medicamentos, linternas y batería externa para teléfonos.
  • Ubicar refugios en caso de evacuación y acordar puntos de encuentro con familiares.
  • No conducir durante lluvias intensas ni atravesar calles inundadas: solo seis pulgadas de agua pueden derribar a una persona y un pie de agua puede arrastrar un coche.

Tormentas con nombre, tragedias con rostro

En términos estadísticos, puede parecer simple decir que un 60% de probabilidad augura una temporada más intensa. Pero detrás de cada tormenta hay historias humanas. La mujer de 83 años arrastrada por el agua en Carolina del Norte es solo uno de los muchos rostros de una realidad escalofriante.

Según un estudio de la Universidad de Stanford, casi el 70% de los fallecimientos asociados a desastres naturales en Estados Unidos derivan de inundaciones. En muchos casos, se trata de personas mayores o con movilidad limitada que no logran evacuar a tiempo.

¿Estamos ante una nueva era de clima extremo?

Muchos científicos y expertos como Katharine Hayhoe, climatóloga de la Universidad Tecnológica de Texas, consideran que ya no hablamos del futuro, sino del presente. “El clima extremo ya está aquí”, dice en una de sus publicaciones. “Lo que ha sido inusual en décadas pasadas, ahora es parte del día a día”.

La frecuencia de eventos extremos ha aumentado tanto que los análisis meteorológicos ya tienen que considerar nuevas variables: precipitaciones más concentradas, tormentas de formación rápida y sistemas que descargan fenómenos severos incluso sin alcanzar la categoría de huracán.

¿Y si la próxima tormenta no tiene nombre?

Un aspecto desconcertante del sistema actual es que, aunque solo tiene un 40% de probabilidades de convertirse en una depresión tropical y aún menos de ser nombrado como tormenta, el peligro es real. Las lluvias no necesitan un nombre para causar devastación.

Esto ha llevado a una reflexión urgente entre meteorólogos y responsables de protección civil: no se debe subestimar ningún sistema solo porque no haya sido oficialmente clasificado. La lluvia intensa es suficiente para poner vidas en riesgo.

Una vez más: la resiliencia será clave

Durante años, las ciudades del Golfo han luchado entre el crecimiento poblacional, la presión inmobiliaria y la inversión insuficiente en infraestructura resiliente. El escenario actual pone sobre la mesa una pregunta crucial: ¿hasta cuándo se puede postergar la adaptación urbana al cambio climático?

Michael Berkowitz, exdirector de Resilient Cities de la Fundación Rockefeller, señaló: “La resiliencia no es solo construir muros más altos. Es invertir en educación comunitaria, redes de evacuación efectivas y sistemas sociales que puedan responder a la amenaza climática de forma clara y coordinada”.

Con cada gota, un llamado a cambiar

A medida que las lluvias se intensifican en el sureste de EE. UU., y el sistema sobre Florida amenaza con convertirse en Dexter, el mensaje es claro: no hay tiempo que perder. Las autoridades deben actuar, los ciudadanos deben prepararse y la conversación pública debe centrarse en lo que verdaderamente importa: la protección de la vida y la adaptación a un entorno que cambia rápidamente.

Porque aunque el nombre de una tormenta pueda olvidarse, sus consecuencias dejan cicatrices imborrables.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press