¿Está Estados Unidos saboteando el orden económico global? Trump, Powell y la revitalización del eje China-Australia

La política de aranceles de Trump, el tambaleante liderazgo de la Reserva Federal y la respuesta de Asia-Pacífico podrían redefinir el equilibrio del comercio mundial

Trump y la Reserva Federal: tensiones que sacuden a Wall Street

Donald Trump vuelve a agitar los mercados financieros globales tras sus recientes comentarios sobre un posible despido del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. Aunque indicó que era “altamente improbable”, la mera declaración de que lo consideró provocó oscilaciones inmediatas en el S&P 500, que cayó un 0,7% de manera momentánea antes de recuperar terreno.

Esto ocurre mientras el presidente sigue presionando al banco central para que baje las tasas de interés, una herramienta común para estimular la economía, pero también un arma de doble filo que puede desencadenar inflación si se usa de forma imprudente.

La tensión entre la Casa Blanca y la Fed no es nueva. En 2019, Trump ya había criticado a Powell por no ser suficientemente agresivo en los recortes de tasas. Pero despedir a un presidente de la Fed abierto y deliberadamente podría socavar la independencia de esta institución y, por consiguiente, la confianza mundial en el dólar estadounidense.

Impacto de los aranceles: ¿proteccionismo o autogol económico?

Más allá de su disputa con Powell, Trump ha adoptado una postura comercial agresiva mediante la imposición de aranceles a productos chinos y de otros países. Esto ha generado un efecto dominó en los mercados internacionales, afectando desde las exportaciones de Japón hacia EE.UU. hasta los precios que enfrentan los consumidores estadounidenses con productos de consumo masivo como ropa y juguetes.

Un indicador clave reveló que los precios al por mayor crecieron un 2,3% el mes pasado. Esto podría parecer moderado, pero el aumento de precios debido a los aranceles ya se siente en los bolsillos de las familias estadounidenses. Diversos estudios —como uno realizado por la National Bureau of Economic Research— sugieren que el 100% del costo de los aranceles impuestos a China entre 2018 y 2019 fue transferido a los consumidores estadounidenses.

Australia estrecha lazos con China: ¿giro estratégico o pragmatismo comercial?

Mientras tanto, el primer ministro australiano Anthony Albanese ha realizado una visita de Estado extraordinariamente larga a China, destacando sus reuniones tanto diplomáticas como simbólicas, como su paso por un centro de cría de pandas en Chengdu. El mensaje es claro: Australia quiere un socio comercial confiable frente a la creciente hostilidad de EE.UU.

“Uno de los aspectos fundamentales que hemos aprendido al reparar esta relación bilateral es que el trato igualitario y la cooperación sirven a los intereses de ambos países”, afirmó el presidente chino Xi Jinping durante su reunión con Albanese en Beijing. Palabras que muchos analistas interpretan como una crítica velada a las políticas proteccionistas de Trump.

A lo largo de la década pasada, los lazos entre Australia y China se habían deteriorado debido a políticas como la prohibición de Huawei y la petición australiana de una investigación independiente sobre el origen de la pandemia. Sin embargo, desde la llegada del Partido Laborista al poder en 2022, todas las restricciones comerciales impuestas por China han sido levantadas.

El eje Asia-Pacífico toma forma ante el repliegue estadounidense

Mientras Washington adopta una postura cada vez más autárquica, países como Australia buscan reafirmar el sistema multilateral de libre comercio en cooperación con socios asiáticos como China. Japón ha sufrido un aumento de su déficit comercial debido a los aranceles de EE.UU., y mercados como Corea del Sur, India y Tailandia comienzan a ajustar sus políticas económicas frente a esta nueva dinámica.

El índice Nikkei 225 de Tokio subió un 0,6% tras informarse sobre un retroceso en las exportaciones a EE.UU. debido a los aranceles. Por su parte, el Hang Seng en Hong Kong y el Shanghai Composite también mostraron ligeros avances. El índice SET de Bangkok saltó un 2.9%, impulsado por empresas clave como Airports of Thailand y Delta Electronics.

La idea de que EE.UU. es ya una amenaza —más que un defensor— del libre comercio empieza a ganar terreno. James Laurenceson, director del Instituto de Relaciones Australia-China de la Universidad de Tecnología de Sídney, comentó: “No se trata de un acercamiento de Australia a China, sino de un alejamiento progresivo de Estados Unidos”.

¿Powell en la cuerda floja? Las consecuencias de una Reserva Federal sin independencia

La Reserva Federal cumple con un doble mandato: mantener el empleo y controlar la inflación. Por eso, Powell ha insistido en que prefiere esperar mayor claridad respecto al impacto de los aranceles antes de actuar. Su actitud cautelosa y centrada en los datos contrasta fuertemente con la presión política urgente impuesta por Trump.

La posibilidad de remover al presidente de la Fed por razones políticas podría tener consecuencias catastróficas. El dólar estadounidense perdería credibilidad, los mercados financieros se volverían inestables y la percepción de EE.UU. como garante del orden económico mundial se vería severamente socavada.

En palabras de varios senadores republicanos, entre ellos Mitt Romney y Pat Toomey, la mera idea de despedir a Powell sería “desestabilizadora para la economía y una amenaza para la independencia institucional”.

Trump Jr., fusiones financieras y ruido en Wall Street

En un giro curioso, productos financieros y acciones tecnológicas también sintieron el efecto Trump. La tienda online de armas GrabAGun, que ahora cotiza en bolsa tras fusionarse con Colombier Acquisition Corp. II, tuvo su debut bursátil respaldado por Donald Trump Jr., quien también se unirá a la junta directiva. La acción cayó un 23.9% tras varios vaivenes, reflejo de la volatilidad del mercado en tiempos de inestabilidad política.

Mientras tanto, ASML, gigante holandés y proveedor clave de la industria de semiconductores, anunció que no puede garantizar crecimiento para 2026, tras haber reportado un avance del 15% en 2025. Sus acciones cayeron un 8.3% en EE.UU., otra señal preocupante de lo que podría venir en un mundo con cadenas de suministro debilitadas por las guerras comerciales.

¿Un orden global sin liderazgo estadounidense?

Si algo deja claro la situación actual es que Estados Unidos está en una encrucijada económica y política. La tensión entre Trump y Powell simboliza una crisis más profunda sobre qué papel quiere jugar Washington en el mundo. Mientras tanto, China y Australia lideran con pragmatismo la defensa del libre comercio.

El comercio internacional representa más del 60% del PIB global, y decisiones tomadas en la Casa Blanca pueden afectar desde los agricultores australianos hasta las fábricas vietnamitas, el turismo en Tailandia o los inversionistas en Wall Street.

No es el fin del orden mundial nacido tras la Segunda Guerra Mundial, pero quizás sí el principio de una nueva era, donde el liderazgo global se comparta más y las decisiones unilaterales pasen factura no sólo en términos geopolíticos, sino también en el bolsillo ciudadano.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press