El castigo por amor: La polémica expulsión de una estudiante en China revive debates sobre género, nacionalismo y privacidad
Una joven acusada de dañar la 'dignidad nacional' por su relación con un extranjero desata una tormenta cultural en las redes sociales chinas
¿Amor o traición a la patria?
En un sorpresivo y polémico giro, la Universidad Politécnica de Dalian, ubicada en el noreste de China, anunció recientemente la expulsión de una estudiante por mantener "interacciones inapropiadas con un extranjero", una conducta que, según la institución, habría dañado la dignidad nacional.
La estudiante, cuyo nombre no ha sido reproducido por motivos de privacidad, habría sido identificada en un video íntimo junto al gamer profesional ucraniano Danylo Teslenko, más conocido como “Zeus”. Aunque el hecho ocurrió de manera privada y no se ha confirmado si la persona en cuestión es efectivamente la joven expulsada, la severidad de la sanción, las formas en que fue difundida y su trasfondo político-cultural han generado un avivado debate nacional e internacional.
Internet chino en llamas: ¿Castigo justo o moralismo retrógrado?
Desde plataformas como Douyin (la versión china de TikTok) hasta Xiaohongshu (una red social similar a Instagram), usuarios de distintas edades han compartido su indignación o apoyo ante el caso. Muchos lo ven como una muestra de nacionalismo extremista con matices de control sobre el cuerpo femenino.
Algunos de los comentarios más destacados en redes sociales incluyen:
- “¿Si un estudiante varón hubiera hecho lo mismo con una extranjera, estaría siendo expulsado?”
- “Esto se parece al Talibán. El nacionalismo no debería controlar la vida sexual de las personas.”
- “La universidad se extralimitó. La vida personal no debería politizarse así.”
Vigilancia sobre el comportamiento femenino
El caso pone en evidencia una larga historia de estándares de doble moral sobre las mujeres en China y otros países con regímenes autoritarios. Históricamente, la conducta romántica o sexual de las mujeres ha sido objeto de mayor escrutinio, castigándose duramente cuando se percibe fuera de los márgenes culturales o patrióticos aceptados.
En 2021, un documental del canal CCTV mostraba cómo ciertas universidades vigilaban a las estudiantes a través de cámaras, justificando estas medidas como "protección contra malas influencias extranjeras". Este control no se aplica con la misma severidad a estudiantes varones, lo que refuerza acusaciones de misoginia institucional.
¿Qué dicen las leyes y medios estatales?
El diario estatal The Paper, con sede en Shanghái, criticó públicamente la decisión de la universidad. Declaró que publicar el nombre completo de la estudiante violaba potencialmente la Ley de Protección de Información Personal de China y que el escándalo debería haberse tratado de forma privada, no como asunto de interés público.
“Es impropio injertar asuntos privados en el dominio público para su eliminación colectiva”, escribió el periódico, cuestionando el carácter ejemplarizante de la medida pero sin oponerse frontalmente al argumento nacionalista.
El papel del gamer ucraniano Zeus
El supuesto “extranjero” involucrado, Danylo Teslenko, es una figura conocida en el mundo de los eSports, particularmente por sus logros en Dota 2. Fue finalista en el torneo Perfect World Shanghai Major 2024, donde conoció a la estudiante en cuestión.
En un mensaje publicado en la plataforma X (anteriormente Twitter), Teslenko confirmó que grabó “algunos videos con una chica que conocí en Shanghái” y los borró rápidamente después de entender la magnitud del escándalo.
“Nuestros rostros eran visibles, pero no había contenido explícito ni nada irrespetuoso en los videos.”
Además, Teslenko negó rotundamente haber dicho que 'las chicas chinas son fáciles', una expresión que circulaba entre teorías no confirmadas en la web china. No obstante, el daño ya estaba hecho: la percepción de vulnerabilidad femenina ante el extranjero se convirtió en materia de seguridad nacional.
¿Una nueva “pureza nacional”?
El caso ha sido interpretado por muchos como parte de una política más amplia del régimen de Xi Jinping, que busca fomentar una ideología de orgullo nacional rígido y pureza cultural. Desde 2012, China ha escalado su discurso nacionalista, promoviendo nociones de integridad ideológica, resistencia a influencias extranjeras y moral pública.
El Ministerio de Educación ha introducido libros de texto y cursos centrados en la defensa de los valores nacionales. Asimismo, la censura en producciones cinematográficas o conciertos extranjeros se ha intensificado, reflejando una actitud proteccionista hacia “lo chino”.
Al interior de las universidades, estas políticas se traducen en reglas cada vez más restrictivas relacionadas con la vida personal de los estudiantes. Esta expulsión podría ser usada como un caso ejemplarizante para disuadir toda conducta "impropia" frente a extranjeros.
¿Puede el nacionalismo borrar la privacidad individual?
La pregunta central del debate es si una universidad tiene el derecho de convertir una decisión íntima en un escándalo nacional y disciplinario. Entre sectores más liberales dentro de China y en el extranjero, la respuesta es clara: no.
“Estamos presenciando una especie de vigilancia institucional que vulnera gravemente los derechos humanos básicos como privacidad, autodeterminación y dignidad personal”, apunta Li Xuefeng, politóloga y activista por los derechos civiles de la Universidad de Hong Kong.
También se menciona que esta ideología contraviene principios jurídicos modernos como el due process, ya que la estudiante fue sancionada de manera pública sin proceso legal, y exponiéndola al escarnio mediático.
Un símbolo de las tensiones sociales modernas en China
Este caso simboliza la encrucijada en la que vive la juventud china actual: entre el deseo de experimentar libertad personal —propia de una generación digitalizada y conectada al mundo—, y el peso de un Estado vigilante que promueve la obediencia y la moral tradicional.
Como señala la psicóloga social Chen Yuling, “la experiencia romántica con alguien extranjero se convierte, bajo este tipo de enfoque ideológico, en una herejía cultural, algo que contamina el cuerpo nacional. No es solo control sexual, es también un discurso biopolítico.”
¿Un futuro más vigilado aún?
Si bien el caso ha provocado rechazo amplio en redes sociales, también ha sido defendido por sectores cercanos al poder, argumentando que este tipo de sanciones son necesarias para defender el tejido moral de la nación frente a tensiones globales.
Lo preocupante, advierten los expertos, es si esta decisión marcará un precedente peligroso para el resto de las universidades en China. ¿Se volverá norma el juzgamiento público y moralista de los estudiantes?
Por ahora, lo único claro es que en una nación donde dignidad nacional y control social se entrelazan, el costo de amar a “la persona equivocada” podría ser devastador. Especialmente si eres mujer.