La revolución de la inteligencia artificial en el sector público estadounidense

Gobiernos locales y filántropos apuestan por la IA para aumentar la eficiencia y brindar mejores servicios a quienes más lo necesitan

Una adopción progresiva y con propósito

En un momento donde el debate en torno a la inteligencia artificial (IA) se encuentra dividido entre la promesa del progreso y la sombra de los riesgos, San José y otras ciudades estadounidenses están apostando fuerte por incorporar esta tecnología en los procesos gubernamentales. Y no están solas. Un grupo de filántropos multimillonarios, entre ellos Steve Ballmer y la Fundación Gates, están respaldando esta visión con una inversión de $1.000 millones a lo largo de los próximos 15 años.

La iniciativa, bautizada como NextLadder Ventures, busca empoderar a trabajadores sociales, defensores públicos, oficiales de libertad condicional y otros servidores encargados de asistir a los sectores más vulnerables de la sociedad. La meta: que la inteligencia artificial les permita aumentar su productividad, reducir el papeleo y enfocarse en brindar atención más humana y eficiente.

San José, California: la ciudad donde gobierna ChatGPT... con juicio humano

Matt Mahan, alcalde de San José, está convencido de que la IA no solo es útil, sino necesaria. En un entorno donde su administración debe responder a las necesidades de casi 1 millón de habitantes con menos de 7.000 trabajadores municipales, herramientas como ChatGPT permiten acelerar tareas administrativas que antes requerían días o semanas.

“Uno aún necesita una persona con sentido común en el proceso. No puedes simplemente apretar un botón y confiar en la respuesta”, dijo Mahan. Aun así, no niega la utilidad de apoyarse en resúmenes redactados por IA para discursos o informes clave.

De hecho, San José ya adquirió 89 licencias de ChatGPT a $400 por cuenta, una inversión de más de $35.000, para uso en departamentos como transporte, seguridad, manejo de subvenciones y servicios públicos.

Casos de éxito: desde subvenciones hasta movilidad eléctrica

Andrea Arjona Amador, líder en programas de movilidad eléctrica de la ciudad, usó un "agente de IA" personalizado para organizar requisitos de múltiples propuestas de financiamiento. Con su ayuda, redactó un documento de 20 páginas que resultó en una subvención de $12 millones para estaciones de carga de vehículos eléctricos. También creó un sistema para ajustar el tono y lenguaje de sus comunicaciones profesionales.

“Antes de usar esto, pasábamos noches y fines de semana interminables tratando de terminar solicitudes de subven­ciones”, señala Amador. Ahora, puede concentrarse en ejecutar proyectos en lugar de escribir cartas.

San Francisco y la IA con enfoque humano

La vecina ciudad de San Francisco pronto dará acceso a un chatbot basado en Copilot de Microsoft a aproximadamente 30.000 trabajadores municipales, incluidos enfermeros y asistentes sociales. Según el alcalde Daniel Lurie, el sistema incluirá robustas salvaguardas de privacidad y prevención de sesgos y nunca tendrá como objetivo reemplazar el juicio humano.

El auge de los “agentes de IA” y sus desafíos

Una tendencia emergente en el ámbito de la IA son los agentes digitales: herramientas que no solo generan texto, sino que también pueden realizar acciones, como programar eventos, enviar correos o consultar bases de datos. Este es un paso más allá del asistente conversacional tradicional.

En Stockton, California, la esperanza era que un agente de este tipo ayudara a gestionar parques y lugares públicos. Sin embargo, tras una fase de prueba, la ciudad decidió no comprar la licencia por falta de rentabilidad a corto plazo. Según Gartner, más del 40% de los proyectos de este tipo probablemente serán cancelados antes de 2027 por costos crecientes o falta de resultados concretos.

NextLadder Ventures: filantropía y tecnología trabajando juntas

Mientras tanto, la coalición liderada por la Ballmer Group y la Fundación Gates busca crear un ecosistema de herramientas tecnológicas para el sector público. Uno de sus socios principales es la empresa de IA Anthropic, creadora del modelo Claude, que aportará $1,5 millones anuales en recursos técnicos a la causa.

“Queremos acompañar a las organizaciones beneficiarias de la misma forma que lo hacemos con nuestros clientes corporativos más importantes”, dijo Elizabeth Kelly, directora de implementación responsable en Anthropic.

La meta de NextLadder es que los retornos de las inversiones se reinviertan en nuevas soluciones. Aún no se ha definido si será una empresa sin fines de lucro o con fines de lucro, pero su enfoque será proporcionar herramientas eficaces y éticas para quienes atienden a las poblaciones más vulnerables.

Un enfoque transparente ante los riesgos de la IA

A pesar del entusiasmo, los funcionarios reconocen que los sistemas de IA no están exentos de errores. En algunos casos, los resultados generados por ChatGPT han resultado imprecisos. En mayo pasado, el documento de una comisión federal estadounidense contenía errores evidentes atribuidos al uso de IA no supervisado.

Por ello, expertos como los del National Institute of Standards and Technology insisten en promover desarrollos responsables. Según dichos estándares, una IA confiable debe ser explicable, verificable y especialmente cuidadosa al operar en contextos de alto riesgo como la justicia o los servicios sociales.

La IA como vehículo para la movilidad económica

El objetivo de la coalición filantrópica es claro: reducir la carga operativa de quienes acompañan casos críticos, ya sean trabajadores sociales, gestores de vivienda o defensores legales. Eliminando obstáculos burocráticos, pueden lograr que individuos salgan más rápido de situaciones de alto riesgo.

Brian Hooks, CEO de Stand Together, lo expresó así:

“Las soluciones que estamos apoyando se desarrollan codo a codo con la gente que vive las realidades más difíciles del sistema económico.”

Los programas que no solucionen problemas reales no recibirán inversión. “El hecho de que alguien viva en condiciones precarias no significa que no deba beneficiarse también de las mejores tecnologías”, sentenció Hooks.

Una apuesta necesaria

Mientras continúan los debates sobre privacidad, sesgos algorítmicos y autonomía humana en el uso de IA, el sector público estadounidense muestra señales de avanzar con responsabilidad y propósito. Como muestra el caso de San José, una adopción progresiva, crítica y ética puede convertir a la inteligencia artificial en una aliada del bienestar ciudadano, no en su amenaza.

Las iniciativas como NextLadder Ventures podrían marcar un antes y un después en cómo se entiende el papel social de la tecnología de vanguardia. Si logran lograr la transformación que prometen, estaremos ante el comienzo de una nueva era donde la eficiencia gubernamental camina de la mano con la equidad social.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press