Gaza al borde del colapso: ¿humanitarismo o control geopolítico?
Decenas de muertos en la lucha por alimentos mientras la ayuda en Gaza desata tensiones y violencia
Una tragedia diaria en el sur de Gaza
El sábado 19 de julio de 2025, en el sur de la Franja de Gaza, al menos 32 palestinos perdieron la vida según autoridades hospitalarias, tras una serie de tiroteos cerca de centros de distribución de alimentos organizados por la Gaza Humanitarian Foundation (GHF), una ONG respaldada por Estados Unidos e Israel. Lo que pretendía ser un esfuerzo para aliviar el hambre, se ha transformado —según testigos— en un trágico campo de peligro para quienes buscan sobrevivir.
Estos centros, que comenzaron operaciones a finales de mayo, buscan suplantar el sistema de distribución de ayuda tradicional liderado por Naciones Unidas. Estados Unidos e Israel argumentan que Hamas se adueña de parte de esos suministros. Sin embargo, la ONU niega categóricamente las acusaciones. Mientras tanto, los civiles están atrapados entre el hambre y las balas.
¿Distribución humanitaria o zonas militarizadas?
La GHF afirma haber repartido millones de comidas a los habitantes de Gaza, pero numerosos testigos y personal médico concuerdan en que la violencia en sus puntos de distribución es frecuente. La fundación, financiada en parte con fondos estadounidenses, opera con seguridad privada fuertemente armada. Dicen que algunos de los muertos se deben a estampidas, otros a tiroteos "lejanos a los centros".
Testigos como Mahmoud Mokeimar y Akram Aker exponen una realidad mucho más sombría. Mokeimar expresó: "Fue una masacre… la ocupación abrió fuego sobre nosotros indiscriminadamente". Aker aseguró que se usaron ametralladoras montadas en tanques y drones, disparando directamente contra la multitud.
Las cifras detrás del dolor
- Más de 58,000 palestinos han muerto desde octubre de 2023, según el Ministerio de Salud de Gaza.
- Más del 50% de los fallecidos son mujeres y niños.
- Casi 2 millones de habitantes desplazados.
- 1,200 israelíes murieron y 250 fueron secuestrados por Hamas en octubre de 2023, desencadenando la guerra actual.
Las estadísticas reflejan una situación que ha superado cualquier baremo humanitario viable. La ONU alertó sobre una hambruna inminente y calificó la situación como una de las mayores crisis humanitarias actuales.
Entre la desesperación y la militarización del hambre
La forma en que se distribuye la ayuda genera no solo caos, sino acusaciones de manipulación política. Videos verificados muestran a contratistas estadounidenses tirando gases lacrimógenos, granadas aturdidoras e incluso realizando disparos al aire para "controlar" a las multitudes.
Sanaa al-Jaberi, una mujer de 55 años, dijo: "Gritamos 'comida, comida', pero no hablaron con nosotros. Simplemente abrieron fuego".
El Nasser Hospital en Khan Younis recibió 25 cadáveres en pocas horas y más de 70 heridos, muchos con disparos en la cabeza o el pecho. La comunidad hospitalaria se encuentra sin insumos médicos básicos, y el personal lidia con un flujo constante de víctimas.
¿Humanitarismo con condiciones?
La Gaza Humanitarian Foundation no ha asumido responsabilidad por las muertes. Asegura que lo ocurrido está "fuera de sus centros y horarios de apertura". Sin embargo, los testimonios difieren: muchos buscaban alimentos horas antes del amanecer para evitar estampidas. La entidad ha culpado incluso a agentes de Hamas por generar pánico, aunque sin proporcionar pruebas.
El padre de una víctima, Monzer Fesifes, resumió el sentir de muchos: "Mi hijo fue a buscar comida para nosotros a esa ayuda fallida de EE.UU. y los sionistas. Ahora está muerto".
El nexo entre geopolítica y hambre
La situación en Gaza es más que un drama humanitario. Las potencias regionales e internacionales están utilizando la situación como tablero geopolítico. La sustitución del sistema de ayuda tradicional por uno controlado por aliados de Israel plantea preguntas sobre las verdaderas intenciones.
Al imponer un formato de distribución al margen de la ONU, se genera desconfianza entre la población civil, especialmente cuando esos centros se convierten en escenarios de muerte. Organismos internacionales han expresado preocupación de que la ayuda humanitaria se convierta en una herramienta de coacción política.
Una estrategia de dominación más que de socorro
La narrativa israelí sobre la necesidad de reemplazar la ayuda de la ONU apunta a limitar el supuesto uso de los recursos por parte de Hamas. Pero ni EE.UU. ni Israel han presentado evidencia pública concreta que justifique el cambio operativo. En cambio, el nuevo esquema ha generado más caos, muerte y desconfianza.
Desde octubre de 2023, las consecuencias han sido devastadoras para la población gazatí:
- Más de 370,000 viviendas destruidas o dañadas.
- Más del 70% de los hospitales fuera de servicio.
- El 90% de la población sin acceso regular a agua potable.
Frente a este panorama, muchos argumentan que reemplazar organismos internacionales por grupos ad hoc financiados estratégicamente es una manera indirecta de controlar los movimientos, conciencias y reacciones de la población civil.
Un llamado, entre escombros y cadáveres
La situación clama una solución urgente. Médicos como Mohamed Saker, jefe de enfermería del Nasser Hospital, declararon: "La situación es trágica. No damos abasto, ni siquiera nuestro equipo de urgencias tiene suministros básicos".
Todo esto ocurre mientras las conversaciones de alto el fuego entre Israel y Hamas en Qatar siguen estancadas. Sin avances diplomáticos y con la ayuda convertida en amenaza, el futuro de Gaza parece suspendido entre la desesperanza y la muerte.
Más allá de las estadísticas, los nombres y los titulares, hay una población exhausta, desnutrida y traumatizada que enfrenta cada alimento como una batalla.
La comunidad internacional debe preguntarse: ¿Humanidad selectiva o complicidad en el dolor?