Scottie Scheffler y el arte de dominar los majors: ¿el nuevo gigante del golf mundial?
Con una ventaja de cuatro golpes en el British Open, Scheffler podría lograr una hazaña inédita en la historia del golf
Cuando se habla de grandeza en el golf, nombres como Jack Nicklaus, Tiger Woods o Ben Hogan acaparan rápidamente la conversación. Pero en pleno 2024, hay un nombre que resuena cada vez con más fuerza: Scottie Scheffler.
El golfista estadounidense se encuentra al borde de una hazaña histórica: con una ventaja de cuatro golpes entrando al último día del British Open en Royal Portrush, Irlanda del Norte, Scheffler podría no solo conseguir su tercer major, sino reafirmar su dominio absoluto en el escenario más exigente del golf. Esta es una historia que va más allá del deporte; es una epopeya moderna que combina talento, determinación y temple en el campo.
El ascenso meteórico de Scottie Scheffler
A diferencia de muchos grandes nombres del golf, Scheffler no fue una superestrella desde el inicio. Aunque tuvo una destacada carrera como amateur, su irrupción en el golf profesional no fue inmediata ni adornada con tanto ruido mediático. Sin embargo, una vez que encontró su ritmo, el ascenso fue incontrolable.
En 2022 ganó su primer Masters de Augusta con una ventaja de tres golpes. En 2023, regresó y volvió a conquistar Augusta, esta vez con cuatro golpes de ventaja. Este año, ganó el PGA Championship por cinco golpes, consolidando su imagen como el golfista más dominante del momento.
No hay registros modernos de un jugador que haya ganado sus primeros tres majors con márgenes tan descomunales. De hacerlo una vez más en Royal Portrush, se convertiría en un caso sui generis en la historia del golf mundial.
Royal Portrush: terreno mitológico
El campo en Irlanda del Norte es uno de los más icónicos del circuito europeo. Su combinación de belleza costera, dunas desafiantes y condiciones climáticas impredecibles lo hacen un verdadero reto incluso para los mejores. No es poca cosa que Rory McIlroy, nacido en Belfast, sea la gran esperanza local y que sus seguidores coreen su nombre por todo el recorrido.
En este ambiente cargado de emociones, Scheffler ha mantenido un temple helado. “Desde la primera salida se notó que estaba en otra frecuencia”, comentaban analistas de Golf Digest. Su primer birdie, después de una excelente salida desde el rough que terminó a solo 10 pulgadas del hoyo, fue una declaración de intenciones.
No solo se trataba de resistir, sino de dominar.
La presión de los grandes escenarios
Jugar un major es ya en sí una presión colosal. Hacerlo liderando la ronda final del Open, ante un público que grita por otro jugador y con la historia mirando cada golpe, es de otro nivel.
“Go Rory!”, gritó un fanático mientras Scheffler caminaba junto al fairway. El público ama al ídolo local, pero respeta al verdugo estadounidense. McIlroy necesita su mejor ronda final en un major, y además, errores de Scheffler. El problema es que Scottie no parece ceder.
Incluso su playing partner, Li Haotong, comenzó con fuerza con un birdie en el hoyo uno, pero rápidamente cayó víctima de la presión. Li ya hizo historia al igualarse tercero en el Open de 2017, el mejor resultado para un golfista chino, pero ahora se asoma a otra lección de grandeza —esta vez, frente a Scheffler.
¿Un nuevo ícono del golf?
Si bien aún es joven, el impacto de Scheffler ya se siente a nivel global. ESPN lo ha comparado con Nicklaus en sus mejores años por su consistencia y sabiduría estratégica. La PGA lo considera “el rostro del nuevo golf estadounidense” y marcas como Nike e incluso Rolex ya lo tienen como uno de sus embajadores mejor valorados.
Estadísticas como estas lo respaldan:
- Primer jugador desde 1934 en liderar por 4 golpes o más en sus primeros 4 majors ganados.
- Promedio de 68.3 golpes en finales de majors desde 2022.
- Ratio de conversión de lideratos de 54 hoyos: 85%.
¿Quién puede frenarlo?
Así como en el tenis hablamos de “la era Nadal” o “el dominio Djokovic”, el golf parece entrar a su propia narrativa: la era Scheffler. Con rivales como Rory McIlroy, Jon Rahm o Viktor Hovland empujando constantemente, nadie puede darse el lujo de relajarse. Y sin embargo, Scheffler hace que lo difícil parezca rutina.
Rory tiene todas las herramientas, pero su juego corto lo ha traicionado recientemente. Rahm y Hovland aún son inconsistentes bajo presión. Scheffler, en cambio, transmite serenidad, confianza y técnica quirúrgica en cada hoyo.
Un impulso necesario para el golf estadounidense
Desde la última era dominante de Tiger Woods, el golf estadounidense no había tenido un estandarte tan convincente. Sí, Johnson, Koepka y Spieth han brillado, pero con vaivenes. Scheffler, en cambio, ofrece una continuidad que recuerda a los titanes del pasado.
Además, lo hace sin el ego inflado que a menudo acompaña a los grandes campeones. Su reputación de hombre modesto, centrado y disciplinado lo vuelve aún más querido y accesible.
Una hazaña a punto de escribirse
Si este domingo finalmente concreta su victoria en Royal Portrush, Scottie Scheffler no solo sumará otro trofeo a su colección, sino que dejará una marca imborrable en la historia del golf. Ser el primer jugador en ganar sus primeros cuatro majors con un margen de tres golpes o más no es solo un dato: es un testimonio de dominio supremo y control mental de otro nivel.
Y quizá, cuando pasen los años, y las nuevas generaciones busquen a sus ídolos en el césped del Augusta National o en las dunas ventosas de Escocia, no hablarán solo de Tiger o Nicklaus, sino también de Scottie Scheffler, el arquitecto del dominio tranquilo.