Bryan Kohberger y los asesinatos de Idaho: un caso cerrado con muchas preguntas abiertas
El brutal crimen de cuatro estudiantes universitarios y el inquietante silencio tras la sentencia de cadena perpetua
Un crimen que sacudió a Idaho y al país
La madrugada del 13 de noviembre de 2022, la calma del pequeño pueblo universitario de Moscow, en Idaho, fue desgarrada por una tragedia sin precedentes. Cuatro estudiantes —Madison Mogen, Kaylee Goncalves, Xana Kernodle y Ethan Chapin— fueron brutalmente asesinados mientras dormían en una casa de alquiler a pocos metros del campus de la Universidad de Idaho.
El caso capturó la atención nacional e internacional no solo por la violencia del crimen, sino por la aparente falta de móvil. Durante semanas, la comunidad universitaria vivió con miedo, incertidumbre y especulación. Se implementaron mensajes de "refugio en el lugar" y la presencia policial aumentó por toda la ciudad debido a la intensidad de la cobertura mediática y la falta de respuestas.
El arresto de un sospechoso poco común
Seis semanas después de los asesinatos, la policía anunció la detención de Bryan Kohberger, un estudiante de posgrado en criminología de 30 años en la cercana Universidad Estatal de Washington. Lo sorprendente del caso no fue solo la brutalidad del acto, sino que el presunto asesino había estudiado el sistema de justicia penal con interés académico. Irónicamente, esa formación podría haber alimentado su intento de encubrimiento.
En el vehículo de Kohberger no se encontró ni una gota de sangre —una señal, según los investigadores, de una limpieza meticulosa—, pero un detalle microscópico cambió el rumbo de la investigación: su ADN estaba en la vaina del cuchillo encontrada junto a una de las víctimas. Además, datos del celular y grabaciones de cámaras de seguridad lo ubicaban varias veces en las cercanías del lugar de los hechos, incluso días antes del crimen.
Un acuerdo de culpabilidad que evita la pena de muerte
Originalmente, el fiscal del condado de Latah anunció que buscaría la pena de muerte si Kohberger era declarado culpable. No obstante, a inicios de julio de 2024, ambas partes llegaron a un acuerdo: Kohberger declaró su culpabilidad oficialmente a cambio de que no se le ejecutara. En su lugar, cumplirá cuatro cadenas perpetuas consecutivas sin posibilidad de libertad condicional.
Según el juez Steven Hippler, los acuerdos de culpabilidad limitan gravemente lo que un magistrado puede hacer, más allá de asegurarse de que el acusado se declara culpable de forma voluntaria e informada. Kohberger, quien permaneció mayormente en silencio durante el proceso, aceptó todas las condiciones del trato.
¿Motivo? Un vacío inquietante
Hasta hoy, no hay una motivación oficial para el crimen que conmocionó a una nación. El fiscal ha mencionado que Kohberger usó su conocimiento del sistema judicial para evitar ser atrapado, pero nunca se ha aclarado por qué eligió a esas víctimas. No había una relación directa confirmada entre él y los estudiantes. Algunos expertos en criminología han planteado la hipótesis de que Kohberger quería perpetrar el "crimen perfecto", una posibilidad alimentada por su historial académico y comportamientos obsesivos en foros sobre crímenes violentos.
La fiscalía reveló que compró por Amazon un cuchillo militar y una funda similar a la hallada en la escena, pero el arma en sí nunca fue recuperada.
Silencio judicial y un nuevo capítulo en el caso
Durante meses, el caso se manejó con un celoso orden de silencio legal que impedía a los abogados y autoridades hablar públicamente. Esta medida fue impuesta para evitar que la cobertura mediática interfiriera con el derecho del acusado a un juicio justo. Solo ahora, con la declaración de culpabilidad, se ha ordenado levantar esa restricción.
Ahora quedamos a la espera de cientos de documentos judiciales previamente sellados, cuyo contenido podría arrojar luz sobre motivaciones, evidencias inéditas o detalles psicológicos del acusado. Sin embargo, algunos expertos advierten que gran parte de la información podría permanecer sellada o ser redactada por razones de seguridad y privacidad.
La audiencia de sentencia: un duelo público y legal
Durante la audiencia de sentencia, se espera que los familiares de las víctimas y los compañeros de casa supervivientes tomen la palabra, lo que podría extender el proceso varios días. En el sistema judicial estadounidense, el acusado tiene el "derecho de alocución", es decir, la posibilidad de dirigirse directamente al juez antes de dictar sentencia. Kohberger tiene la opción legal de hablar... o mantenerse en silencio.
Una de las voces que rompió el silencio fue nada menos que la del expresidente Donald Trump, quien escribió en su red social: “Espero que el juez obligue a Kohberger, al menos, a explicar por qué hizo estos horribles asesinatos. No hay explicaciones, NO HAY NADA”.
Fundaciones y memorias: el legado de las víctimas
Los nombres de Kaylee, Maddie, Xana y Ethan no serán olvidados. En respuesta al horror vivido, las familias han creado fundaciones en su nombre.
- Ethan's Smile Foundation: enfocada en becas para estudiantes que comparten el amor por la vida, la aventura y la educación.
- Made With Kindness Foundation: creada en memoria de las otras tres víctimas, esta organización promueve el bienestar, la amabilidad y el empoderamiento juvenil.
La Universidad de Idaho también construyó el Vandal Healing Garden and Memorial, un espacio de recuerdo y sanación para todos los estudiantes que han perdido la vida mientras estaban inscritos en la institución.
Reflexiones sobre la justicia y el trauma colectivo
Este caso pone de relieve cómo el sistema puede ofrecer un castigo legal pero no siempre una respuesta emocional satisfactoria. Muchos querían un juicio para escuchar todos los detalles, entender el porqué. En cambio, el acuerdo evitó el juicio, y con él, gran parte de las respuestas públicas.
¿Es este tipo de justicia suficiente? ¿Puede una sociedad sanar sin conocer toda la historia detrás de un crimen atroz? Mientras Kohberger permanecerá en prisión por el resto de sus días, millones se quedan con una interrogante perturbadora: ¿por qué lo hizo?