Ozzy Osbourne: El último rugido del Príncipe de las Tinieblas
Un homenaje a la leyenda que definió el heavy metal, desde Black Sabbath hasta el final de sus días.
Un adiós con ecos metálicos
El 22 de julio de 2024, el mundo del rock y del heavy metal se vistió de luto: Ozzy Osbourne, el eterno "Príncipe de las Tinieblas", falleció a los 76 años, semanas después de su último concierto en Birmingham, Inglaterra. La leyenda, nacida como John Michael Osbourne, fue más que un cantante: fue el alma de Black Sabbath y una figura icónica en la historia de la música. Desde sus gritos guturales hasta sus excesos desmedidos, Ozzy dejó una huella imborrable en varias generaciones de fanáticos.
El Big Bang del metal: Nace Black Sabbath
Formado en Birmingham en 1968 junto a Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward, Black Sabbath es considerado el punto de origen del heavy metal. Su disco debut homónimo (1969) introdujo una nueva dimensión de oscuridad y agresividad en el rock, en plena era hippie. Pero fue "Paranoid" (1970) el álbum que consolidó al grupo con clásicos eternos como “Iron Man” y “War Pigs”.
El periodista musical Dave Marsh una vez señaló que Black Sabbath fue “el puente entre los riffs industriales de Birmingham y el horror expresado en notas graves y ominosas”.
Ozzy y el demonio de la adicción
La relación de Ozzy con las drogas y el alcohol fue notoria, tanto así que en 1979 fue despedido de Black Sabbath. En palabras de Butler: “Era incontrolable. Nos dolió separarnos, pero no teníamos opción”.
No obstante, esta caída fue el catalizador de su espectacular carrera en solitario. Con "Blizzard of Ozz" (1980) y "Diary of a Madman" (1981), Ozzy creó himnos como “Crazy Train” y “Flying High Again”, consolidando su lugar en la elite del rock.
Éxitos, tragedias y resurrecciones
La muerte de Randy Rhoads, su brillante guitarrista, en 1982 marcó profundamente a Osbourne. El disco en vivo "Tribute" en 1987 fue su homenaje personal. A lo largo de los años, Ozzy trabajó con guitarristas de altísimo calibre, como Jake E. Lee y Zakk Wylde, manteniendo siempre frescura en su sonido.
Su estilo, con cabello largo, gafas redondas y maquillaje negro intenso, se volvió un ícono visual del género. Y, aunque sus conciertos eran conocidos por su intensidad, escándalos como morder la cabeza de un murciélago en 1981 o orinar en el Álamo en 1982 solo alimentaron su aura mítica.
El lado humano del demonio
En 2002, MTV reveló una nueva faceta de Ozzy con el reality "The Osbournes". Allí, el mundo conoció al hombre detrás del maquillaje: un padre amoroso aunque excéntrico, que bebía Diet Coke mientras intentaba sintonizar el canal de Historia y educaba a sus hijos sobre los peligros de las adicciones.
Más tarde, junto a su hijo Jack, protagonizó el programa "Ozzy & Jack's World Detour", un viaje por puntos emblemáticos de EE.UU. como el Monte Rushmore o la NASA, dejando claro que Ozzy podía ser tierno y curioso, además de salvaje.
Récords, colaboraciones y gratitud
Ozzy fue inducido dos veces en el Rock & Roll Hall of Fame: con Black Sabbath en 2006 y como solista en 2024. A lo largo de su carrera, ganó cinco premios Grammy, y su disco "Patient Number 9" de 2022 obtuvo cuatro nominaciones. En él colaboraron leyendas como Eric Clapton y Jeff Beck.
Incluso llegó a colaborar con artistas modernos como Post Malone, logrando su primer Top 10 en décadas con “Take What You Want” en 2019.
Ozzfest: El festival que desafió a la industria
Tras ser rechazado de Lollapalooza, Ozzy y Sharon crearon en 1996 el Ozzfest, un evento anual que marcó un hito en la cultura alternativa. Bandas como Slipknot, Tool, Megadeth, Limp Bizkit y Linkin Park tocaron bajo su curaduría, consolidando al festival como cantera de lo mejor del metal contemporáneo.
Homenajes en vida... y muerte
En su último show, "Back To The Beginning", que tuvo lugar en Birmingham, Osbourne estuvo acompañado por más de 40,000 fans y artistas de renombre. Metallica, Slayer, Pantera, Aerosmith, Alice in Chains e incluso Jason Momoa (como anfitrión) se reunieron para rendirle tributo.
Tras su fallecimiento, las redes se inundaron de mensajes. Elton John lo llamó "un verdadero pionero y uno de los hombres más divertidos que conocí". Rod Stewart prometió “verlo allá arriba, más tarde que pronto”. Y Nirvana lo proclamó: “Black Sabbath fue el molde del heavy rock – Gracias, Ozzy”.
El hombre detrás del mito
Más allá de las leyendas y controversias, Ozzy fue un trabajador incansable, resiliente ante la adversidad. En 2020, reveló tener Parkinson, y aún así lanzó discos, ganó premios y siguió dando shows mientras su salud se lo permitía.
Fue también un eterno romántico. Casado con Sharon Osbourne desde 1982, compartió una historia de amor tempestuosa, de complicidades, rupturas y reconciliaciones. Su legado familiar incluye hijos como Jack y Kelly, que también encontraron fama gracias al reality familiar.
Un dato curioso, pero simbólico: en 2014, una nueva especie de rana del Amazonas fue nombrada Dendropsophus ozzyi, porque su llamado parecía un grito agudo... como uno de sus guturales alaridos en escena.
Ozzy siempre fue Ozzy
En el fondo, el hombre que cantaba “I don’t wanna die an ordinary man” logró precisamente lo opuesto a una vida ordinaria. Desde los clubes oscuros en Birmingham hasta los escenarios más grandes del mundo, desde el horror de la música hasta la ternura de la televisión familiar, Ozzy fue una figura múltiple, contradictoria, fascinante.
Tal como lo dijo Jack Black en su inducción al Salón de la Fama 2024:
“Es el mejor frontman en la historia del rock. Ozzy es el Jack Nicholson del rock and roll.”
Y como diría él mismo al final de cada concierto: