Horwitz, Verlander y Devers protagonizan una jornada de redención en la MLB
Jornada estelar en la Gran Carpa: Verlander rompe su maldición con los Giants, Devers se luce con dos jonrones y Horwitz conecta su primer grand slam en triunfo de los Pirates
Una jornada memorable para quienes necesitaban reivindicación
La jornada del miércoles en las Grandes Ligas estuvo marcada por historias de resiliencia, redención y explosión ofensiva. Tres nombres se robaron los titulares: Justin Verlander, quien rompió la peor racha sin victorias de su carrera con una apertura brillante para los San Francisco Giants; Rafael Devers, que desató su poder con dos cuadrangulares; y Spencer Horwitz, que vivió un momento inolvidable al conectar su primer grand slam en las mayores.
Verlander: el renacer de una leyenda en San Francisco
Con 42 años, Justin Verlander no necesita presentación. Tres veces ganador del Premio Cy Young, campeón de Serie Mundial, futuro miembro del Salón de la Fama... y aún así, comenzó 2025 con una sequía desconcertante: 16 aperturas sin victoria. Es, según Baseball Reference, la racha sin triunfos más larga para cualquier lanzador de los Giants en una sola temporada desde la fundación de la franquicia en 1883.
Pero todo cambió este miércoles frente a los temibles Atlanta Braves. Verlander mantuvo a raya a los bates del equipo local con cinco entradas en blanco pese a regalar cinco boletos. Permitió apenas un imparable y sumó su primera victoria desde que firmó por $15 millones con los Giants en enero.
"No fue perfecto, pero fue efectivo. Era solo cuestión de tiempo antes de que la ejecución coincidiera con la preparación", dijo el mánager de San Francisco tras el juego.
El momento clave fue en el quinto inning, cuando Eli White abrió con un flojo imparable por la línea de derecho, robó segunda base y avanzó a tercera por un wild pitch. Sin embargo, Verlander salió del problema ponchando a Drake Baldwin en una recta alta que alcanzó las 94 mph, levantando de sus asientos a los fanáticos presentes.
Rafael Devers: dos cañonazos y cuatro impulsadas
Si Verlander dominó desde el montículo, Devers impuso respeto con el bate. Sirviendo como bateador designado luego de cubrir la primera base por primera vez en su carrera la noche anterior, el dominicano fue pieza clave en la victoria 9-3 de los Giants sobre Atlanta, que culminó una remontada en la serie tras perder el primer juego.
Devers conectó dos jonrones monumentales. El primero llegó en el quinto episodio frente a Spencer Strider y rompió el empate. Luego, en el sexto, descargó un vuelacercas de tres carreras ante Dylan Dodd, quien había sido subido de ligas menores apenas ese día.
En total, Devers se fue de 4-3 con 4 carreras impulsadas y 2 anotadas. Su actuación ofensiva catapultó a los Giants, que anotaron 18 carreras combinadas en los últimos dos juegos de la serie, después de apenas 3 anotaciones en los tres juegos previos.
"Me estoy sintiendo cómodo con cada swing", declaró Devers después del partido. "El equipo necesitaba esta energía. Ganamos dos seguidos y eso da confianza".
Spencer Horwitz: un grand slam en el mejor momento
En Pittsburgh, un joven también vivió su noche soñada. Spencer Horwitz, de 26 años, conectó su primer grand slam en las Grandes Ligas durante el triunfo de los Pittsburgh Pirates por 6-1 sobre los Detroit Tigers, completando la barrida en la serie.
El batazo nació en una situación complicada para el lanzador debutante de Detroit Troy Melton. Luego de llenar las bases con un out, logró ponchar a Isiah Kiner-Falefa. Pero Horwitz aprovechó un cutter que se quedó en el centro del plato para mandarlo 416 pies por todo el central. Las tribunas del PNC Park estallaron.
Andrew McCutchen abrió el marcador en la primera entrada con su noveno jonrón de la temporada, consolidando su gran regreso con Pittsburgh.
El abridor de los Pirates, Bailey Falter, también brilló al lanzar siete entradas y permitir solo una carrera. Empató su marca personal con ocho ponches, sin dar boletos, y se llevó su séptima victoria del año.
Para Detroit, fue otra jornada difícil, al sumar su novena derrota en los últimos 10 partidos. La ofensiva volvió a apagarse, con solo cuatro hits y una impulsada de Matt Vierling en el séptimo inning.
Un día de contrastes: lesiones que preocupan
Mientras que en San Francisco y Pittsburgh reinó la alegría, en Los Ángeles la noticia fue más amarga. El abridor de los Minnesota Twins, David Festa, fue colocado en la lista de lesionados por 15 días debido a una inflamación en el hombro derecho.
Festa había permitido tres jonrones y cuatro carreras en su última apertura contra los Dodgers. Tras el juego, experimentó molestias fuera de lo común, lo que obligó al equipo a programarle una resonancia magnética.
"Hay dolores normales después de lanzar. Pero esto fue diferente. No se siente como debería", explicó el mánager Rocco Baldelli con preocupación.
En su temporada como novato, Festa tiene una efectividad de 5.40 con 3 victorias y 4 derrotas en 10 aperturas, además de 53 ponches en igual número de innings.
Lo que viene
- San Francisco descansará el jueves antes de recibir a los New York Mets el viernes. Logan Webb (9-7, 3.08 ERA) será su abridor.
- Atlanta viajará a Texas, donde Joey Wentz (2-1, 5.71 ERA) enfrentará al as de los Rangers Nathan Eovaldi (7-3, 1.58 ERA).
- Pittsburgh, por su parte, continuará en casa contra los Arizona Diamondbacks, con Mike Burrows (1-3, 4.70 ERA) como abridor.
- Detroit intentará cambiar el rumbo en casa frente a los Toronto Blue Jays, con Reese Olson abriendo la serie (4-3, 2.71 ERA).
Una jornada que redefine narrativas
Lo que parecía un miércoles más en el calendario de MLB terminó siendo una fiesta de reivindicaciones personales y colectivas. Justin Verlander demostró que aún tiene combustible; Rafael Devers recordó por qué ha sido All-Star; y Spencer Horwitz escribió el primer capítulo brillante de una historia que apenas comienza. Mientras unos regresan, otros emergen.
Así es el béisbol: lleno de momentos que pueden cambiar carreras y darle a sus protagonistas una segunda vida entre líneas de cal y gritos del público. Hoy, esos tres jugadores —con realidades, edades y trayectorias diferentes— coincidieron en dejar huella. Y el juego, una vez más, ganó.