Copa América Femenina en crisis: ¿Descuido o desdén por el fútbol femenino?
Condiciones precarias, ausencia de VAR y estadios vacíos empañan el torneo continental más importante de Sudamérica
Otra decepción en el fútbol femenino sudamericano
La Copa América Femenina, el torneo más importante de selecciones femeninas en Sudamérica, atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia. Jugadoras veteranas, como la brasileña Marta, y jóvenes promesas han alzado la voz ante condiciones que rozan lo amateur: falta de promoción, estadios vacíos, entrenamientos inadecuados y la ausencia de herramientas tecnológicas como el VAR.
En pleno 2024, parece inadmisible que un torneo organizado por CONMEBOL aún repita errores estructurales que más bien deberían pertenecer al pasado. Pero los recientes reclamos han despertado una discusión más amplia: ¿es esto un descuido o una muestra de la falta de importancia que aún se le da al fútbol femenino en Sudamérica?
Calentamiento en un galpón: el inicio del malestar
Durante el partido entre Brasil y Bolivia, la legendaria Marta se vio obligada a calentar en un espacio cerrado con olor a pintura. El Gonzalo Pozo Ripalda Stadium no permitía el uso del campo para el calentamiento, argumentando su deseo de preservar el césped para partidos consecutivos en fase de grupos. "No había espacio suficiente. Yo no entiendo cómo no se nos permite calentar en la cancha. ¿Esto es fútbol profesional?", expresó con indignación la estrella brasileña.
Este hecho no fue aislado. Otras selecciones reportaron problemas similares, señalando la diferencia abismal con otros torneos contemporáneos como la Eurocopa Femenina 2024 en Suiza, donde las condiciones para las jugadoras han sido ejemplares.
Un torneo sin VAR en pleno siglo XXI
Una de las ausencias más polémicas fue la del Video Assistant Referee (VAR), que sólo se utilizará durante las semifinales y la final. Durante la fase de grupos, las jugadoras quedaron a merced de errores arbitrales sin apoyo tecnológico. Yanara Aedo, atacante chilena, declaró con frustración:
“Es una falta de respeto que no haya VAR. La Eurocopa se está jugando al mismo tiempo y nosotros tenemos que ver partidos allá con tecnología mientras aquí ni siquiera eso nos ofrecen.”
Esta omisión no es solo una diferencia tecnológica, sino una señal clara de que la inversión en el torneo es desigual con respecto a sus pares masculinos o incluso femeninos en otras confederaciones.
Estadios vacíos y falta de promoción
La organización también fue criticada por la falta de público en los estadios. Aunque no se han difundido cifras oficiales, basta con ver las transmisiones televisivas para notar gradas parcialmente vacías, incluso en juegos de la selección anfitriona, Ecuador.
En el debut de Ecuador ante Uruguay, apenas se registraron 6,000 asistentes en el Estadio IDV, con capacidad para 12,000 personas. En otro caso insólito, representantes de un foro internacional en Ginebra revelaron que solamente se habían vendido 30 boletos para uno de los partidos de la fase inicial.
La venta de entradas comenzó el 4 de julio, apenas ocho días antes del primer partido, lo que señala una grave desconexión organizativa. ¿Cómo esperar buena asistencia sin promoción y sin tiempo?
Uruguay casi no participa: desigualdad en casa
Los problemas comenzaron incluso antes del torneo, cuando la selección de Uruguay amenazó con no participar debido a problemas logísticos y falta de equipamiento. A tan solo 72 horas del debut, accedieron a jugar solo después de que su federación cediera a las demandas: uso del Complejo Celeste bajo las mismas condiciones que los hombres, mejoras en equipamiento y viáticos.
Este ejemplo visibiliza una lucha antigua: las jugadoras sudamericanas siguen teniendo que reclamar lo que debería ser un derecho básico en igualdad de condiciones.
El rol de FIFPRO y la solidaridad internacional
La Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPRO) ha estado monitoreando de cerca la situación, señalando que estas falencias no son exclusivas de CONMEBOL, sino parte de un problema sistémico que afecta al fútbol femenino en todo el mundo.
Alex Culvin, directora de políticas de FIFPRO, expresó:
“Lo que pasa en Sudamérica es parte de un asunto global. Hay jugadoras con gran influencia que pueden hablar, como Marta o Kerolin. Pero muchas otras no pueden alzar la voz. Por eso FIFPRO debe ser su escudo.”
Mujeres, dinero y fútbol: un triángulo que sigue incompleto
La brecha en financiamiento es evidente. La Copa América Femenina 2024 se juega en apenas tres estadios de Quito, mientras que torneos masculinos reciben millones en inversión, viajan por múltiples ciudades y cuentan con campañas de promoción masivas.
No se trata únicamente de presupuesto, sino de prioridades. El hecho de que el torneo no cuente con las condiciones básicas revela que el fútbol femenino sigue siendo relegado en los pasillos del poder futbolístico continental.
¿Hasta cuándo?
Este no es solo un llamado de atención sino una exigencia a CONMEBOL para implementar mejoras urgentes. El prestigio de instituciones deportivas no se mide únicamente por torneos y rankings, sino también por su compromiso con la equidad.
En un año donde la Eurocopa y la Copa Africana Femenina están marcando estándares crecientes de organización y promoción, Sudamérica no puede permitirse quedarse atrás.
Marta lo resumió con tristeza: "Estas situaciones me entristecen profundamente. No jugué en torneos sudamericanos durante muchos años y esto me recuerda por qué."
La pelota ya rueda, pero la lucha fuera de la cancha aún tiene mucho por recorrer.