Ucrania resiste el embate de Rusia mientras busca unidad interna y apoyo internacional
La guerra entra en su cuarto año sin señales de tregua, con combates en el frente oriental, controversias políticas internas y una búsqueda constante de respaldo occidental
El conflicto ucraniano-ruso: una guerra de desgaste sin tregua
En el umbral del cuarto año de guerra desde la invasión rusa iniciada en febrero de 2022, el conflicto entre Ucrania y Rusia continúa con una intensidad escalofriante. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, afirmó recientemente que, aunque los combates son duros en todo el frente, las fuerzas de su país logran mantener y repeler los principales ataques rusos.
“No están avanzando. Es muy difícil para nuestros muchachos allá afuera. Y también lo es para los rusos, y eso es bueno para nosotros”, declaró Zelenskyy. Las palabras del mandatario evidencian una realidad militar marcada por un arduo desgaste de ambos bandos.
Frente oriental: pequeñas incursiones, gran resistencia
Las zonas más activas del frente se encuentran en el este de Ucrania, especialmente cerca de la ciudad de Pokrovsk en la región de Donetsk. Allí, grupos tácticos rusos de reconocimiento han intentado realizar incursiones con fines simbólicos, como ondear una bandera rusa para grabar material propagandístico.
Sin embargo, según Zelenskyy, estos esfuerzos han sido en vano. En uno de los casos más recientes, un grupo de 12 soldados rusos intentó mantener una posición temporalmente, pero fueron todos eliminados por las fuerzas ucranianas. Estos escenarios, aunque pueden parecer menores, simbolizan el nivel táctico en el que muchas batallas se están desarrollando: ataques de pequeña escala y muchas veces suicidas, pero cargados de contenido propagandístico potencial.
Sumy y la mejora parcial en el noreste
La región fronteriza de Sumy también ha sido punto clave de tensiones. No obstante, en palabras de Zelenskyy, la situación allí ha mejorado con respecto a meses anteriores, destacando avances de las fuerzas ucranianas en las últimas seis semanas. Este progreso ha sido estratégico para liberar presión en otras zonas del frente.
La guerra de recursos: drones, infantería y defensa aérea
Las diferencias en recursos entre ambos contendientes son notables. Mientras Rusia puede contar con una población más amplia y una base industrial más extensa, Ucrania depende de su alianza con Occidente. Uno de los mayores retos es sostener defensas antiaéreas que permita mitigar los masivos bombardeos rusos a ciudades e infraestructuras críticas.
Zelenskyy informó sobre gestiones para adquirir 10 sistemas de defensa aérea Patriot de fabricación estadounidense. Alemania y Noruega han confirmado la entrega de tres de estos sistemas, pero aún queda la tarea de financiar el resto. Cada unidad tiene un costo superior a los 1.000 millones de dólares.
“Estamos trabajando con nuestros socios internacionales no solo para obtener Patriot, sino también para obtener la licencia de fabricación nacional”, explicó el presidente ucraniano. La fabricación local significaría un salto estratégico en la defensa autónoma del país.
Crisis política interna: protestas y reformas sobre corrupción
Mientras las balas resuenan en el este, otra batalla se libra en Kiev: la de la confianza ciudadana. Zelenskyy ha enfrentado esta semana protestas ciudadanas tras aprobarse reformas que debilitaban agencias estatales clave en la lucha contra la corrupción. Las manifestaciones públicas y la crítica de la Unión Europea obligaron al presidente a retroceder.
“Es muy importante que la sociedad hable. Respeto esa opinión”, declaró.
Las protestas se mantuvieron por tres días consecutivos, aunque con menor afluencia en la tercera jornada. Aun así, la presión popular ha rendido frutos: Zelenskyy ha presentado una nueva legislación para devolver independencia a los organismos de control. Su aprobación aún debe pasar por el tamiz de la Verkhovna Rada, el Parlamento ucraniano.
La unidad nacional como base para la victoria
“Lo más importante en esta guerra es la unidad de nuestro Estado. Es crucial no perder la unidad”, afirmó el presidente, subrayando que más allá de las armas o alianzas estratégicas, la cohesión interna será vital para determinar el resultado del conflicto.
Un eventual fracaso del Parlamento en aprobar las nuevas reformas anticorrupción podría reavivar las manifestaciones y debilitar la imagen de Ucrania ante sus socios occidentales. Aun así, Zelenskyy se muestra optimista: “Lo más importante es que ya existe el proyecto de ley. Está registrado. Creo que tendrá los votos suficientes”.
Ayuda internacional: apoyo militar y diplomático
Ucrania continúa solicitando armas, financiamiento y apoyo diplomático. La reciente aprobación por parte del Departamento de Estado estadounidense de un nuevo paquete de armas valuado en 322 millones de dólares es parte de este esfuerzo.
Aunque el conflicto no parece cercano a una resolución, cada avance simbólico en el campo o en los salones parlamentarios suma en el largo camino hacia la soberanía y recuperación.
“Necesitamos el fin de la guerra, y eso probablemente comienza con una reunión entre líderes. De otra manera, no funcionará con los rusos”, concluyó Zelenskyy, dejando abierta la posibilidad de un futuro encuentro de alto nivel con el Kremlin.
La guerra en Ucrania se perfila como un campo de múltiples frentes: militar, político, diplomático y social. La historia aún se está escribiendo, y el desenlace dependerá tanto de la resistencia de sus soldados como de la voluntad de su pueblo y el respaldo sostenido de sus aliados.