Tren de Aragua: El imperio criminal que desafía a América Latina desde Chile
La caída de 'Los Gallegos' en Arica revela el funcionamiento meticuloso del grupo criminal venezolano más peligroso del continente
Por años, Latinoamérica ha sido terreno fértil para redes de crimen organizado —pero pocas tan meticulosamente estructuradas y transnacionales como el Tren de Aragua—, una organización criminal nacida en Venezuela que ha logrado infiltrar países como Perú, Colombia, y ahora, Chile.
En 2021, esta banda llegó a territorio chileno, específicamente a la ciudad norteña de Arica, donde operaban con una brutalidad y eficiencia empresarial comparable a la de una multinacional. Desde tráfico de personas y explotación sexual hasta extorsión, secuestros y asesinatos, sus métodos han transformado el panorama criminal chileno y encendido las alarmas en el resto del continente.
Documentos como prueba: la contabilidad de la muerte
Durante operativos en Arica, las fuerzas policiales chilenas incautaron hojas de cálculo meticulosas escritas a mano que detallaban cada ítem de gasto de la célula local del Tren de Aragua, conocida como Los Gallegos.
Estos archivos incluían erogaciones tan triviales como $9 por café instantáneo para turnos de vigilancia, o $15 en Uber para un sicario, así como también partidas más siniestras: $34 para insumos de limpieza de cámaras de tortura. La estructura revelada en estos documentos sugiere una jerarquía clara, salarios fijos, bonos de Navidad e incluso una especie de seguridad social para los familiares de los sicarios en Venezuela.
Según el fiscal Mario Carrera, “tuvimos que demostrar no sólo que habían cometido delitos, sino que funcionaban como una estructura organizada. De otro modo, habrían sido juzgados sólo como criminales comunes”.
Chile: de modelo de seguridad a laboratorio del crimen
Hasta hace pocos años, Chile era considerado uno de los países más seguros de la región y con niveles de corrupción entre los más bajos, según Transparency International. Sin embargo, la llegada del Tren de Aragua cambió drásticamente esa percepción. La ciudad de Arica vivió un aumento del 215% en homicidios entre 2019 y 2022, cifras que evidencian una crisis de seguridad sin precedentes.
Uno de los sectores más afectados fue Cerro Chuño, antiguo vertedero tóxico donde ahora viven migrantes venezolanos en condiciones precarias. Allí, Los Gallegos extorsionaban a comerciantes, torturaban a disidentes y ejecutaban rivales. Vecinos temían salir de noche ante la posibilidad de encuentros fatales.
“Territorio virgen”: el auge del Tren de Aragua
El grupo criminal aprovechó el caos generado por la pandemia y el cierre de fronteras para infiltrarse en Chile, utilizando las rutas del tráfico de migrantes. El líder mafioso venezolano Héctor “Niño Guerrero” envió delegados a controlar redes de coyotes y adquirir territorios donde establecer sus operaciones.
Una vez establecidos, replicaron el mismo modelo usado en Venezuela: cobraban peajes, reclutaban mujeres migrantes para explotación sexual y ejecutaban a cualquier amenaza. Chilenos y migrantes por igual vivieron atemorizados por la crueldad del grupo.
De Arica a todo Chile: un caso exitoso que inspira
La labor del fiscal Bruno Hernández y su equipo en Arica permitió desarticular a Los Gallegos, logrando la condena de 34 miembros en 2023 por delitos que incluían homicidio agravado, trata de personas y explotación sexual de menores.
Esto no fue un hecho aislado. Inspiró investigaciones a nivel nacional, llevó a colaboraciones con agencias internacionales como el FBI y demostró que, con inteligencia financiera, testigos protegidos y cooperación regional, es posible derrotar incluso a las mafias más letales.
Contraste: deportaciones vs. investigación penal
Mientras en Chile se lograron estas condenas a través de herramientas legales y fiscales, en EE.UU., bajo la administración de Donald Trump, se optó por la deportación de posibles miembros del Tren de Aragua basándose en evidencias mínimas, como tatuajes sospechosos.
Según Daniel Brunner, ex agente del FBI, “al sacar a todos de las calles, sólo ven la punta del iceberg. No están observando cómo opera la red”. Además, expertos aseguran que estas deportaciones aceleradas dificultan el entendimiento y desmantelamiento real de las estructuras criminales.
Emojis, bonos y jerarquía: el lenguaje interno del Tren
Uno de los hallazgos más intrigantes de las investigaciones en Chile fue el sistema de comunicación del grupo, que incluía emojis codificados. Por ejemplo, una serpiente simbolizaba a un traidor, una nube indicaba peligro o una redada, y un hueso era sinónimo de deuda.
El uso de herramientas empresariales como hojas de Excel, jerarquías salariales y reglas estrictas internas también reflejan una sofisticación sorprendente. Algunos miembros ganaban $1,200 mensuales, más bonos por navidad. Los sicarios recibían $1,000 por asesinato, lo cual los hacía extremadamente leales.
¿Es Bukele el modelo a seguir?
La instrumentalización del crimen para alimentar discursos electorales es otra arista del fenómeno. Mientras algunos sectores de la derecha chilena promueven un “modelo Bukele”, con mano dura, militarización y prisiones masivas, otros advierten que ese camino erosiona el Estado de derecho.
El actual presidente Gabriel Boric, de la izquierda progresista, enfrenta presión creciente a medida que la seguridad se impone como la principal preocupación electoral. A menos de seis meses de las elecciones presidenciales, el ultraderechista José Antonio Kast lidera las encuestas con propuestas que incluyen construir un muro en la frontera norte y expulsar a todos los migrantes indocumentados.
Un país en transformación
Chile ha cambiado. Basta con visitar los barrios populares de Arica para notar cómo la violencia se ha vuelto parte del paisaje cotidiano. Aunque los homicidios han bajado, la sensación de inseguridad permanece.
La señora María Peña González, de 70 años, lo resume así: “Ya no se puede caminar de noche como antes. Desde que comenzaron a llegar diferentes tipos de personas, Chile cambió”.
Y aunque esta sentencia puede sonar discriminatoria, revela el impacto profundo que ha tenido el crimen organizado en la percepción pública y ofrece pistas sobre por qué opciones políticas más extremas ganan adeptos.
¿Fin del Tren de Aragua o nueva etapa?
El desafío ahora es evitar que Los Gallegos se reorganicen, esta vez desde las cárceles. Algunos comerciantes afirman seguir recibiendo amenazas desde teléfonos penitenciarios. “El crimen organizado siempre se adapta”, advierte el fiscal Hernández. Y para derrotarlo, se necesita algo más que fuerza: se precisa inteligencia, voluntad política y cooperación internacional.