Benín, esclavitud e identidad: el retorno simbólico de la diáspora africana

La nueva ley de ciudadanía para descendientes afrodescendientes, el caso de Ciara y el renacimiento del turismo de memoria en uno de los epicentros del comercio trasatlántico de esclavos

“Por el acto de reconocer legalmente a estos hijos de África, Benín está sanando una herida histórica.” Con estas palabras, el ministro de Justicia de Benín, Yvon Détchénou, presenció un momento trascendental: la concesión de la ciudadanía a la estrella estadounidense Ciara. Este acto no fue solo simbólico o protocolario. Forma parte de un cambio profundo en cómo los países africanos, y Benín en particular, miran su pasado y su papel en la historia global.

Una ley histórica con propósito reparador

En septiembre de 2023, el gobierno de Benín aprobó una legislación sin precedentes que ofrece la ciudadanía beninesa a personas afrodescendientes que puedan demostrar vínculos con víctimas del comercio trasatlántico de esclavos. Esta medida no solo reconoce la diáspora africana como parte integral del pueblo africano, sino que pretende cerrar una de las heridas más profundas del continente: su complicidad en la trata esclavista, una realidad que pocos países africanos admiten abiertamente.

Los requisitos para obtener esta ciudadanía incluyen:

  • Ser mayor de 18 años
  • No poseer ya otra ciudadanía africana
  • Demostrar que un ancestro fue deportado desde África subsahariana a través del comercio de esclavos (pruebas aceptadas: ADN, testimonios autenticados, registros familiares)

Este esfuerzo ha sido acompañado por el lanzamiento de una plataforma digital oficial: My Afro Origins, que desde finales de 2023 centraliza las solicitudes para este proceso histórico.

Benín y su papel en la trata transatlántica

Ubicado en el Golfo de Guinea, el Bight of Benin —hoy Benín, Togo y partes de Nigeria— fue uno de los puertos clave para el tráfico de africanos hacia América. Se estima que aproximadamente 1,5 millones de personas fueron arrancadas de esta región. Pero lo que diferencia a Benín es su reconocimiento oficial de su participación directa.

Durante siglos, reyes benineses capturaban y vendían cautivos a los europeos. El Reino de Dahomey, quizá el más notorio, se enriqueció contribuyendo activamente a esta economía esclavista. Esto no es un secreto para los benineses contemporáneos. A lo largo del siglo XX y XXI, el país ha emprendido actos de reconciliación que incluyen:

  • Una conferencia internacional en los 90 para investigar cómo se vendieron esclavos en África
  • Disculpas públicas en 1999 del entonces presidente Mathieu Kérékou durante su visita a una iglesia en Baltimore, EE.UU.
  • Restauración y señalización de los sitios históricos ligados a la esclavitud

Ciara y el regreso a África

La cantante Ciara, ganadora del Grammy, se convirtió en una de las primeras figuras públicas en recibir la nueva ciudadanía. En Cotonou, donde se celebró la ceremonia, la artista caminó por la “Ruta del Esclavo” hasta llegar a la emblemática “Puerta del no retorno”.

“Entre emoción, reflexión y herencia, experimenté un regreso profundo a lo que verdaderamente importa,” escribió Ciara tras la experiencia.

Su viaje no fue meramente turístico. Representó el simbolismo de que los descendientes de quienes fueron arrancados de esta tierra ahora puedan, al menos jurídicamente, recuperar un vínculo con ella.

El auge del turismo de memoria

Benín ha convertido algunos de sus lugares más conmovedores en espacios fundamentales para el “turismo de memoria”, una forma de turismo profundamente vinculada al reconocimiento de la historia esclavista. En la ciudad costera de Ouidah, que en el siglo XVIII fue uno de los principales puertos de esclavos de África, se pueden visitar:

  • La Ruta del Esclavo: camino que los cautivos seguían desde el mercado hasta el mar
  • La Puerta del No Retorno: un monumento que simboliza la última visión que los esclavizados tuvieron de África
  • Templos vudú y museos que ofrecen perspectivas locales de la cosmovisión antes y después de la esclavitud

Este tipo de turismo no es solo un ejercicio de consumo histórico, es también parte de un proceso emocional. Para muchos afrodescendientes, es su primera oportunidad real de pisar África conscientemente, entendiendo que, aunque sus ancestros fueron forzados a irse, ellos ahora regresan por elección, curiosidad y dignidad.

“Puede inspirar a algunas personas a decir: ‘Quiero volver a África y elegir Benín para comprender esta historia’”, explicó Sindé Chekete, director de la agencia nacional de turismo de Benín.

Benín frente al silencio de África

Una de las aristas más complejas del proyecto de Benín es que su franqueza contrasta con el silencio necesario o diplomático de muchos otros países africanos. En Ghana, por ejemplo, también se han dedicado esfuerzos institucionales a atraer a la diáspora (especialmente desde 2019 con el programa Year of Return), pero sin un reconocimiento tan explícito de colaboración activa con los traficantes europeos.

Benín, al admitir su rol de manera pública, está reescribiendo no solo su relación con la diáspora, sino también su legado poscolonial. Se convierte en un referente de valentía histórica y política, abriendo un camino hacia la sanación que, si bien simbólica, hoy tiene implicancias jurídicas reales.

La construcción de pertenencia y esperanza

“Es un acto de justicia, pero también de pertenencia y de esperanza.” Estas palabras no solo describen lo que sucede en una ceremonia de ciudadanía simbólica, sino un cambio cultural profundo.

La “retornación” —entendida como el opuesto de la diáspora forzada— está en marcha. No solo se trata de afrodescendientes interesados en descubrir sus raíces, sino de países africanos que a través de transformaciones políticas valientes, les dicen: “Este también es tu hogar”.

¿Un futuro con pasaporte africano?

El paso que ha dado Benín podría sentar precedente. ¿Imaginas una Unión Africana que reconozca el derecho universal de ciudadanía africana a los descendientes de la diáspora? ¿Un pasaporte panafricano que incluya a millones de personas negras en América, el Caribe y Europa? Si Benín ha podido reconocer su historia y tomar acción reparadora, la pregunta queda sobre la mesa para otras naciones.

Lo que está claro es que, una vez más desde el Golfo de Benín, se está escribiendo una página clave de la historia africana. Y esta vez no es de esclavitud, sino de retorno, reconocimiento y reconciliación.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press