Gaza entre el fuego y el hambre: la crisis humanitaria se agudiza pese a las pausas israelíes
Mientras Israel implementa pausas humanitarias parciales, nuevas ofensivas dejan decenas de muertos y agravan el drama de más de dos millones de palestinos atrapados bajo bombardeos y escasez
La Franja de Gaza continúa sumida en una tragedia humanitaria de proporciones alarmantes. Este lunes, al menos 34 palestinos murieron en ataques aéreos israelíes en distintas zonas del enclave, según informaron autoridades sanitarias locales. Estas ofensivas se registraron un día después de que Israel anunciara pausas diarias de 10 horas para facilitar el acceso de ayuda humanitaria.
La paradoja entre los esfuerzos por entregar asistencia y la continuidad de los bombardeos demuestra la extrema complejidad del conflicto, que no da tregua tras más de nueve meses de guerra desde el violento ataque de Hamas el 7 de octubre de 2023, que dejó 1.200 israelíes muertos y 251 secuestrados. Desde entonces, la ofensiva de Israel ha cobrado la vida de más de 59.800 palestinos, más de la mitad mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza.
Pauses humanitarias bajo fuego
Israel anunció una pausa diaria desde las 10:00 a.m. hasta las 8:00 p.m. en tres zonas clave: Gaza Ciudad, Deir al-Balah y Muwasi, con el objetivo de permitir el paso seguro de ayuda humanitaria. No obstante, los últimos ataques ocurrieron fuera de ese horario, y aún no hay comentarios oficiales del ejército israelí respecto a las víctimas más recientes.
Organizaciones humanitarias recibieron con cautela la medida. Si bien celebraron la apertura por parte de Israel a la entrega de suministros, recordaron que las pausas no son suficientes. "Hace falta un alto al fuego integral y sostenido para garantizar una mejora real en las condiciones de vida de la población", expresó Lynn Hastings, coordinadora humanitaria de la ONU para los territorios palestinos.
Imágenes que conmocionan al mundo
En medio del caos, imágenes de niños gravemente desnutridos circulan en medios de comunicación y redes sociales. Estas escenas han generado una profunda indignación global, incluso desde los aliados más cercanos a Israel.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, calificó las imágenes como "terribles", días después de que su administración impulsara un nuevo esquema de entrega de ayuda vía aérea con apoyo israelí. Sin embargo, este sistema también ha sido víctima de la falta de orden, el caos en las zonas de reparto y los frecuentes bombardeos que ponen en riesgo tanto a voluntarios como a quienes buscan asistencia.
El precio de buscar comida
La mayoría de los 2.3 millones de habitantes de Gaza depende actualmente de la ayuda alimentaria para sobrevivir. La inseguridad alimentaria ha empujado a muchos a arriesgar sus vidas frente al fuego cruzado.
El hospital Awda en Deir al-Balah reportó este lunes la llegada de 7 cuerpos de personas abatidas cerca de un punto de distribución dirigido por la Fundación Humanitaria de Gaza, respaldado por EE.UU. e Israel. Además, al menos otras 20 personas resultaron heridas en el mismo punto.
"Esperan en largas filas, bajo el sol, entre escombros y con temor a un nuevo ataque, todo por algo de pan o arroz," relata Ahmed Al Najjar, voluntario gazatí que apoya con el reparto de víveres en el sur del enclave. "Lo que está ocurriendo escapa cualquier descripción."
Violencia incluso en las zonas supuestamente seguras
En el sector de Muwasi, considerado como una de las áreas "seguras" dentro de la Franja, murió una mujer embarazada de 7 meses junto a otras 11 personas tras un bombardeo. El milagro fue que el bebé logró sobrevivir tras una operación de emergencia, según confirmó la Media Luna Roja Palestina.
Un segundo ataque, también en el sector de Khan Younis, alcanzó una vivienda de dos pisos y mató a 11 personas, entre ellas varias mujeres y niños. Como en otras ocasiones recientes, ni el ejército israelí ni los voceros de la Fundación Humanitaria ofrecieron comentarios inmediatos.
Un conflicto sin final a la vista
Las dimensiones del conflicto actual son comparables con algunas de las peores catástrofes humanitarias de este siglo. Según cifras del Banco Mundial, el PIB de Gaza se ha contraído casi en su totalidad desde octubre, mientras que el desempleo supera el 80% y el acceso a agua potable es menor al 10%.
La ONU ha pedido repetidamente un alto el fuego inmediato. "La situación es insostenible tanto moral como logísticamente," advirtió António Guterres, Secretario General del organismo.
Además de los ataques en Gaza, la tensión regional se ha incrementado debido a las acciones de los rebeldes hutíes en Yemen, quienes han advertido que extenderán sus ofensivas marítimas a cualquier naviera que opere en puertos israelíes, independientemente de la bandera de sus barcos.
La tragedia de los desplazados
Según datos compartidos por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), más de 1.7 millones de personas están desplazadas dentro del territorio, sin acceso garantizado a refugio, alimentos ni servicios básicos.
Muchos de ellos se han aglomerado en zonas como Rafah y Deir al-Balah, que han estado menos impactadas por el conflicto militar, aunque igualmente vulnerables ante nuevas incursiones o bombardeos. Albergues improvisados en escuelas, hospitales e incluso en las ruinas de edificios se han convertido en hogar para miles.
“Pensamos que nada podía ser peor que los cortes de electricidad y agua de años anteriores… pero vivir con miedo constante y hambre es un infierno distinto y más cruel,” explica Fatima Abu Laban, desplazada con tres niños pequeños.
¿Qué hace falta para detener esta sangría?
Muchos expertos coinciden en que sin un cese al fuego respaldado por la comunidad internacional y presión directa sobre ambas partes, será imposible lograr mejoras reales. El analista político israelí Amos Harel, en su columna semanal en Haaretz, escribió: "La ayuda no puede fluir al mismo tiempo que vuelan misiles. O se elige un camino militar o uno humanitario. Intentar ambos es contradictorio y trágico".
En paralelo, la propuesta de discutir una solución de dos Estados en la ONU vuelve a la palestra, rodeada de escepticismo. A lo largo de las décadas, innumerables intentos de negociación han fracasado, alimentando la desconfianza tanto en Gaza como en Israel.
Una herida creciente
Así, Gaza continúa contando a sus muertos a diario, mientras los niños mueren por hambre o metralla, y los hospitales colapsan ante la falta de insumos. Las pausas anunciadas por Israel se diluyen entre bombardeos fuera de horario y promesas incumplidas de protección a civiles.
La comunidad internacional parece estancada entre declaraciones de buena voluntad y una incapacidad patente de forzar una paz efectiva. Las cifras, las imágenes, los testimonios, todo apunta a una crisis que clama por urgencia, humanidad y compromiso real con la vida.
Las pausas humanitarias, aunque necesarias, no son más que un jarabe dulce para una enfermedad crónica y terminal. Lo que Gaza necesita es silencio… pero no el silencio de la muerte, sino el de las armas.