Hawai’i contra las petroleras: ¿la primera gran victoria climática de una ciudad en EE.UU.?
Honolulu lidera la batalla legal contra las gigantes fósiles, acusándolas de décadas de engaño climático. ¿Estamos al borde de un juicio histórico?
En 2020, la ciudad de Honolulu inició una demanda judicial que podría marcar un antes y un después en la lucha climática global. Lo que parecía una más de las muchas batallas legales contra las compañías petroleras se ha ido convirtiendo, caso a caso, moción a moción, en una situación única: Honolulu está más cerca que nunca de llevar a juicio a empresas como ExxonMobil, Shell y Chevron, acusándolas no solo de contribuir al cambio climático, sino de haber mentido deliberadamente al respecto durante décadas.
¿Qué busca exactamente la ciudad de Honolulu?
La demanda de Honolulu afirma que las grandes petroleras conocían desde hace medio siglo que el uso intensivo de combustibles fósiles provocaría una acumulación de gases de efecto invernadero capaz de alterar el clima del planeta. A pesar de ello, según la acusación, no solo continuaron con sus negocios como de costumbre, sino que además financiaron campañas para desinformar a la opinión pública, minimizando los riesgos climáticos.
El equipo legal de la ciudad exige una compensación no especificada por daños relacionados con:
- La subida del nivel del mar que afecta a Oahu, la isla donde se encuentra Honolulu.
- El aumento de huracanes e incendios forestales.
- Oladas de calor cada vez más periódicas.
- La degradación de ecosistemas marinos, incluidos los arrecifes de coral.
De lo local a lo global: ¿por qué este caso importa?
En todo Estados Unidos existen actualmente más de 30 demandas similares, interpuestas por ciudades, condados y estados. Sin embargo, ninguna ha avanzado tanto como la de Honolulu. En palabras de Michael Gerrard, director del Sabin Center for Climate Change Law en la Universidad de Columbia:
“El primer juicio en uno de estos casos será muy significativo. Recibirá atención nacional e incluso global, porque las compañías de petróleo aún no han tenido que subirse al estrado para defenderse en un juicio”.
Una de las razones por las que Honolulu ha avanzado tanto es que la Corte Suprema de Hawái ha bloqueado intentos de las compañías para desestimar el caso. Incluso la Suprema Corte de los Estados Unidos rechazó su intervención, dejando pasar la oportunidad de frenar el juicio.
Los argumentos de defensa: ¿prescripción y conocimiento público?
ExxonMobil, Shell, Chevron y otras compañías acusadas se aferran a un argumento legal: que el caso debe desestimarse por haber pasado más de dos años desde que la información sobre el cambio climático y sus vínculos con los combustibles fósiles era accesible. Según esta visión, el mismo hecho de que el calentamiento global sea hoy un tema de conocimiento general desactiva cualquier reclamo legal reciente.
Un portavoz de Shell escribió:
“La sugerencia de que los demandantes no conocían el cambio climático simplemente no es creíble”.
Pero los representantes legales de Honolulu no están de acuerdo. Argumentan que no se trata de haber conocido el fenómeno del clima, sino de haber sido engañados sobre su causa y magnitud por parte de las propias industrias responsables.
De la nicotina al petróleo: el papel clave de Naomi Oreskes
Para reforzar su postura, el equipo legal de Honolulu incluyó una declaración de Naomi Oreskes, historiadora de la ciencia en la Universidad de Harvard y coautora del influyente libro Merchants of Doubt.
Oreskes fue categórica:
“La industria de combustibles fósiles y sus aliados crearon una campaña organizada para alimentar la duda sobre el calentamiento global antropogénico y así evitar acciones significativas”.
La comparación con la industria del tabaco no es casual. En los años 90, las grandes farmacéuticas tabacaleras fueron condenadas por ocultar los riesgos del tabaco pese a conocerlos desde décadas atrás. Hoy, los demandantes quieren demostrar que la industria petrolera actuó de forma similar.
¿Puede sobrevivir Honolulu al cambio climático?
La ciudad está en el centro de múltiples amenazas ambientales:
- Subida del mar: Se estima que las zonas costeras de Oahu podrían perder hasta 40% de sus playas si continúa el ascenso del nivel del mar. [fuente]
- Arrecifes moribundos: El aumento de la temperatura oceánica ha producido olas de blanqueamiento masivo en los arrecifes.
- Menos peces: Cambios en corrientes marinas y acidificación perjudican a la pesca local, tanto comercial como recreativa.
Irónicamente, estos arrecifes y costas son los grandes atractivos turísticos de Hawai’i, una fuente económica vital. Las consecuencias no solo serán ecológicas, también devastadoras para el turismo, la pesca y las infraestructuras.
El Estado de Hawái también se abre camino
No solo la ciudad, sino todo el Estado de Hawái ha seguido una senda legal similar. Esto ha provocado fricciones con la propia Gobierno Federal de EE.UU., especialmente bajo la administración de Donald Trump, que demandó a los estados de Hawái y Míchigan por sus planes climáticos.
“Permitir que este caso avance sería dar licencia al gobierno federal para usar los tribunales como arma contra litigios civiles que una administración no apoye”, argumenta uno de los documentos de defensa estatal.
¿Qué viene ahora?
Una audiencia clave se llevó a cabo en el tribunal local de Hawái donde las compañías buscaban que todo el caso se desechara. Sin embargo, si el juez no concede esa moción de desestimación, el primer juicio climático en Estados Unidos liderado por una ciudad podría estar a meses de celebrarse.
Aunque una resolución demorará, los juristas ya observan este proceso como una especie de “juicio Nuremberg del clima”, en el que por primera vez se obligue a las grandes petroleras a explicar bajo juramento lo que sabían, cuándo lo supieron y cómo actuaron al respecto.
Ambiciones más allá del tribunal: Hawái hacia cero emisiones
Antes de este caso, otra señal de cambio ocurrió en el archipiélago. En otro litigio local, un grupo de jóvenes ciudadanos demandó al Departamento de Transporte de Hawái por inacción frente al cambio climático. La demanda terminó con un acuerdo histórico: el estado se comprometió a lograr cero emisiones netas en el sector transporte para el año 2045.
Este precedente refuerza el concepto de que los litigios climáticos no son solo simbólicos, sino que pueden traducirse en políticas concretas y compromisos reales.
¿David contra Goliat o el despertar del derecho climático?
El caso de Honolulu podría sentar una jurisprudencia impactante en EE.UU. e incluso fuera del país. Si las cortes aceptan que las compañías petroleras mintieron deliberadamente sobre los efectos ambientales de sus productos, una cascada de litigios podría seguirles, desde otras ciudades, regiones costeras y hasta naciones insulares del Pacífico y el Caribe.
Volvemos entonces a una pregunta esencial:
¿Puede el derecho obligar a rendir cuentas a los gigantes que alteraron el clima global?
Si una ciudad del tamaño de Honolulu logra llevar a juicio a las empresas responsables del 70% de las emisiones industriales desde 1988, según un informe de Carbon Majors, quizás estemos presenciando el inicio de un nuevo capítulo en la era del cambio climático: el capítulo de la responsabilidad.