Las jóvenes promesas de la MLB iluminan la temporada 2025 con talento y determinación
De Chase Burns a Andre Pallante, los lanzadores jóvenes se convierten en protagonistas de historias fascinantes en el diamante
El renacer de las jóvenes promesas en la loma
La temporada 2025 de las Grandes Ligas está ofreciendo momentos memorables protagonizados por algunos de los jóvenes lanzadores más prometedores del béisbol. Entre la intensidad de la competencia por los boletos a los playoffs, emerge un relato fascinante: el excepcional rendimiento de los novatos Chase Burns y Andre Pallante.
Ambos lanzadores, aunque en etapas distintas de sus desarrollos, están dejando huella en el diamante. Burns, un flamante novato de los Cincinnati Reds, ya está alcanzando marcas históricas con cada salida al montículo, mientras que Pallante, de los St. Louis Cardinals, continúa demostrando que la consistencia y la ejecución táctica pueden ser igualmente letales.
Chase Burns: talento precoz y aprendizaje forzado
Chase Burns, de 22 años, fue la segunda selección global del draft amateur de las Grandes Ligas de 2024. Apenas un año después, ya se encuentra enfrentando a los mejores bateadores del mundo, y a pesar de que su registro de victorias no lo refleje (0-3 con una ERA de 6.26 en seis aperturas), sus números dicen mucho más de su potencial que de sus resultados inmediatos.
En su más reciente salida contra los Dodgers de Los Ángeles, Burns logró su tercera apertura consecutiva con al menos 10 ponches, uniéndose a Raisel Iglesias como los únicos pitchers de los Reds en lograr tal hito desde 1900. Además, según Elias Sports Bureau, se convirtió en el octavo jugador de 22 años o menos con tres juegos consecutivos de doble dígito en ponches desde que el montículo se colocó en su ubicación actual en 1893.
Y eso no es todo. Burns también es el quinto lanzador en la historia de la MLB con tres juegos de al menos 10 ponches entre sus primeras seis presentaciones. Lejos de intimidarse, el debutante reflexionó tras su salida contra los Dodgers:
“Es por esto que juego al béisbol. Soñaba con enfrentarme a estos bateadores. Estoy disfrutando mucho esto. Estoy bendecido por estar aquí, y solo quiero seguir aprendiendo y mejorando”.
Las dificultades del aprendizaje en la gran carpa
La calidad de los rivales que ha enfrentado Burns es impresionante. Desde su primer partido frente a los Yankees hasta choques contra campeones defensores, el calendario no le ha brindado una pausa. Incluso en un complicado debut en Fenway Park, donde los Red Sox le anotaron siete carreras en solo un tercio de entrada, Burns no decayó en su confianza.
Sin embargo, una de las limitantes externas que enfrenta es la falta de apoyo ofensivo: los Reds le han brindado solamente cuatro carreras totales mientras él está en el montículo. Es decir, aun cuando lanza bien, tiene poco margen de error.
Su mánager, Terry Francona, es consciente del panorama:
“Queremos crecer con él, ganar con él ahora y construir el futuro a su lado. El chico lo está haciendo bien, es muy maduro o no estaría aquí”.
El futuro próximo: un reto mayúsculo
Y por si su trayectoria no ha sido lo suficientemente intensa, su próxima asignación será histórica: enfrentará a los Bravos de Atlanta en el MLB Speedway Classic que se jugará en el Bristol Motor Speedway, un estadio de NASCAR adaptado para este duelo con capacidad para más de 85,000 espectadores. Un marco que podría romper el récord de asistencia a un juego de Grandes Ligas.
Burns jugó dos años en la Universidad de Tennessee y asistió al bachillerato en Hendersonville, muy cerca del lugar del partido. Será un regreso a casa con un toque épico.
Andre Pallante: un caso de eficiencia y recuperación
Mientras Burns vive su bautismo de fuego, Andre Pallante, de 26 años, está demostrando que la paciencia y consistencia también pueden rendir frutos. En su más reciente actuación contra los Marlins de Miami, Pallante coqueteó con el juego sin hit, permitiendo solo un sencillo en el sexto episodio. Fue su presentación más dominante del año, culminando con siete entradas trabajadas, una carrera, un solo hit, una base por bolas y cuatro ponches.
Su eficiencia fue clave: solo necesitó 81 lanzamientos para despachar siete entradas, con 49 de ellos como strikes. El mánager Oliver Marmol elogió su desempeño:
“Hizo un gran trabajo sacando outs rápidos. Fue eficiente. Obligó a muchos batazos suaves. Navegó la alineación de forma brillante”.
Una temporada de altibajos para Pallante
A pesar de su destacada salida, el camino de Pallante en esta temporada ha sido errático. Antes de su última apertura, venía de una seguidilla complicada: en sus tres presentaciones previas acumuló un récord de 0-3 con una inflada ERA de 9.76. Pero su respuesta ante la adversidad ha sido ejemplar, lo que podría marcar un punto de inflexión para su temporada.
Una anécdota curiosa del juego fue el desempeño del receptor Iván Herrera, quien actuó excepcionalmente como jardinero derecho por primera vez en su carrera. Una jugada en el segundo inning generó cierta tensión para Pallante:
“Me asustó un poco. Corrió directo hacia la barda y pensé: ‘¿Eso va para la tribuna?’ Pero luego retrocedió. Gracias a Dios. Hizo un gran trabajo”.
Las narrativas que construyen el béisbol
En una liga plagada de contratos millonarios y carreras mediáticas, el desarrollo de estos jóvenes lanzadores recuerda a los fanáticos lo esencial: el béisbol, en su núcleo, sigue siendo una historia de crecimiento, prueba y resiliencia.
Historias como las de Chase Burns o Andre Pallante enriquecen el panorama actual. Ambos representan versiones distintas del mismo arquetipo: el joven lanzador que, armado con talento y determinación, desafía a los mejores cada cinco días, buscando dejar una marca imborrable en el deporte que aman.
¿Qué sigue?
Para Burns, el camino continuará lleno de desafíos, pero con cada salida demuestra que posee no solo el stuff necesario, sino también la mentalidad para ser un as de la rotación. En cuanto a Pallante, deberá seguir confirmando que esta actuación no fue una excepción sino un regreso a su mejor forma.
Ambos están demostrando que el futuro de la MLB está repleto de talento joven, y que las nuevas generaciones de lanzadores tienen tanto hambre como herramientas para reconstruir el juego desde el montículo.