¿Revolución o retroceso? La disputa por la ley ambiental NEPA en la era de la inteligencia artificial

La administración Trump planea debilitar una de las leyes ambientales más importantes de EE.UU. para impulsar la infraestructura digital. ¿Qué implica esto para el futuro de la tecnología y el medio ambiente?

NEPA: La columna vertebral legal del ambientalismo en EE.UU.

NEPA, siglas para National Environmental Policy Act o Ley Nacional de Política Ambiental, representa un pilar fundamental en la protección ambiental en Estados Unidos desde su promulgación en 1970 bajo la administración de Richard Nixon. Su objetivo principal es asegurar que los proyectos federales—como la construcción de carreteras, puentes, gasoductos y centros de datos—consideren el impacto ambiental antes de ser aprobados y reciban retroalimentación pública.

Wendy Park, abogada senior del Center for Biological Diversity, la describe como “nuestra Carta Magna del medio ambiente”. Esta ley ha obligado durante décadas a que el desarrollo económico y tecnológico contemple no sólo la eficiencia, sino también la responsabilidad ecológica.

La ofensiva de Trump: Inteligencia artificial vs. regulación ambiental

En un intento por consolidar el liderazgo de EE.UU. en inteligencia artificial, el expresidente Donald Trump ha propuesto una estrategia que implica debiltar significativamente a NEPA mediante lo que denominó categorical exclusions (exclusiones categóricas) para proyectos relacionados con inteligencia artificial, particularmente centros de datos.

Esto significaría que infraestructuras críticas para el desarrollo de la IA podrían quedar exentas del proceso de revisión ambiental que NEPA exige, bajo el argumento de garantizar "eficiencia máxima en los permisos".

¿Por qué importa tanto esta propuesta?

  • Centros de datos: Estas infraestructuras consumen enormes cantidades de energía y agua. En estados como Utah, Nevada u Oregón, donde muchos de estos centros se están construyendo, la demanda energética es tan alta que ya genera tensiones medioambientales.
  • Implicaciones en comunidades locales: Sin la obligación de NEPA de realizar consultas públicas, las comunidades podrían quedar fuera del proceso de toma de decisiones que afecta directamente su entorno.
  • Cambio climático: Uno de los avances más recientes bajo NEPA fue incluir la obligación de evaluar emisiones de gases de efecto invernadero. Eliminar este requisito también detendría el avance de políticas climáticas más robustas.

Según Stephen Schima, abogado de Earthjustice, si la propuesta de Trump avanza, los proyectos “tendrán menor cantidad de estudios científicos que los respalden” y los tomadores de decisiones tendrán menos información para evaluar sus consecuencias reales.

El argumento pro desarrollo: ¿es NEPA un obstáculo injustificado?

Del otro lado del debate, grupos empresariales como la Cámara de Comercio de EE.UU. han criticado a NEPA como un “instrumento torpe” que retrasa proyectos esenciales durante años. Marty Durbin, presidente del Global Energy Institute, considera que el sistema de permisos “es una vergüenza nacional”.

Incluso proyectos de energía limpia como granjas solares o eólicas han sido demorados bajo los procesos de revisión de NEPA, alimentando la narrativa de que esta ley también frena la transición energética.

¿Qué está ocurriendo en la práctica?

La administración Trump ya ejecutó acciones concretas, debilitando requisitos como la declaración de impactos ambientales preliminar (DEIS). Además, la Council on Environmental Quality retiró una guía emitida bajo el presidente Biden que obligaba a considerar los efectos de las emisiones en el cambio climático cuando se aplicaba NEPA.

La Corte Suprema también ha colaborado indirectamente con la erosión de esta ley. En una controvertida sentencia de mayo de 2025, relacionada con una expansión ferroviaria en Utah que buscaba cuadruplicar la capacidad de transporte de petróleo, el tribunal dictaminó que NEPA no debería impedir el desarrollo económico “innecesariamente”.

Casos reales donde NEPA marcó la diferencia

  • Oregón, años 80: La botánica Mary O’Brien logró comprobar que los herbicidas usados para favorecer el crecimiento de abetos de Douglas estaban dañando especies troncales como los alisos rojos. Bajo NEPA, se forzó al Servicio Forestal a rehacer el análisis ambiental y, como consecuencia, se mejoró la técnica de reforestación.
  • Utah, 2016: En colaboración con terratenientes, cazadores y madereros, NEPA permitió un proceso participativo en la restauración de álamos en Monroe Mountain, resultando en un plan consensuado y basado en ciencia sólida.

Estos ejemplos muestran cómo la ley no es un simple trámite burocrático, sino una herramienta para elevar la calidad del desarrollo.

Inteligencia artificial y centros de datos: ¿una amenaza enmascarada?

Aunque la IA promete transformar industrias enteras, desde la medicina hasta la educación, su infraestructura tiene altos costos ambientales. Según la Agencia Internacional de la Energía, los centros de datos podrían consumir hasta un 10% de la energía global para 2030 si no se implementan políticas de eficiencia y sostenibilidad.

Además, muchas de estas instalaciones utilizan sistemas de refrigeración por agua, generando impactos sobre acuíferos y aumentando tensiones en regiones ya afectadas por la escasez hídrica.

La paradoja generacional: los jóvenes impulsan la IA, pero también exigen acción climática

Una encuesta reciente del AP-NORC muestra que el 74% de los estadounidenses menores de 30 años usan herramientas de IA regularmente, en comparación al 60% de la población general. Esta generación ha adoptado la IA como aliada para tareas, búsquedas y creatividad.

No obstante, también son los mismos grupos que lideran manifestaciones por el clima, exigen políticas de justicia ambiental y votan por candidatos con agendas ecológicas. Esta paradoja podría colocarlos en una encrucijada moral si el avance tecnológico que impulsan con tanto entusiasmo resulta ser un boomerang ecológico.

¿Qué podría pasar ahora?

El Congreso está trabajando en una reforma de NEPA que podría definir el futuro del equilibrio entre desarrollo y sostenibilidad. Algunos legisladores proponen conservar los principios de rigor científico y participación pública, pero agilizar procesos específicamente para energías renovables y tecnología crítica.

Otros, en cambio, buscan otorgar más poder ejecutivo para excluir proyectos enteros de los estándares de NEPA, lo cual abriría la puerta a futuros abusos.

Reflexión final: ¿progreso o espejismo?

Ante una revolución digital inevitable, resulta tentador reducir barreras para no quedarse atrás frente a China o Europa. Pero, como dice el proverbio, "el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones". Sin leyes como NEPA, el precio del progreso podría ser irreversible.

En palabras de Mary O’Brien: “Es una idea fundamental: No avances ciegamente. Piensa en tus opciones”.

La tecnología puede ser una aliada de la sostenibilidad, pero solo si se construye sobre la base de la ciencia, la ciudadanía y el sentido común. Permitir lo contrario es sembrar nubes tóxicas en el horizonte de la innovación.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press