Gaza al borde del abismo: la hambruna azota mientras el mundo observa

Con más de 60,000 muertos y una hambruna confirmada, la crisis humanitaria en Gaza se intensifica mientras crece la presión internacional sobre Israel y Estados Unidos

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Una catástrofe humanitaria sin precedentes

La situación en Gaza ha alcanzado niveles de gravedad nunca antes vistos. Según cifras recientes, más de 60,000 palestinos han muerto en el enclave y la comunidad internacional finalmente comienza a responder con urgencia al desarrollo de una hambruna en curso confirmada por las autoridades más prestigiosas en la materia.

La Red Mundial contra las Crisis Alimentarias, respaldada por múltiples organismos internacionales, ha advertido que el "peor escenario de hambruna ya se está desarrollando" en Gaza, un territorio densamente poblado por más de dos millones de personas. Como señaló el secretario general de la ONU, António Guterres: “Esta no es una advertencia. Es una realidad que se está desarrollando ante nuestros ojos.”

El acceso a ayuda: un goteo insuficiente

A pesar de una leve flexibilización de las restricciones por parte de Israel, solo el 50% de la ayuda solicitada logra ingresar a Gaza, informó el Programa Mundial de Alimentos (PMA). El organismo busca que al menos 100 camiones diarios entren al enclave para atender las necesidades críticas de la población. Actualmente apenas se logra la mitad de esa cifra, y la mayoría de fallecidos del martes fueron civiles abatidos mientras intentaban conseguir esta ayuda.

Ross Smith, director de emergencias del PMA, enfatizó en la falta de apoyo logístico a nivel terrestre. “Necesitamos un esfuerzo sostenido a gran escala durante semanas para frenar esto.”.

La respuesta de la comunidad internacional: demasiado poco, demasiado tarde

Mientras la situación se deteriora, países como Alemania y Francia han anunciado que se unirán al esfuerzo de lanzamientos aéreos para facilitar el ingreso de ayuda. Alemania desplegó dos aviones A400M y Francia ha indicado que también realizará lanzamientos “en los próximos días”.

Sin embargo, los propios líderes reconocen que esto es insuficiente. El rey Abdullah II de Jordania declaró que los lanzamientos “son solo una gota en el océano” y que el enfoque debe ser restaurar inmediatamente el tráfico de camiones por tierra.

Creciente presión sobre Estados Unidos

La postura ambigua de Estados Unidos frente al conflicto comienza a generar malestar incluso dentro de sus fronteras. El apoyo al accionar militar de Israel ha caído drásticamente entre los votantes estadounidenses, especialmente luego del incremento de muertes civiles, las imágenes de hambruna y la disminución drástica del acceso a derechos humanos básicos.

Los llamados a una intervención diplomática directa por parte de Washington se multiplican, pidiendo condiciones para el envío de ayuda militar a Israel, ligadas a medidas concretas que aseguren el bienestar de la población palestina.

Palestina: la cuestión política se reaviva

Un borrador de documento para una próxima conferencia de la ONU indica que ministros de relaciones exteriores de múltiples países reiterarán su compromiso inquebrantable con una solución de dos Estados e instarán tanto a la unificación de Gaza con Cisjordania bajo la Autoridad Palestina como al reconocimiento del Estado de Palestina por parte de los países que aún no lo han hecho.

Por otra parte, el primer ministro británico, Keir Starmer, ha declarado que el Reino Unido reconocerá formalmente al Estado Palestino en septiembre si no hay progresos hacia un cese al fuego y una hoja de ruta clara hacia una paz duradera.

Hambruna como arma de guerra

Numerosos informes denuncian que la restricción del ingreso de alimentos es usada como una forma de castigo colectivo, lo cual contraviene el derecho internacional humanitario. El artículo 54 del Protocolo I adicional a los Convenios de Ginebra prohíbe explícitamente atacar, destruir, retirar o inutilizar “objetos indispensables para la supervivencia de la población civil”.

La hambruna en Gaza, en este contexto, podría constituir no solo una emergencia sanitaria y humanitaria, sino potencialmente un crimen de guerra si puede demostrarse intencionalidad, algo que resulta cada vez más difícil de ignorar para las organizaciones internacionales.

Perspectiva histórica: Gaza como epicentro cíclico del sufrimiento

Esta no es la primera vez que Gaza sufre una crisis humanitaria, pero sí la más grave. Desde el bloqueo impuesto en 2007 por Israel y Egipto, la Franja ha vivido bajo una constante asfixia económica y política. La infraestructura ha colapsado, las viviendas han sido repetidamente destruidas durante ofensivas militares y las posibilidades de vivir una vida digna se han evaporado.

La tasa de desempleo supera el 40%, el 97% del agua no es potable según estudios de UNICEF, y ahora, la población enfrenta el hambre masiva mientras el mundo observa.

Aire, mar, tierra: obstáculos por todas partes

La ayuda humanitaria enfrenta bloqueos en todos los frentes. En tierra, camiones quedan esperando días por permisos. Por mar, los planes para enviar ayuda desde Chipre presentan obstáculos logísticos y políticos. En el aire, solo se logran pequeños envíos simbólicos. Nada sustituye el acceso libre, sostenido y terrestre, insisten los organismos.

En palabras del secretario general de la ONU, “el goteo de ayuda debe convertirse en un océano”.

¿Qué papel tienen los ciudadanos del mundo?

Además de los gobiernos, muchos ciudadanos globalmente están redoblando sus llamados a la acción. Movimientos sociales, ONG como Save the Children, Oxfam y Médicos Sin Fronteras, así como comunidades religiosas alrededor del mundo, están presionando a sus gobiernos locales para que dejen de tolerar la inacción en Gaza.

Se multiplican las campañas de recaudación, protestas frente a embajadas e iniciativas legislativas. El caso de Irlanda, que ha liderado en Europa el reconocimiento de Palestina como Estado y ha condicionado sus relaciones diplomáticas a avances en derechos humanos, marca un camino que cada vez más países comienzan a explorar.

Un futuro incierto

La población de Gaza enfrenta una encrucijada entre la supervivencia y la desesperación. Desde el colapso sanitario hasta la desnutrición infantil, los indicadores apuntan a una generación condenada a crecer bajo traumas profundos y hambre física y emocional.

La comunidad internacional, liderada por potencias como Estados Unidos, la Unión Europea y organismos multilaterales, todavía tiene la capacidad de cambiar el rumbo, pero el tiempo se agota. Como enfatizó la directora del Programa de Emergencias de la FAO: “Cada día que pasa sin solución, son cientos de vidas que se pierden por causas completamente prevenibles.”

El momento de actuar es ahora. Gaza no puede esperar más.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press