La nueva actitud de los Atlanta Falcons: sangre joven, mentoría veterana y un ‘edge’ renovado
Con incorporaciones clave como Leonard Floyd y los novatos James Pearce Jr. y Jalon Walker, los Falcons no solo buscan mejorar su pass rush, sino cambiar por completo su identidad defensiva
Un nuevo filo para los Falcons
Los Atlanta Falcons no ven el 2025 como un año cualquiera. Luego de un decepcionante récord de 8-9 en la temporada pasada, el equipo ha iniciado su campo de entrenamiento con una nueva energía, ágil y agresiva, marcada por una transformación que va más allá de lo táctico: están implementando una nueva actitud.
El segundo año del entrenador principal Raheem Morris muestra un equipo con hambre, reforzado en su línea defensiva y con un “edge” —ese filo competitivo y mental— que no se veía en años.
El gran enfoque: mejorar el pass rush
En 2024, los Falcons fueron el segundo peor equipo de la NFL en cuanto a capturas de mariscal de campo, con solo 31 sacks. Este dato por sí solo marcó claramente las prioridades del equipo en la agencia libre y en el Draft de la NFL 2025.
- Leonard Floyd fue la gran firma veterana en la agencia libre. Con 32 años, llega con experiencia de playoffs y Super Bowl.
- Jalon Walker, estrella de la Universidad de Georgia, fue seleccionado en el puesto 15 del Draft.
- James Pearce Jr., explosivo pass rusher de Tennessee, fue elegido en el puesto 26 luego de una atrevida maniobra que llevó a Atlanta a volver a entrar en la primera ronda.
La combinación de juventud, velocidad y mentalidad agresiva es clave para un equipo que busca dejar atrás una defensa mediocre y redirigirse hacia lo que Morris llama una vibra “autenticamente contagiosa”.
James Pearce Jr.: intensidad desde el primer día
Pearce Jr. ha sido el nombre más mencionado en las primeras prácticas con almohadillas del campo de entrenamiento. Enfrentando con energía —incluso demasiada— a veteranos como Kaleb McGary y Matthew Bergeron, Pearce ha provocado escaramuzas que, aunque criticadas en términos de forma, reflejan la pasión que lleva al campo.
“Una violencia controlada y un edge auténtico. Eso es lo que quieres en un pass rusher,” declaró Jacquies Smith, entrenador de linebackers externos.
Este comportamiento no solo no ha sido detenido por los veteranos, sino que ha sido canalizado gracias al liderazgo de Leonard Floyd, quien ha iniciado un rol de mentor.
Leonard Floyd: el maestro tranquilo
Floyd ha enfrentado la intensidad de Pearce con sabiduría. En una práctica donde el novato se excedió, él intervino directamente, no con violencia, sino con calma y liderazgo.
“Solo quería enseñarle a calmarse. Trabaja duro, tiene talento… pero a veces hay que saber frenar,” dijo Floyd con una sonrisa.
Este tipo de sinergia entre experiencia y entusiasmo es fundamental para cualquier franquicia que quiere reinventarse. En los Falcons, es parte de un cambio cultural planeado, no accidental.
Jalon Walker: una promesa en pausa
A diferencia de Pearce, Walker ha sido más silencioso en esta etapa. Aunque se esperaba que compitiera directamente con Pearce por un lugar, una lesión menor (de la cual no se han dado muchos detalles) lo ha mantenido al margen.
Sin embargo, desde el cuerpo técnico no existe preocupación. Morris fue claro al afirmar que el problema es “mínimo y manejable.” Esperan que Walker pronto se sume al grupo con la misma intensidad.
Una transformación también de liderazgo
Raheem Morris no solo quiere elevar las estadísticas defensivas. Quiere cambiar la identidad completa del equipo, una idea que ha sido bien recibida dentro del vestidor. El coach enfatizó durante su comparecencia:
“Se siente esa actitud desde la sala de pesas, en las reuniones… La energía es auténtica. Y se contagia. Eso es lo que más me gusta.”
Además, los roles dentro del equipo están más claros. Floyd, por ejemplo, no es solo un mentor por edad: es un guiador emocional para un grupo defensivo que busca agresión con control.
La filosofía futbolística detrás del cambio
La NFL moderna exige no solo estrategia, sino temperamento. Equipos como los 49ers o los Eagles han demostrado que una defensa imponente puede inclinar la balanza de una temporada. Los Falcons parecen estar bebiendo de esa fuente.
Desde el punto de vista esquemático, los Falcons se acercan a lo que se conoce como pressure-first defense: no dependen exclusivamente de la secundaria o cobertura profunda, sino que necesitan interrumpir el ritmo del quarterback desde el primer paso atrás.
Para que esto funcione, necesitan más que velocidad: actitud, riesgo calculado y una química entre veteranos y novatos que se fortalezca con el tiempo.
Números que no mienten
Veamos las estadísticas que reflejan el problema que está intentando resolver Atlanta:
- 31 sacks en 2024: Solo un equipo tuvo menos.
- 30 derrotas desde 2021: En gran parte por la falta de presión defensiva.
- 8 capturas combinadas de los dos líderes defensivos el año pasado: Muy por debajo del promedio de cualquier equipo aspirante a playoffs.
Estos datos explican por qué Pearce, Walker y Floyd no son simples nombres nuevos. Representan una estrategia clara: renovar el carácter del equipo desde la defensa.
Aspiraciones a futuro
Morris quiere crear una cultura ganadora. Y aunque el camino es largo, los Falcons están formando una defensiva que podría competir a mediano plazo con los mejores equipos de la NFC.
Todo dependerá de tres factores fundamentales:
- La salud de sus jóvenes talentos, especialmente Walker.
- La capacidad de Floyd para mantener la armonía y guiar a los más explosivos.
- La evolución táctica del cuerpo técnico ante ofensivas cada vez más sofisticadas.
Si logran balancear estos elementos, Atlanta podría pasar de ser una defensa del montón, a una unidad feroz, respetada y temida en la liga… como lo fueron en sus mejores años, con figuras históricas como Jessie Tuggle o John Abraham.
Una energía que Atlanta no sentía en años
Lo que está ocurriendo en Flowery Branch no es una exageración mediática. Quienes están dentro del equipo ven y sienten algo distinto: hambre, conexión intergeneracional y una nueva narrativa defensiva.
Para una franquicia que lleva desde 2017 sin pisar los playoffs, esta evolución puede significar mucho más que un nuevo cuerpo de linebackers: podría ser el inicio de un nuevo capítulo, más agresivo, y sí, con mucho más edge.