¿Puede Liam Neeson llenar los zapatos de Leslie Nielsen? Una mirada al reboot de 'The Naked Gun'
La comedia absurda regresa con un nuevo rostro pero con el desafío de igualar una de las actuaciones más emblemáticas del cine paródico
Una de las actuaciones más perfectas de la historia del cine de comedia
Cuando se habla de castings extraordinarios en la historia del cine, el de Leslie Nielsen como el Teniente Frank Drebin en "Police Squad!" y posteriormente en "The Naked Gun" (1988) figura indiscutiblemente entre los más acertados. Nielsen, con una carrera inicial centrada en el drama y con apenas incursiones en la comedia, encontró su redención humorística a finales de los años 70 e inicios de los 80 con “Airplane!” de los hermanos Zucker y Jim Abrahams. Este papel no solo lo transformó en un ícono de la comedia slapstick, sino que marcó una época. Según el propio actor, hasta su incursión en la sátira no había sido comprendido del todo. "Siempre me habían dado papeles contra mi tipo hasta que apareció 'Police Squad!'. Tenía que leer los chistes como si fuesen Shakespeare", afirmó en una entrevista. Con Nielsen, el humor no venía del chiste como tal, sino de su entrega absolutamente seria de lo absurdo. En otras palabras, el chiste era que él no se daba cuenta de que estaba en una comedia.Un reboot con nombre grande, pero sin el mismo impacto
Esta lógica de casting volvió a usarse con Liam Neeson, protagonista del nuevo reboot dirigido por Akiva Schaffer. Al igual que Nielsen, Neeson es un rostro firmemente anclado en el drama, a menudo interpretando personajes intensos, oscuros y con una vena melancólica (“Schindler’s List”, “Taken”, “The Grey”). Parecía una elección valiente e ideal para retomar la fórmula: poner a un actor serio en medio del caos cómico. No obstante, algo no termina de cuajar. A pesar de estar completamente involucrado en el papel, Neeson no proyecta el mismo encanto inadvertido de Nielsen. El guion del filme, realizado por Schaffer junto a Dan Gregor y Doug Mand, intenta capturar el ritmo y la estructura narrativa del trío Zucker-Abrahams-Zucker, pero el tono general parece más cerca de una comedia de tráiler que de un clásico de sátira.¿Cuándo el absurdo se vuelve demasiado consciente?
Uno de los mayores pecados del nuevo “The Naked Gun” es sentir que sabe que está tratando de hacer reír. En tiempos en los que la ironía y la hiperconsciencia dominan la comedia, lograr el tipo de humor "dumb-but-smart" (tonto pero inteligente) que funcionaba en los ochenta se vuelve complicado. La escena inicial del reboot —una niña entra durante un robo a un banco y Drebin Jr. (Neeson) se revela con un uniforme de colegiala— no solo se siente gratuita, sino más enfocada a provocar clics y risas nerviosas que a establecer el tono del filme. Afortunadamente, el resto de la película logra estabilizarse más cerca del enfoque deadpan que hiciera grande a Nielsen.Una comparación que no favorece
Como señala David Zucker, creador original de la franquicia, ver el tráiler fue un golpe difícil de asimilar. Dijo: “No puedo dejar de ver el tráiler en mi mente y no lo reconozco como Drebin”. Incluso hay un guiño al personaje de Nielsen cuando el nuevo Drebin se detiene frente a una placa en honor a su padre en la comisaría. También existe un momento incómodo respecto al personaje de Nordberg (el cual fue interpretado por O.J. Simpson en la trilogía original): otro oficial se para frente a su placa y, en silencio, decide no comentar nada.¿Y qué tan buena es esta nueva entrega?
A pesar de sus fallas, el reboot de “The Naked Gun” tiene varios puntos a favor. El guion conserva algunos intercambios de diálogos hilarantes en su literalidad retorcida:- “Estaba furioso por el show de medio tiempo de Janet Jackson.” “¡Eso fue hace 20 años!”
- “No puedes luchar contra el ayuntamiento.” “Es un edificio.”
¿Liam Neeson era la única opción?
Esta pregunta invita a la especulación. ¿Quién más podría haber interpretado a un personaje como Drebin? Bryan Cranston sería una opción interesante, con un equilibrio entre gravedad y ligereza demostrado en la dualidad de “Breaking Bad” y “Malcolm in the Middle”. Incluso Morgan Freeman, con su seriedad omnipresente, podría haber sido una elección cómica tan disonante como efectiva. Pero la verdad es que probablemente nadie hubiera podido superar el impacto de Nielsen. En su ejecución había un matiz casi mágico. Las pausas, la expresión de asombro neutro, la entrega perfecta sin un solo guiño al espectador. Era un auténtico maestro en encontrar la seriedad en medio de la locura.Un homenaje necesario, aunque imperfecto
Más allá de si el reboot logra o no cautivar, lo cierto es que su mera existencia sirve como puerta de entrada a una generación que quizás nunca vio la trilogía original. En esta era dominada por los remakes, reboots y multiversos, a veces lo mejor que una nueva versión puede hacer es motivarnos a volver al material de origen. Y en este caso, eso no es un fracaso, sino una victoria más de Nielsen y el legado de la comedia absurda. Como el propio Frank Drebin dijo alguna vez: “Nada que ver aquí, sigan circulando”. Pero tal vez, solo tal vez, valga la pena detenerse por un momento a recordar cómo la comedia puede sobrevivir a través del tiempo —aunque no todos puedan pilotarla igual de bien. Este artículo fue redactado con información de Associated Press