De promesas tambaleantes a luchadores decididos: la resiliencia de Caleb Williams y Derion Kendrick en la NFL

Dos jóvenes talentos de la NFL enfrentan sus demonios y desafíos para consolidarse en sus equipos rumbo a una nueva temporada

La NFL entra de lleno en las semanas previas a una nueva temporada, con entrenamientos que están dando forma no solo a los esquemas tácticos, sino también a las historias de superación que recuerdan que el fútbol americano es, ante todo, un deporte de carácter.

Entre estas historias destacamos dos nombres que resuenan por motivos muy distintos, pero unidos por una ambición compartida: Caleb Williams, el joven mariscal de campo de los Chicago Bears, y Derion Kendrick, esquinero de los Los Angeles Rams. Ambos luchan por consolidar su lugar en sus equipos y demostrar que los tropiezos del pasado no definen el futuro.

Caleb Williams: madurez rápida bajo presión en Chicago

Seleccionado con grandes expectativas por los Chicago Bears, Caleb Williams ha tenido que adaptarse rápidamente a una ofensiva totalmente distinta a la que conocía. Procedente de un esquema colegial más libre, en el cual predominaban las formaciones escopeta, el joven quarterback ahora encuentra sus pies (literalmente) bajo centro, como exige el nuevo sistema del coach Ben Johnson.

Creo que ahora mismo estoy rodando, me siento fluido”, declaró Williams recientemente tras una semana de aprendizaje acelerado en los campos de entrenamiento. Y lo cierto es que las estadísticas internas del equipo lo respaldan: la tasa de intercepciones en práctica ha disminuido considerablemente desde el inicio del campamento.

Una ofensiva con más ritmo, pero no sin desafíos

Los entrenamientos de los Bears, sin embargo, no han sido perfectos. El equipo sigue luchando por entrar en la zona de anotación desde la red zone, algo que preocupa a los entrenadores. “Necesitamos dar un mejor bolsillo a nuestros quarterbacks”, señaló Johnson, evidenciando que aún queda trabajo para la línea ofensiva.

El regreso de sus armas ofensivas también ha sido clave. Jugadores como Colston Loveland, ala cerrada de primera ronda, y Luther Burden III, receptor de segunda ronda, finalmente están participando plenamente en las prácticas tras recuperarse de lesiones. Loveland, en particular, parece haberse conectado rápidamente con Williams, tanto en el campo como fuera de él. “Es un tipo inteligente... ya hemos salido a cenar con otros compañeros”, confesó el quarterback.

Del aprendizaje a la ejecución

Ben Johnson, el nuevo estratega ofensivo, ha dejado claro que el desarrollo de Williams es tangible. “Su preparación es extremadamente limpia —se nota el trabajo que hace tras bambalinas”, dijo en una rueda de prensa. El entrenador incluso llegó a retirar a la ofensiva del campo el primer día, enviando un mensaje claro sobre la exigencia en el nivel profesional.

La transición de Williams al juego profesional no será inmediata ni perfecta, pero ya demuestra que está dispuesto a aprender, corregir y adaptarse, algo que no siempre se ve en talentos jóvenes con grandes credenciales colegiales.

Derion Kendrick: renacer tras la caída

Mientras Williams edifica, Derion Kendrick reconstruye. El esquinero de los Rams ha vivido un año turbulento: arrestado por un incidente con armas tras un partido, una lesión de ligamento que lo dejó fuera desde el primer entrenamiento y —más recientemente— una desvinculación contractual temporal del equipo.

Lejos de desanimarse, Kendrick ha optado por la resiliencia. “No he trabajado un año entero en mi rehabilitación para rendirme ahora”, afirma con determinación el exestrella universitaria, quien ganó campeonatos nacionales tanto con Clemson como con Georgia —una rareza en la historia del fútbol colegial.

El nuevo rol en los Rams

Kendrick sabe que hoy está lejos del puesto titular que ocupó en temporadas previas: Darius Williams y Cobie Durant parecen haber asegurado sus roles, mientras que Ahkello Witherspoon sigue desempeñándose sólidamente. No obstante, Kendrick se ha ganado el elogio del staff técnico, incluyendo del destacado Chris Shula y, por supuesto, del entrenador principal Sean McVay.

Tiene grandes instintos, trabaja duro y entiende el panorama completo. Sus compañeros lo respetan profundamente”, señaló McVay. Su dedicación va más allá de lo físico: entiende el sistema defensivo como la palma de su mano, y ha cambiado radicalmente su vida fuera del emparrillado.

Ahora me la paso en casa jugando 2K o Call of Duty con mis hijos. Trato de no salir mucho”, comenta entre risas Kendrick, quien también ha trabajado con terapeutas deportivos para mantener el enfoque post-lesión.

Una oportunidad dorada en la pretemporada

La pretemporada 2025 representa para Kendrick una oportunidad única de redención. No solo en términos de juego, sino también para mostrar liderazgo, madurez y compromiso. Aunque fue liberado momentáneamente antes del minicampamento, los Rams lo recontrataron apenas cuatro días después, con un contrato reestructurado que indica confianza, aunque moderada.

Uno de mis objetivos es llegar al Pro Bowl, ser All-Pro, pero más allá de lo personal, quiero ganar el Super Bowl. Gané en preparatoria. Gané en la universidad. Ahora quiero completar el círculo en la NFL”, declaró con orgullo.

La sombra de una tragedia

Ambas historias individuales ocurren en un contexto más oscuro: el reciente tiroteo en la sede de la NFL en Nueva York, donde cuatro personas perdieron la vida, incluyendo un policía de la NYPD. Se dice que el atacante, un exjugador de fútbol americano de preparatoria con historial de enfermedades mentales, buscaba llegar a las oficinas de la liga.

Este trágico suceso ha sacudido a la familia de la NFL y reforzado la importancia de la salud mental y del entorno en el que se desarrollan los jugadores. No es coincidencia que figuras como Kendrick hayan optado por aislarse de ambientes tóxicos y concentrarse en su bienestar personal, familiar y profesional.

La familia de la NFL es resiliente y está unida”, señaló la liga en un comunicado. Aunque la violencia no tiene lugar en el deporte, sí pone frente a todos la responsabilidad de cuidar a los suyos, incluyendo a aquellos que atraviesan momentos difíciles.

Dos caminos, una meta: redención y excelencia

Caleb Williams todavía tiene que validar su proyección como mariscal de franquicia. Derion Kendrick quiere demostrar que su mejor versión aún está por venir. Dos jóvenes que representan extremos distintos: uno que empieza a escribir su historia y otro que lucha por reescribirla.

Ambos saben que en un deporte como el fútbol americano profesional, el talento es solo el punto de partida. La disciplina, la madurez emocional y la capacidad de aprender del dolor son los verdaderos diferenciadores.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press