El renacer de Andrew Vaughn: De la oscuridad en Chicago al héroe de Milwaukee

Con una recuperación espectacular, el primera base de los Brewers revive su carrera con poder y clutch en el momento más crucial de la temporada

Milwaukee ha encontrado un inesperado héroe en Andrew Vaughn. Lo que parecía un simple movimiento de profundidad tras una lesión de Rhys Hoskins, se ha convertido en una de las historias más impactantes de la segunda mitad de la temporada. Un cambio de entorno, un enfoque distinto y una nueva filosofía ofensiva han devuelto la vida a un bate que parecía destinado a apagarse.

El inicio del declive en Chicago

Andrew Vaughn llegó a las Grandes Ligas en 2021 como una prometedora figura del futuro de los Chicago White Sox. El californiano de 1,83 metros y 99 kilos fue elegido como la tercera selección global del draft de 2019. Con un potente bate y una sólida disciplina en el plato, se esperaba que liderara la ofensiva del sur de Chicago en años venideros.

Y por momentos respondió: entre 2021 y 2024 conectó 72 cuadrangulares y mostró destellos de poder constante. Pero en 2025, las cosas se vinieron abajo. Vaughn comenzó la temporada con un anémico promedio de bateo de .189, porcentaje de embasado de .218 y apenas cinco jonrones en 48 juegos. Con semejantes números, los White Sox lo enviaron a Triple-A con Charlotte.

Un nuevo comienzo: lo que Milwaukee vio

El 13 de junio, en una movida que en su momento pasó desapercibida, los Milwaukee Brewers adquirieron a Vaughn en un intercambio que envió al lanzador Aaron Civale a los White Sox.

“Sabíamos que tenía talento, era solo cuestión de desbloquearlo otra vez”, comentó el manager de los Brewers, Pat Murphy. “Solo necesitaba el entorno adecuado, un enfoque claro y mantenerse disciplinado en el plato”.

Ese enfoque fue la clave: “Si persigues lanzamientos malos, no juegas”, le dijeron los entrenadores. Vaughn escuchó.

El llamado a las Grandes Ligas y el impacto inmediato

Tras una breve estancia en Triple-A con Nashville, donde volvió a encontrar su ritmo con el bate, Vaughn fue llamado de nuevo a las Mayores el 7 de julio, en sustitución del lesionado Hoskins.

Desde entonces, los números son impresionantes:

  • Promedio de bateo: .375
  • Porcentaje de embasado: .439
  • Slugging: .771
  • Jonrones: 5
  • Carreras impulsadas: 21 en 15 juegos

En ese período, solo Kyle Schwarber de los Phillies tiene más impulsadas.

La noche consagratoria: 30 de julio

El martes por la noche, Vaughn vivió lo que probablemente será recordado como la jornada que marcó su renacer definitivo en la MLB. Conectó un grand slam, sumó seis carreras impulsadas –máximo de su carrera– y ayudó a los Brewers a vencer a los Chicago Cubs 9-3, abriendo una ventaja de dos juegos en el liderato de la División Central de la Liga Nacional.

“Es un grupo especial aquí, estamos jugando muy buen béisbol. Es divertido ser parte de esto”, declaró Vaughn tras el juego.

Este grand slam fue apenas el segundo de su carrera, y llegó en el primer lanzamiento que vio del relevista Ryan Pressly.

Los números no mienten: un cambio radical

Lo que hace aún más impactante la explosión ofensiva de Vaughn es su eficacia en situaciones de presión. En los últimos cuatro juegos, batea 8 de 15, ha aportado múltiples carreras impulsadas y mantiene un enfoque disciplinado: swing solo cuando encuentra su zona.

“Antes, me encontraba pegándole fuerte a lanzamientos que no debía atacar”, reconoció Vaughn. “Ahora estoy tratando de enfocarme solo en mi zona, esperando ese pitcheo que puedo manejar”.

Comparado con los grandes regresos ofensivos

El renacer de Vaughn recuerda al de varios peloteros que alguna vez tocaron fondo y regresaron con fuerza. De hecho, su racha ofensiva tiene toques de los regresos de figuras como Josh Hamilton en 2008 o J.D. Martinez con los Tigers en 2014. Vaughn se está convirtiendo en una historia de redención que captura la esencia más romántica del béisbol.

Héroe por necesidad, líder por méritos

La importancia de Vaughn va más allá de su promedio o sus jonrones. En ausencia de figuras clave como Rhys Hoskins y Jake Bauers (ambos lesionados), ha tomado responsabilidad en la inicial y respondido con creces. Los Brewers, plagados de bajas, siguen ganando. Y Vaughn, día a día, se consolida como pieza central.

“Está inspirándonos a todos. Ha sido impresionante verlo”, declaró su compañero Jackson Chourio.

Un cambio de identidad

Sus palabras posterior al juego lo resumen todo: “Ganar es divertido, y lo estamos haciendo mucho. Queremos seguir así”. Esa sensación dista lo vivido en Chicago, donde los White Sox se hundían en el fondo de la tabla. En Milwaukee, Vaughn no solo está disfrutando del juego nuevamente, sino que está contribuyendo de manera decisiva.

El cambio es total: de ser un bateador desesperado bateando por debajo de .200, a un pilar ofensivo de un equipo contendiente. Y todo en cuestión de semanas.

¿Hasta dónde puede llegar Vaughn?

No es descabellado pensar en Andrew Vaughn como un fuerte candidato a Jugador del Mes si mantiene su ritmo. Con cada batazo, cada swing disciplinado, envía un mensaje claro: no se ha ido, solo necesitaba una nueva oportunidad.

“El chico ha estado increíble”, reiteró el manager Pat Murphy. “Está tomando los lanzamientos correctos y maximizando cada oportunidad. Esto es lo que esperábamos, pero tal vez ni nosotros visionamos algo tan inmediato y eficaz”.

Aún queda buena parte de la temporada, pero si hay una historia para seguir con atención, es la de Andrew Vaughn. En Milwaukee encontró más que un equipo: halló un nuevo comienzo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press