Elizabeth McGovern se atreve con Hollywood: Ava Gardner, feminismo y la batalla por el legado

La actriz de 'Downton Abbey' se transforma en dramaturga y encarna a la diva de la Edad de Oro del cine en 'Ava: The Secret Conversations'

Del glamour inglés al desvelo por una leyenda de Hollywood

Elizabeth McGovern ha sido durante décadas un rostro familiar para los amantes de la actuación refinada, ya sea como la madre aristocrática en Downton Abbey o en su temprano debut en la aclamada “Ragtime”. Pero en este nuevo capítulo de su carrera, está haciendo algo más que interpretar a un personaje: está reescribiendo las reglas, explorando el legado de Ava Gardner, y asumiendo el rol de dramaturga en una obra que revive la voz olvidada e intoxicante de una de las estrellas más magnéticas del siglo XX.

‘Ava: The Secret Conversations’: una mirada cruda a la fama, el deseo y la autodefinición

La obra, que se representa Off-Broadway en el New York City Center, se basa en las entrevistas entre Ava Gardner y el periodista Peter Evans, quien había sido contratado para escribir su autobiografía. Gardner cortó el proyecto antes de que viera la luz, pero Evans publicó años después las conversaciones en un libro homónimo en 2013. Ese texto es el cimiento del montaje escrito y protagonizado magistralmente por McGovern.

En palabras de la actriz: “Es fascinante ver cómo una memoria puede convertirse en un campo de batalla por el control de la narrativa personal”. Así, lo que inicialmente parecía una biografía anecdótica de una estrella en su ocaso, se transforma en una aguda reflexión sobre la lucha por apropiarse de tu propia historia.

Ava Gardner: ¿una feminista antes de su tiempo?

Gardner, conocida por sus ojos verdes, su magnetismo y su estilo minimalista al actuar, fue una figura tan deseada como condenada. En 1946, su papel en “The Killers” la lanzó al estrellato. Luego llegaron obras como “La condesa descalza” junto a Humphrey Bogart, o “La noche de la iguana”, con Richard Burton. Incluso estuvo casada con figuras legendarias como Mickey Rooney, Artie Shaw y Frank Sinatra. Pero ¿era consciente de su lugar en el naciente mapa del feminismo?

McGovern lo cree así, aunque inadvertidamente. “Creo que era una especie de feminista, a pesar de sí misma”, afirma. “Vivió la vida que quiso vivir —llena de amantes, decisiones propias, batallas contra lo que se esperaba de una mujer— y aceptó las consecuencias”.

La actriz, la escritora y la musa: McGovern se sumerge en el rol

McGovern no era inicialmente una fan devota de Gardner. Fue su interés en el proceso mismo de co-escribir una autobiografía lo que la atrajo al proyecto. “Un ícono que enfrenta su final, luchando con un hombre por el derecho a contar su propia historia” — esa fue la semilla. Tras ofrecer la idea a otros escritores sin éxito, decidió hacerlo ella misma.

El resultado fue una obra de 90 minutos intensa, irónica, a ratos seductora y siempre humana. “Actuaba las partes a solas en mi habitación y luego las transcribía”, confiesa McGovern. Su compañero en escena, Aaron Costa Ganis, interpreta al periodista Evans y además adopta los papeles de los tres maridos famosos de Gardner. Describe a McGovern con admiración: “Está haciendo algo valiente y aterrador”.

El peso del pasado y la búsqueda de identidad: Gardner al final de su vida

En la obra se retrata a una Ava Gardner post-ictus, afectada por enfisema pulmonar, recluida, sin recursos, decidiendo escribir un libro simplemente para pagar las cuentas. “Toda mi vida he sido la Mujer con la que sueñan los hombres. Ese fue mi único trabajo. ¿Dónde me deja eso ahora?”, se lamenta en una de las líneas más desgarradoras de la obra.

Ese quiebre entre la imagen pública gloriosa y el vacío existencial posterior es parte central del drama. El guion cuestiona el culto a la belleza, al deseo de los hombres como valor social, y la imposibilidad de envejecer en una industria que exilia a las mujeres pasado cierto punto.

De las tablas a la música: McGovern y el ritmo invisible del teatro

Curiosamente, fue la música la que dio a McGovern la confianza de escribir. Desde 2007 es vocalista y guitarrista en su banda Sadie & The Hotheads. Su último álbum, “Let’s Stop Fighting”, lanzado en julio pasado, combina jazz y folk con toques etéreos.

La musicalidad interna de McGovern impregna el ritmo dramático de su obra. Según Costa Ganis: “Tiene una sensación precisa de lo que suena bien, de lo que hace avanzar la narrativa”. No es extraño entonces que el teatro, con su precisión milimétrica de gestos y pausas, sea también su refugio predilecto.

Un espejo entre dos vidas: Gardner y McGovern

Ambas iniciaron en el cine joven: Gardner a los 23, McGovern a los 20. Ambas trabajaron con los gigantes de sus eras: Ava con Bogart, Burton y Sinatra; Elizabeth con Robert De Niro, Sean Penn y Brad Pitt. Ambas fueron señaladas por su belleza y talento, pero ellas mismas lucharon —cada una a su manera— por mantener la dignidad profesional y la autonomía narrativa.

McGovern dice: “Siento una afinidad natural con ella. Creo que nos habríamos llevado muy bien. Me estoy halagando, lo sé. Pero entiendo cómo funcionaba ese mundo, cómo funcionaba la mirada externa”.

'Downton Abbey' y el regreso de una familia sin Maggie Smith

Mientras se acerca el estreno de la última película de Downton Abbey el 12 de septiembre, McGovern confiesa que el elenco temía regresar al set sin Maggie Smith: “Pensamos que sin Maggie sería imposible continuar. Pero sorpresa, es la mejor película que hemos hecho”.

Será una suerte de culminación para un elenco ya legendario dentro del drama televisivo británico. Y en esta transición, McGovern encarna su propia metamorfosis profesional: ahora es actriz, escritora, directora creativa… y finalmente, narradora de su propia historia, como Ava.

Una lección de legado para las futuras generaciones

“Ava: The Secret Conversations” no es solo una obra sobre una actriz olvidada o los dramas detrás de la fama. Es también, en palabras de McGovern, una conversación entre dos mujeres sobre lo que significa ser deseada, vista y finalmente comprendida por una misma.

Quizás esa sea la mayor victoria del espectáculo: permitirnos mirar a Gardner más allá del mito, más allá del escote y la silueta, y verla como una mujer luchando por recuperar su voz en un mundo que hacía eco de la de los hombres.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press