Hambruna, ataques y política: Gaza en la cuerda floja de la historia
En medio del asedio más mortífero del siglo XXI, Gaza se hunde entre bombas, hambre y decisiones diplomáticas que podrían cambiar el rumbo de Medio Oriente
Una noche de horror más en Gaza
La madrugada del miércoles fue testigo de otra jornada infernal en Gaza. Al menos 46 palestinos perdieron la vida durante ataques aéreos y fuego abierto de las fuerzas israelíes, según informaron distintos hospitales locales. La mayoría de las víctimas se encontraban congregadas en puntos de distribución de ayuda humanitaria, en medio de una crisis de hambruna que ya ha cobrado la vida de casi un centenar de niños.
El hospital Shifa, uno de los centros más grandes en Gaza, recibió los cuerpos de 12 personas que murieron cerca del cruce de Zikim cuando esperaban entrega de ayuda. Otras 13 personas murieron en ataques en Jabaliya y las ciudades de Beit Hanoun y Beit Lahiya, también al norte de la franja.
En el sur, el hospital Nasser en Jan Yunis registró 16 muertos cerca del corredor recién construido de Morag, punto clave para la espera de suministros. Por otro lado, el hospital Awda en el campamento de refugiados Nuseirat informó de cuatro muertes adicionales relacionadas con bombardeos cerca de puntos de ayuda.
La hambruna: un arma invisible pero letal
Desde finales de junio, el Ministerio de Salud de Gaza comenzó a contabilizar también muertes por desnutrición entre adultos. En solo 24 horas, siete personas, incluyendo un menor, fallecieron por causas ligadas al hambre. En total, 89 niños y 65 adultos han perdido la vida por desnutrición desde el inicio de la guerra, el 7 de octubre de 2023, cuando un ataque de Hamas a territorio israelí dio inicio al conflicto actual.
"Estamos presenciando el colapso completo de una sociedad bajo sitio. La hambruna en Gaza no es un efecto colateral, es una forma de guerra", denuncian organizaciones como Save the Children y Doctors Without Borders.
Una guerra con cifras que estremecen
Desde que comenzó el conflicto, más de 60,000 palestinos han muerto, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza, que a pesar de operar bajo el gobierno de Hamas, es señalado por la ONU como la fuente más confiable de datos en la región.
Por su parte, el gobierno israelí mantiene su postura: "nuestras operaciones van dirigidas exclusivamente contra militantes, pero Hamas opera entre civiles". Sin embargo, la creciente cifra de víctimas y la destrucción de infraestructura civil masiva hacen cada vez más difícil justificar el carácter "quirúrgico" de los ataques.
El Coordinador Humanitario de la ONU en Palestina, Tor Wennesland, señaló en un informe reciente: “Gaza corre el riesgo de volverse inhabitable en cuestión de meses. No solo por las bombas, sino por la desnutrición, la escasez de agua y el colapso sanitario.”
¿Se aproxima el reconocimiento de Palestina?
El Reino Unido sorprendió esta semana con un importante anuncio diplomático: reconocerá al Estado Palestino en septiembre, a menos que Israel acepte un alto al fuego previamente. Esta declaración sigue el mismo tono que ya habían adoptado países como Francia, que también han mostrado su apoyo a una salida diplomática.
La reacción de Israel fue inmediata: el Ministerio de Relaciones Exteriores israelí rechazó tajantemente la declaración británica, acentuando aún más el distanciamiento entre el gobierno de Benjamin Netanyahu y sus aliados europeos.
“Premiar al terrorismo con reconocimiento estatal es un camino peligroso”, expresó el portavoz del ministerio israelí, aludiendo a la presencia de Hamas en Gaza.
La comunidad internacional entre la condena y la indiferencia
Mientras tanto, los llamados internacionales a un alto al fuego se multiplican. Según un informe del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, alrededor del 70% de las muertes en Gaza son de mujeres y niños. Sin embargo, y pese a la presión, ni Estados Unidos ni los países del Golfo han logrado intermediar de manera decisiva para frenar la violencia.
Amnistía Internacional y Human Rights Watch han acusado a ambas partes de cometer crímenes de guerra, pero señalan que la desproporción de la respuesta israelí es evidente por el número de víctimas civiles en Gaza.
¿Un nuevo enfoque europeo?
El movimiento diplomático del Reino Unido y Francia podría abrir la puerta a una ola de reconocimientos similares en Europa, algo que la Autoridad Palestina ha buscado durante décadas. Aunque más de 140 países miembros de la ONU ya reconocen el Estado Palestino, los actores claves como Estados Unidos, Reino Unido y varias potencias de la Unión Europea aún se resistían.
Pero la guerra actual ha incendiado las conciencias diplomáticas. Las imágenes de niños desnutridos, bombardeos en medio de hospitales y filas de cientos esperando un saco de arroz —solo para morir por fuego cruzado— han alterado el discurso público en países tradicionalmente aliados de Israel.
“Reconocer a Palestina no es un premio a Hamas, es un paso necesario hacia una solución de dos Estados”, dijo el senador francés Jean-Pierre Sueur en una reciente sesión parlamentaria.
Mientras tanto, en los campos de refugiados...
Cientos de miles de personas desplazadas internamente viven en condiciones grotescas. Tiendas de campaña improvisadas sobre el barro, sin electricidad y con acceso limitado a agua potable. El ruido de los drones israelíes es una constante, las sirenas, una pesadilla. En sitios como el campo de refugiados de Jabaliya, las familias ya no cuentan comida en porciones, la cuentan en días: "hace tres días no comemos nada más que pan duro", cuentan habitantes al medio local Al Quds.
Más de 1.9 millones de personas —el 85% de la población de Gaza— están desplazadas dentro de la franja. Los refugios auspiciados por la ONU están desbordados: muchas escuelas usadas como albergues han sido bombardeadas.
El dilema de la ayuda humanitaria
Distribuir comida y medicinas se ha convertido en una misión suicida. Los camiones cargados de suministros muchas veces son blanco de ataques o quedan varados por falta de permisos o rutas seguras. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) informó recientemente que solo ha podido ingresar un 30% de lo previsto en julio debido a restricciones militares.
Los corredores humanitarios, como el de Morag, se han vuelto trampas mortales. Los bombardeos cerca de estos puntos han dejado decenas de muertos, lo que lleva a muchos gazatíes a preferir morir de hambre en casa que arriesgar la vida esperando comida.
Balas, hambre y diplomacia: ¿qué sigue?
La historia juzgará con severidad esta guerra.
Un conflicto que comenzó con un ataque brutal de Hamas y ha sido respondido con una campaña devastadora por parte de Israel, mientras el mundo observa, dividido entre el temor al terrorismo y la compasión por el sufrimiento humano.
Cuando la dignidad de un pueblo se mide en calorías diarias y la esperanza se entierra bajo escombros, no hay victorias posibles.
Gaza hoy no solo sufre una guerra. Gaza es víctima de una tragedia humana deliberada, sistemática y, en muchos casos, evitable.
Y mientras el mundo debate en cumbres y comunicados, miles siguen muriendo sin voz ni futuro.