Luces, apuestas y oscuridad: Gilbert Arenas, el póker ilegal y el lado oculto de las exestrellas de la NBA

El escándalo que envuelve al exjugador Gilbert Arenas revela una red oculta de juegos ilegales, conexiones internacionales y el precio de la fama

Del estrellato a los tribunales

La caída de una figura del deporte siempre genera ruido, pero cuando el nombre en cuestión es Gilbert Arenas, el eco rebota en toda la cultura del baloncesto estadounidense. Conocido por su explosiva capacidad anotadora, su carisma y su apodo “Agent Zero”, Arenas fue una superestrella de la NBA en la década de los 2000. Sin embargo, su carrera estuvo marcada por tantos triunfos como controversias.

Esta vez, el exjugador vuelve a ser noticia no por sus hazañas en la cancha, sino por haber sido arrestado por operar un negocio ilegal de apuestas de alto riesgo desde una mansión en Los Ángeles. Junto a él fueron detenidas otras cinco personas, incluidas un presunto miembro del crimen organizado de Israel y varios residentes locales.

¿Una simple partida de póker o una red criminal?

Según la acusación formal, entre septiembre de 2021 y julio de 2022, la propiedad de Arenas, ubicada en el exclusivo vecindario de Encino, fue escenario de juegos de póker al estilo "Pot Limit Omaha". Estas partidas no eran simples reuniones entre amigos: incluían cobranzas ilegales de comisión (rake), contratación de seguridad armada, chefs, estacionadores y mujeres jóvenes contratadas para servir bebidas, dar masajes y, según la fiscalía, ofrecer "compañía" a los jugadores, a cambio de propinas y con un porcentaje de impuesto sobre sus ingresos.

El Departamento de Justicia de los Estados Unidos atribuye a Arenas y sus cómplices los delitos de conspiración para operar un negocio de apuestas ilegal y operación de un negocio de apuestas ilegal. Además, el exastro enfrenta un cargo adicional por haber mentido a los investigadores federales. De ser hallado culpable, podría enfrentar hasta cinco años de prisión federal por cada cargo.

Del arma en el vestuario al juicio en la corte

Esta no es la primera vez que Arenas, hoy de 43 años, es protagonista de la sección de noticias policiales. Su controvertido historial incluye el infame incidente de 2010 en el que, junto a su entonces compañero Javaris Crittenton, se enfrentaron con armas de fuego en el vestuario de los Washington Wizards. El altercado le costó la suspensión por el resto de la temporada y marcó el inicio de su declive profesional.

Luego de intentar sin éxito retomar su carrera en la NBA, con pasos por Orlando y Memphis, se trasladó a la liga china, donde jugó con los Shanghai Sharks. Desde entonces, su figura pasó al anonimato salvo por apariciones en redes sociales y medios especializados.

Una red con vínculos internacionales

Lo que más ha llamado la atención en esta ocasión no es solo la implicación de Arenas, sino la envergadura del entramado delictivo. Uno de los implicados, un ciudadano israelí de 49 años, ha sido identificado por las autoridades como miembro de una organización criminal internacional. Además de los cargos por apuestas, enfrenta acusaciones por fraude matrimonial y declaraciones falsas en sus trámites migratorios, al haber fingido un matrimonio con una mujer de Los Ángeles para obtener la residencia legal en Estados Unidos.

El caso pone de relieve cómo exfiguras públicas pueden convertirse inadvertidamente en nodos de operaciones ilícitas, y cómo el glamour de las celebridades puede cubrir redes de actividades delictivas más estructuradas y peligrosas.

Los fantasmas del retiro deportivo

La historia de Arenas recuerda a otros casos de deportistas que, tras retirarse sin una red de apoyo adecuada, caen en negocios dudosos o directamente criminales. Según un estudio de Sports Illustrated, el 60% de los jugadores de la NBA quiebran a los cinco años de retirarse. Las razones son múltiples: mala administración financiera, presión del entorno, y, en muchos casos, la soledad y el vacío emocional de dejar atrás la élite competitiva.

No sorprende que muchos intenten mantener el estatus perdido a través de negocios paralelos, algunos legítimos, otros claramente ilegales. El caso de Arenas ilustra este fenómeno a la perfección.

El otro Arenas: una estrella en ascenso truncada

Irónicamente, mientras el padre enfrenta cargos federales, su hijo, Alijah Arenas, comenzaba a construir su propio nombre en el baloncesto. Reconocido como uno de los mejores talentos jóvenes de Los Ángeles, Alijah ingresó como freshman en la prestigiosa University of Southern California (USC), con grandes expectativas para su futuro universitario e incluso profesional.

Sin embargo, su carrera está temporalmente suspendida mientras se recupera de una cirugía de rodilla. El tiempo dirá si será capaz de sobreponerse tanto física como psicológicamente al escándalo que ha sacudido a su familia.

El mundo del póker high-stakes: lujo, apuestas y leyendas caídas

El caso de Arenas se suma a una larga lista de exdeportistas y celebridades involucrados en círculos clandestinos de póker de altos vuelos. La cultura de estas partidas, popularizada por películas como Lucky You (2007) o Molly’s Game (2017), no solo es real, sino que en ciudades como Los Ángeles y Nueva York mueve millones de dólares al margen de la legalidad.

Existen reportes desde hace años de partidas con buy-in de más de $100,000, celebradas en mansiones o cuartos secretos de clubes exclusivos, donde se mezclan actores, empresarios, figuras del deporte y miembros del crimen organizado. Sin regulación, sin impuestos y con mucho dinero en juego, estos ambientes suelen derivar en lavado de dinero, extorsiones y chantaje.

Arenas a juicio: ¿el final de su historia?

Gilbert Arenas será procesado por sus cargos en las próximas semanas. No se ha confirmado quién lo representará legalmente, y tampoco se ha emitido una declaración pública de su parte. Frente a él, un proceso judicial que podría marcar un triste epílogo para una figura que alguna vez electrizó estadios con triples desde el logo y celebraciones de “hibachi”.

Para muchos, su legado ya había quedado en entredicho tras el incidente con armas en el vestuario. Esta última evolución, sin embargo, lo distancia aún más de su pasado glorioso y lo asocia a un submundo de ilegalidad que, aunque atractivo para algunos, tiene consecuencias tan reales como indeseables.

Reflexión final: fama, fortuna y juicio

La historia de Gilbert Arenas nos obliga a reflexionar sobre los peligros del ascenso meteórico sin bases sólidas, y sobre cómo la fama puede convertirse en jaula y no en recompensa. El espectáculo puede deslumbrar, pero detrás del telón también hay oscuridad.

Mientras Arenas se prepara para enfrentar a la justicia, una nueva generación de atletas, incluida su hijo, observa sus pasos con cautela. Tal vez su caso sirva como advertencia: que el juego más difícil comienza cuando las luces se apagan.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press