Shohei Ohtani: El dilema del superhéroe en el montículo

Shohei Ohtani, el fenómeno japonés de los Los Angeles Dodgers, volvió a sorprender al mundo del béisbol, no precisamente con un jonrón descomunal ni una apertura dominadora desde la lomita. En lugar de eso, fue su inesperada salida durante la cuarta entrada frente a los Cincinnati Reds lo que encendió la conversación entre fanáticos, analistas y directivos.

Ohtani, quien regresó esta temporada como lanzador tras someterse a su segunda cirugía Tommy John luego de una lesión en 2023, abandonó el montículo con cuenta de 2-0 y visiblemente incómodo, después de lanzar seis bolas seguidas, incluidas dos lanzamientos descontrolados.

¿Es posible dominar dos mundos?

Desde su llegada a MLB, Shohei Ohtani ha sido un unicornio moderno. Conectó 54 cuadrangulares y robó 59 bases en 2024 como bateador designado, además de liderar actualmente la Liga Nacional con 38 jonrones a mediados de la temporada 2025. Su valor es tal que firmó un contrato sin precedentes de $700 millones por 10 años con los Dodgers.

Aun así, el esfuerzo físico de ser tanto un lanzador como un bateador élite plantea preguntas serias: ¿Puede realmente un jugador llevar ambos roles en el largo plazo sin poner en riesgo su salud? Él mismo ya ha experimentado consecuencias importantes. Su última aparición como lanzador en contra de los Reds, en 2023, también terminó mal: salió del juego en la segunda entrada debido a una lesión que resultó ser un ligamento desgarrado.

El plan de los Dodgers: ¿Demasiado ambicioso?

La idea del equipo angelino era que Ohtani lanzara cuatro entradas en este partido. Hubiera sido su apertura más prolongada desde su regreso al montículo. Al final, lanzó 51 pitcheos (32 strikes) y permitió dos carreras con cinco hits en tres entradas. También otorgó dos bases por bolas y recetó cuatro ponches.

Fue una salida corta que plantea dudas sobre si los Dodgers están manejando correctamente esta superestrella. ¿Deben priorizar su ofensiva y dejar el rol de lanzador? O, al contrario, ¿es Ohtani aún viable como “two-way player” en el más alto nivel profesional?

Las comparaciones históricas: ¿Hay precedentes?

La respuesta corta es no. Si bien figuras como Babe Ruth comenzaron sus carreras destacándose tanto desde el montículo como al bate, el fenómeno de la especialización en MLB ha reducido drásticamente las posibilidades de ver jugadores bidimensionales exitosos. Ruth finalmente dejó el montículo para centrarse en ser bateador, lo cual resultó ser una de las decisiones más exitosas en la historia del deporte.

Ohtani ha recorrido un camino inverso: comenzó como bateador y lanzador, y ha insistido en mantener ambos roles a lo largo del tiempo. De hecho, se convirtió en el primer jugador de la historia en ser seleccionado al All-Star Game como lanzador y bateador simultáneamente.

¿Qué dicen los números sobre el riesgo?

Estudios de la American Journal of Sports Medicine indican que lanzadores que se someten a una segunda cirugía Tommy John tienen tasas de éxito significativamente menores al regresar, especialmente si sus labores son de alta frecuencia. La probabilidad de una nueva lesión supera el 25% en tres años tras la operación.

En ese contexto, es comprensible por qué hay quienes piden a Ohtani o a los Dodgers reconsiderar su utilización como lanzador. Maximizar su impacto ofensivo –donde ya ha sido tres veces MVP– puede ser una estrategia más sostenible.

¿Quieren los aficionados seguir viendo a Ohtani lanzar?

La respuesta emocional es sí. Ver a Ohtani lanzar una recta de 100 millas por hora y luego conectar un jonrón de 450 pies en el mismo partido es una experiencia única. Pero si se le pregunta a los fanáticos de los Dodgers si preferirían que Ohtani lance o se mantenga saludable bateando cada día… probablemente elegirían lo segundo.

Después de todo, Ohtani ha sido el eje central de la línea ofensiva de Los Ángeles. Según FanGraphs, su WAR (Wins Above Replacement) como bateador es el más alto entre todos los ofensivos de las Mayores en los últimos dos años.

Habla el dugout: Reacciones y expectativas

Tras el juego, el manager de los Dodgers, Dave Roberts, comentó brevemente sobre la salida de Ohtani: “Solo estamos siendo cautelosos. No creemos que sea algo serio, pero con Shohei, siempre debemos pensar a largo plazo”.

Palabras que, a decir verdad, reflejan tanto la incertidumbre como el temor que rodea a una figura que, aunque extraordinaria, también es humana.

Una nueva generación de jugadores híbridos

El legado de Ohtani ya ha empezado a abrir camino para otros prospectos que buscan replicar su enfoque. Jugadores como Jun-Seok Shim en las menores o Cam Collier han sido experimentados en ambos roles, inspirados por el impacto global del japonés. Pero ninguno ha alcanzado, ni de cerca, su nivel de producción en ambas facetas.

Las decisiones que se avecinan

Con la fecha límite de cambios inminente y con los Dodgers luchando en la cima de la National League West, no sería extraño que comenzaran a conversar internamente sobre qué hacer con Ohtani de cara a los playoffs. Y es que si la salud del pelotero pende de un hilo, ningún campeonato vale otro capítulo oscuro en su historial médico.

¿Se le verá lanzar de nuevo esta temporada? ¿Optarán por reintegrarlo de forma más gradual? ¿O ya fue suficiente sacrificio desde el montículo?

El show debe continuar, pero con moderación

Este episodio ante los Reds no es solo un traspié más. Es un recordatorio de que incluso las hazañas más maravillosas tienen un costo. Shohei Ohtani es una joya del deporte moderno, pero uno no puede evitar preocuparse por su durabilidad.

De su capacidad para adaptarse, de la inteligencia con la que Dodgers gestionen su calendario y, sobre todo, de cuán dispuesto esté él mismo a aceptar limitaciones, dependerá si su leyenda sigue creciendo o si termina siendo una flor de un par de veranos gloriosos pero brevísimos.

“Sho Time” seguirá marcando una era. Pero quizá, también sea hora de repensar su guion.