El renacimiento del baijiu: cómo el licor más fuerte de China busca conquistar a los jóvenes
De símbolo del poder político a cócteles con sabor a ciruela, el baijiu se transforma para sobrevivir en una China moderna
Durante siglos, el baijiu ha sido el alma líquida de los banquetes chinos, una bebida tan potente como tradicional. Pero hoy, este poderoso destilado enfrenta un dilema generacional: mantenerse relevante en una sociedad cada vez más sobria, saludable y moderna.
¿Qué es el baijiu?
El baijiu (白酒), literalmente “alcohol blanco”, es un licor transparente tradicional chino que puede alcanzar hasta un 60% de alcohol. Su ingrediente principal suele ser el sorgo, aunque también se puede destilar de arroz, trigo, cebada o incluso maíz, dependiendo de la región. Se caracteriza por su sabor punzante, fuerte y muchas veces difícil de describir.
Hay distintas variedades, desde las de aroma fuerte (nóng xiāng xíng) hasta las de aroma ligero o incluso las de aroma medicinal. Es un pilar de la cultura gastronómica china y antiguamente era imprescindible en cualquier encuentro importante, sobre todo en almuerzos y cenas de negocios.
Un trago con historia política
Uno de los momentos más icónicos del baijiu ocurrió en 1974, cuando el entonces secretario de Estado de EE.UU., Henry Kissinger, brindó con el líder chino Deng Xiaoping con Moutai, la marca más emblemática del país. “Si bebemos suficiente Moutai, podemos resolver cualquier cosa”, bromeó Kissinger. Este brindis trascendió como símbolo de diplomacia líquida entre las dos potencias.
El Moutai es originario de la provincia de Guizhou y está catalogado como el licor nacional de China. Entre las élites políticas y empresariales, regalar una botella de Moutai de alta gama era —y en muchos círculos aún es— una poderosa manera de mostrar respeto o buscar favores.
Caída de consumo: menos brindis, más sobriedad
China ha experimentado una transformación social y económica en los últimos años, con una generación joven que prioriza el bienestar y el control sobre su cuerpo. Los excesos tradicionales de las cenas empresariales, donde tomar hasta intoxicarse era visto como una muestra de lealtad y fortaleza, están bajo declive. Según la China Alcoholic Drinks Association, la producción de baijiu lleva siete años consecutivos en descenso, y se espera un octavo en 2025.
Además, las campañas anticorrupción del Partido Comunista han restringido los banquetes excesivos financiados con fondos públicos. En 2025 se aprobaron nuevas reglas que prohíben el consumo de cigarrillos y alcohol en comidas de trabajo oficiales.
Incluso en los estratos sociales más altos, el consumo de Feitian Moutai ha bajado su valor en un 36% este año, lo que sirve como barómetro para todo el mercado de baijiu.
¿Qué buscan los jóvenes?
La generación millennial y Z de China no tiene los mismos vínculos culturales con el baijiu. Ellos prefieren cócteles, cervezas artesanales, vinos tintos e incluso bebidas sin alcohol. La perspectiva de salud física está ganando terreno. “Hay un dicho tradicional: ‘Sin alcohol, no hay banquete’, pero eso ya no aplica”, afirma Chi Bo, un joven de 30 años entrevistado en Sanlitun, un exclusivo distrito de ocio en Beijing.
Chi Bo resume la esencia de este cambio: “La gente ya no quiere beber alcohol, o bebe menos, pero eso no les impide juntarse y hablar de temas importantes. Ya no es necesario emborracharse para socializar”.
Estrategias de renovación: baijiu versionado para el siglo XXI
Los fabricantes han tenido que reinventarse para seguir siendo relevantes. Se están formulando variantes infusionadas con frutas, con un menor contenido de alcohol (por debajo del 10% en algunos casos), y presentaciones más amigables visualmente, que juegan con la estética ‘Instagram-friendly’ del consumidor joven.
Por ejemplo, la marca Jiangxiaobai, originaria de Chongqing, apuntó desde su inicio hacia los jóvenes. Sus botellas pequeñas llevan mensajes poéticos como “Palabras no dichas. En mis ojos, en borradores, en sueños o bajando en un trago”. Toda su imagen de marca gira en torno a la introspección juvenil y el consumo responsable.
Baijiu en café, helado y cócteles
Una de las colaboraciones más exitosas ha sido la de Kweichou Moutai con Luckin’ Coffee, que presentó en 2023 el “latte con sabor a Moutai”. Esta bebida, disponible en miles de locales en China, vendía entonces ¡5 millones de tazas al día!
Otra innovación ha sido el surgimiento de helados con sabor a baijiu y su incorporación en coctelería moderna. Bartenders de grandes ciudades como Shanghái o Guangzhou han comenzado a diseñar tragos que usan baijiu como base, combinándolo con frutas, hierbas e incluso infusiones florales.
“Baijiu está entrando silenciosamente en nuestras vidas. Quizás no se presenta en su forma original, pero reaparece transformado”, dijo Shirley Huang, una joven de 27 años que probaba por primera vez un cóctel con baijiu.
World Baijiu Day: una celebración global
El escritor y sommelier canadiense Jim Boyce fundó el evento World Baijiu Day hace una década con el propósito de dar a conocer el licor fuera de China. “Si te gustan los licores fuertes y nunca has probado el baijiu, es como decir que te gustan los fideos, pero nunca has comido espagueti”, compara Boyce.
La fecha se celebra cada 9 de agosto en bares de ciudades como Londres, Sídney, Singapur y Nueva York. En estos eventos se puede probar baijiu puro, en cócteles, o en preparaciones especialmente diseñadas para resaltar sus complejos aromas.
¿Puede reinventarse sin perder su alma?
El desafío del baijiu es el eterno dilema del patrimonio cultural: ¿cómo adaptarse a los tiempos sin diluir su esencia histórica? Aunque sus notas olfativas —que pueden recordar a queso fermentado, frutas tropicales o cuero— resulten chocantes para algunos paladares, también es cierto que ofrecen una paleta inigualable para la mixología.
“Hay tantas opciones ahora mismo”, comenta Boyce. “Todo se trata de luchar por visibilidad y espacio en un mercado donde el consumidor es cada vez más curioso pero también más exigente”.
Del brindis estridente al sorbo reflexivo
La transformación del baijiu es también un espejo del cambio social chino. Ya no se trata tanto de emborracharse con desconocidos en cenas protocolares, sino de compartir momentos significativos entre amigos, con una copa que se disfrute, no que se imponga.
El baijiu aún no ha dicho su última palabra. Lejos de desaparecer, parece haber comprendido que su supervivencia pasa por integrarse de manera creativa al estilo de vida contemporáneo.
En ese sentido, está haciendo lo que muchas tradiciones deben hacer: evolucionar para no extinguirse.