Kyiv bajo ataque: la tragedia continua de una guerra que no cesa

Un nuevo bombardeo ruso deja muertos, heridos e imágenes desgarradoras en la capital ucraniana

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La violencia de la guerra entre Rusia y Ucrania ha vuelto a golpear con fuerza el corazón de Kyiv. El 31 de julio de 2025, varias explosiones sacudieron la capital ucraniana cuando misiles y drones iraníes utilizados por las fuerzas rusas impactaron en zonas residenciales de la ciudad, dejando un saldo devastador: al menos 17 personas fallecidas, entre ellas un niño de seis años, y más de 60 heridas, según autoridades locales.

Una ciudad acostumbrada al terror, pero nunca inmunizada

Desde que comenzó la invasión rusa en febrero de 2022, Kyiv ha vivido innumerables ataques aéreos. Sin embargo, cada bombardeo deja una nueva estela de muerte, destrucción y dolor. Esta vez, el impacto más brutal ocurrió en un edificio residencial de nueve plantas en el distrito de Sviatoshynskyi. La parte frontal del edificio colapsó por completo, atrapando a decenas de familias bajo los escombros.

Imágenes compartidas por medios y redes sociales mostraban a rescatistas cavando desesperadamente entre los restos de concreto, mientras los bomberos apagaban incendios en los pisos superiores. Algunos vecinos aún con polvo en la cara y en estado de shock, hablaban con la prensa sobre cómo escucharon la explosión y luego los gritos de sus seres queridos.

Un drama humano entre ruinas

Entre los rescatados había varias mujeres mayores, tres niños y al menos media docena de personas con quemaduras graves. Médicos ucranianos que atendieron en la escena describieron que "muchos de los heridos llegaron con politraumatismos severos y parecían haber sido arrancados de una zona de guerra activa". Uno de los voluntarios de emergencia declaró:

“Cada vez que creemos que lo peor ya ha pasado, llega una noche como esta. No sé cuánto más puede resistir esta ciudad.”

Kyiv como símbolo del sufrimiento, y de la resistencia

El presidente Volodímir Zelenski arremetió contra Rusia, señalando que “el uso de drones y misiles contra viviendas civiles es terrorismo puro”. Además, planteó una vez más la necesidad de obtener más sistemas de defensa aérea por parte de los aliados occidentales.

Kyiv, que simboliza más que ninguna otra ciudad el alma de la Ucrania independiente y europea, se ha convertido en blanco frecuente de los ataques rusos. Desde el 2022, el Kremlin ha lanzado más de 1500 ataques aéreos contra zonas urbanas en Ucrania, de los cuales al menos un tercio impactaron directamente en infraestructura no militar, según datos de la ONG Human Rights Watch.

¿Qué buscan estos ataques?

Los analistas militares consideran que los constantes bombardeos sobre Kyiv tienen varios fines:

  • Provocar el pánico y desestabilizar el gobierno ucraniano.
  • Destruir infraestructura esencial como plantas eléctricas o centros de comando.
  • Forzar la rendición social al causar estragos entre la población civil.

Sin embargo, Kyiv ha resistido como pocas ciudades del mundo contemporáneo. La población ha aprendido a leer las alarmas antiaéreas, a refugiarse en segundos y a mantener la solidaridad en medio del caos. Se organizan redes de ayuda, se ofrecen comidas calientes en sótanos y se distribuyen mantas y medicamentos donados por países vecinos.

Un niño de seis años entre los muertos

Uno de los relatos más desgarradores fue el de la familia Kozlov. Tras el impacto del misil, su vivienda se vino abajo. Mientras los padres lograron salir con heridas menores, su hijo Artem, de tan solo seis años, murió aplastado por un muro. Los vecinos compartieron cuentos infantiles que Artem solía leer con su abuela, y su imagen pasó rápidamente a ser símbolo de la creciente presión internacional para detener los ataques a civiles.

Respuestas europeas e internacionales

El ataque ocurrió pocos días después de que Rusia y Bielorrusia anunciaran maniobras militares conjuntas a gran escala en la frontera occidental, lo que muchos interpretan como una amenaza indirecta para los Estados Bálticos y Polonia.

Ante ello, la Unión Europea, a través de Josep Borrell, expresó su “absoluta condena” al ataque y reiteró el compromiso de enviar más apoyo militar a Ucrania. Alemania confirmó el envío de más sistemas antimisiles IRIS-T, mientras que Francia ofreció asistencia médica especializada.

¿Hasta cuándo podrá resistir Ucrania?

La pregunta sigue en el aire mientras los bombardeos continúan. La moral ucraniana ha demostrado ser una de las más altas del mundo, y el compromiso de sus ciudadanos para permanecer y reconstruir es vistos como un faro de esperanza.

Pero los daños son enormes: desde 2022, más de 11.000 civiles han muerto según estimaciones de las Naciones Unidas. La UNICEF calcula que al menos 1 de cada 4 niños ucranianos ha perdido su hogar. Edificios simbólicos como escuelas, hospitales, bibliotecas, cines y mercados han sido reducidos a escombros en más de 30 ciudades.

Un recordatorio brutal

El ataque del 31 de julio nos recuerda que la guerra no está ni cerca de terminar. Las imágenes captadas por los reporteros muestran no solo la destrucción, sino también la tenacidad con la que Ucrania afronta sus días más oscuros. Cada foto de Kyiv en llamas, de una madre abrazando el cadáver de su hijo, de un anciano cubierto de sangre clamando por ayuda, es un grito que desafía al mundo a no acostumbrarse al horror.

En palabras de la ministra del Interior, Yuliia Svyrydenko, presente en el lugar de la tragedia:

“Hoy Kyiv llora, pero también se levanta. Por cada vida que perdemos, reforzamos nuestra decisión de seguir adelante.”

No se trata solo de geopolítica. Se trata de seres humanos que intentan seguir existiendo en medio del fuego cruzado. Y hoy el mundo debería mirar a Ucrania no con lástima, sino con la reafirmación de que la libertad aún vale la pena defender.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press