Turbulencia en aumento: Cómo el cambio climático podría estar haciendo volar más peligroso
Lesiones, vuelos desviados y miedo a volar: ¿qué está pasando en los cielos y cómo podemos protegernos?
Una amenaza invisible en los cielos
En los últimos meses, las noticias sobre vuelos sacudidos por turbulencias han captado la atención del mundo. Desde pasajeros hospitalizados hasta un trágico fallecimiento a bordo de un vuelo de Singapore Airlines en mayo de 2024, la estabilidad de nuestros viajes aéreos parece estar tambaleándose. Pero, ¿qué está detrás de este preocupante fenómeno? ¿Es este un simple aumento estacional o estamos presenciando consecuencias tangibles del cambio climático?
¿Qué es exactamente la turbulencia?
En términos simples, la turbulencia es aire inestable que se mueve de forma impredecible. No se trata solo de atravesar nubes o tormentas. De hecho, la más peligrosa es la llamada turbulencia en aire claro (CAT, por sus siglas en inglés), invisible a simple vista y, por tanto, más difícil de prever.
Este tipo de turbulencia suele ocurrir cerca de los jet streams (corrientes en chorro) en altitudes elevadas. El factor principal es la cizalladura del viento, una variación súbita entre masas de aire que se mueven a distintas velocidades. Cuando la atmósfera no puede absorber esa diferencia, el resultado es una sacudida violenta que puede afectar no solo a la comodidad de los pasajeros sino a su integridad física.
Un problema cada vez más frecuente
Los datos apuntan a un aumento sostenido en los incidentes de turbulencia:
- En mayo de 2024, un vuelo de Singapore Airlines fue sacudido por una turbulencia severa que causó la muerte de un pasajero de 73 años y decenas de heridos.
- En junio de 2024, un vuelo de American Airlines entre Miami y Raleigh-Durham resultó en cinco pasajeros hospitalizados.
- Unas semanas antes, un vuelo de Ryanair entre Berlín y Milán tuvo que aterrizar de emergencia debido a una tormenta localizada sobre el sur de Alemania que causó nueve heridos.
Según la Administración Nacional de Seguridad del Transporte de EE.UU. (NTSB), entre 2009 y 2024, 207 personas sufrieron lesiones graves provocadas por turbulencias, muchas de las cuales eran azafatas que no estaban sujetas durante los incidentes.
¿Qué dice la ciencia climática?
Expertos señalan que el cambio climático podría estar intensificando la turbulencia aérea. Paul Williams, profesor de ciencias atmosféricas en la University of Reading en Inglaterra, lo expresó con contundencia:
“Hay evidencia sólida de que la turbulencia severa está aumentando debido al cambio climático”.
Sus investigaciones han revelado que la turbulencia severa en aire claro sobre el Atlántico Norte ha aumentado un 55% desde 1979. Proyecciones indican que podría doblarse o incluso triplicarse en las próximas décadas si continúan las tendencias actuales.
Otro experto, Thomas Guinn de la Embry-Riddle Aeronautical University, afirmó que los cambios en la temperatura global están modificando la velocidad y el flujo del jet stream, uno de los principales factores detrás de la cizalladura del viento que origina la turbulencia.
Impacto en la industria aérea
Las aerolíneas han comenzado a responder con medidas preventivas:
- Southwest Airlines cambió su protocolo de servicio a bordo, finalizándolo antes para que los pasajeros puedan sentarse y abrocharse los cinturones con más antelación.
- Korean Air eliminó el emblemático ramen instantáneo Shin Ramyun para evitar quemaduras accidentales durante turbulencias cada vez más frecuentes.
Estas decisiones buscan mitigar los riesgos y mantener la seguridad, pero también revelan un cambio fundamental en la forma de planear y pensar los vuelos comerciales.
¿Qué podemos hacer como pasajeros?
El consejo más importante: siempre usar el cinturón de seguridad cuando se esté sentado, incluso si el aviso de cinturón está apagado. La mayoría de las lesiones ocurren cuando las personas están de pie o no sujetas.
Además, es recomendable:
- Elegir asientos en la parte central del avión, donde tiende a sentirse menos turbulencia.
- Evitar objetos pesados o puntiagudos en el regazo durante el vuelo.
- Seguir las instrucciones de la tripulación, especialmente en vuelos largos o si se prevén condiciones meteorológicas adversas.
La tecnología también ayuda
Los pilotos intentan evitar zonas de turbulencia consultando información meteorológica en tiempo real o siguiendo rutas sumamente planificadas. No obstante, los avances aún no logran detectar todas las áreas peligrosas, especialmente cuando se trata de turbulencia en aire claro.
Sin embargo, hay esperanza. Nuevos sistemas como Turbulence Auto-PIREP, desarrollados con ayuda de la NASA, buscan mejorar la predicción en tiempo real mediante sensores a bordo y datos compartidos entre aviones y sistemas meteorológicos.
¿Estamos al borde de una nueva era de vuelo?
La experiencia de volar ha cambiado radicalmente desde mediados del siglo XX. Pero ahora, con el efecto palpable del cambio climático en nuestros cielos, puede que estemos ante una nueva era donde las rutas, los equipos y los protocolos deban actualizarse urgentemente para mantener nuestra seguridad.
El aumento de la turbulencia, lejos de ser una simple molestia, podría convertirse en una llamada de atención hacia los efectos profundos y tangibles de un planeta en transformación. Tal vez sea hora de replantear lo que hemos dado por sentado cuando subimos a un avión.
Porque cuando el cielo se agita, ya no es cuestión solo del clima, sino de cómo enfrentamos el futuro del transporte aéreo en un mundo climático cambiante.