El fin de la televisión pública tal como la conocemos: ¿por qué importa tanto la CPB?
El cierre de la Corporation for Public Broadcasting marca una crisis histórica en la educación, cultura y acceso a la información rural en EE.UU.
Una pérdida histórica: se apaga un faro de la comunicación pública
El 30 de septiembre de 2025 marcará el fin de una era para los medios públicos en Estados Unidos. La Corporation for Public Broadcasting (CPB), una institución sin fines de lucro responsable de financiar a PBS, NPR y más de 1,500 estaciones locales, cerrará definitivamente tras perder el respaldo financiero del Congreso estadounidense. El impacto será profundo, especialmente en zonas rurales y entre audiencias marginadas que dependen de la radio y televisión pública para contenidos educativos, culturales e información esencial.
Después de casi seis décadas de funcionamiento —fue fundada tras una legislación de 1967—, la CPB apagará sus operaciones, dejando una herencia invaluable pero también una profunda incertidumbre sobre el futuro de los medios públicos.
¿Por qué desaparece la CPB?
El presidente Donald Trump firmó el pasado julio una ley que elimina 1.100 millones de dólares previamente asignados a los medios públicos. El argumento desde la Casa Blanca es claro: los medios públicos son percibidos como políticamente sesgados y representan un gasto innecesario. Esta narrativa, impulsada desde sectores conservadores, ha sido particularmente agresiva contra PBS y NPR, dos de las entidades más reconocidas financiadas por la CPB.
La decisión fue consolidada por el Comité de Asignaciones del Senado, que excluyó por primera vez en más de 50 años fondos para la organización, cortando de raíz un flujo de financiamiento que mantenía vivos miles de proyectos comunicacionales.
Un golpe letal a las zonas rurales
El 70% del presupuesto de la CPB se destinaba directamente a 330 estaciones de televisión afiliadas a PBS y 246 de radio vinculadas a NPR. La cancelación afectará más gravemente a pequeñas estaciones en regiones rurales, donde la radio pública muchas veces es la única fuente de alertas climáticas, noticias y entretenimiento cultural.
Algunos ejemplos del impacto inmediato incluyen:
- Mississippi Public Broadcasting ya cerró su canal de streaming infantil que emitía contenido educativo 24h como “Caillou” y “Daniel Tiger’s Neighborhood”.
- Maine Public Media perderá 2.5 millones de dólares, equivalente al 12% de su presupuesto.
- En Kodiak, Alaska, la emisora KMXT proyecta perder un 22% de su financiamiento.
- NPR estima que hasta 80 estaciones podrían cerrar en el próximo año.
No se trata solo de entretenimiento: en estados como Alaska, donde hay comunidades aisladas entre montañas y costas vulnerables, la radio pública transmite mensajes oficiales ante terremotos, tsunamis y emergencias sanitarias.
Más allá de noticias: la revolución de “Sesame Street”
Pocos programas han influido tanto en generaciones de niños como “Sesame Street”, estrenado en 1969. Fue diseñado por educadores y psicólogos infantiles con el fin de equiparar las oportunidades entre niños de bajos recursos y sus pares de clases media y alta.
Un estudio revelador de la Universidad de Maryland descubrió que los niños expuestos a “Sesame Street” tenían un 14% más de probabilidades de estar en el grado escolar correcto para su edad. Esta serie fue pionera en incorporar diversidad racial, respeto a las emociones y conocimiento académico, algo que no era habitual en contenidos como “Tom & Jerry” o “Romper Room”.
Además de Big Bird, Elmo o Abby Cadabby, el programa albergó figuras culturales como Carol Burnett, quien participó en su primer episodio. "Me encantaba toda esa bondad y humor", confesó la actriz.
“Finding Your Roots”: genealogía, historia y humanidad
Otro de los grandes legados financiados por la CPB fue el innovador programa “Finding Your Roots”, conducido por el académico Henry Louis Gates Jr. Desde 2006, el formato explora las raíces genealógicas de figuras famosas como RuPaul, Meryl Streep o Cory Booker. El show se basó originalmente en la vida de afroamericanos y luego se abrió a otras etnias, convirtiéndose en el programa no dramático más visto de PBS.
La temporada 10 alcanzó a 18 millones de personas y recibió su primera nominación a los Premios Emmy. Gates resume su misión en dos ideas:
“Lo que ha hecho grande a Estados Unidos es que somos una nación de inmigrantes. Y, en el nivel genético, pese a nuestras diferencias físicas, somos 99.99% iguales.”
Ken Burns y la historia americana sin presupuesto
El documentalista Ken Burns, conocido por obras monumentales como “The Civil War”, “Baseball” y “The Vietnam War”, declaró que la CPB financió hasta el 20% de sus proyectos. Aunque puede encontrar otros apoyos, advirtió que muchos cineastas que dependían en un 50% o más de esos fondos dejarán de producir contenido cultural valioso.
“Se está deteriorando la infraestructura cultural del país,” advirtió Burns en una entrevista con PBS NewsHour.
Contenidos invisibles, voces olvidadas
Además de grandes producciones, la CPB otorgaba fondos discrecionales a estaciones locales para desarrollar programas sobre cocina tradicional, música regional, historia oral, salud pública e idiomas indígenas. El cierre pone fin a estas iniciativas que rara vez lograban insertarse en plataformas comerciales.
Esta erosión del contenido representativo fue anticipada por Newton Minow, presidente de la FCC en los años sesenta, quien describió a la televisión comercial como un "inmenso páramo" (“vast wasteland”) y defendió la programación educativa como un deber moral del Estado.
¿Qué sigue ahora para los medios públicos?
A corto plazo, la CPB mantendrá un equipo mínimo hasta enero de 2026 para cerrar operaciones. Pero la continuidad de miles de estaciones y programas está en peligro. Algunos analistas sostienen que las grandes ciudades buscarán nuevas fórmulas de financiamiento por suscripción o mecenazgo privado, pero las regiones rurales quedarán desprotegidas.
Además, hay un debate político de fondo: ¿la desaparición de la CPB representa una victoria ideológica contra el pluralismo informativo?
“Se está erosionando una de las instituciones más importantes para la democracia”, opinó el profesor Jay Rosen de la Universidad de Nueva York. “Los medios comerciales no tienen incentivos económicos para cumplir con las funciones de la radio pública.”
Una pérdida cultural incalculable
Desde “Mr. Rogers’ Neighborhood” hasta documentales sobre las guerras estadounidenses, pasando por programas de genealogía, ciencia y derechos civiles, la CPB ha proporcionado un legado de valor educativo, social y emocional incalculable.
El cierre de la CPB no es solo el fin de una organización, es el apagón de una idea: la de que todos, sin importar su código postal o nivel socioeconómico, merecen acceso a contenidos que los respeten, los informen y los inspiren.
En un mundo dominado por plataformas comerciales, influencers y algoritmos, el silencio de la CPB será ensordecedor.