Guerra comercial a la suiza: cómo los aranceles de Trump impactan a relojes, chocolates y farmacéuticas

El aumento de impuestos a las importaciones desde Suiza amenaza con encarecer productos de lujo y desestabilizar relaciones económicas históricas entre ambos países

Suiza, sinónimo de calidad y lujo, enfrenta una tormenta comercial con Estados Unidos que podría cambiar drásticamente los precios y accesos a productos suizos emblemáticos como los relojes, el chocolate y los medicamentos. El presidente Donald Trump ha anunciado un arancel del 39% sobre las importaciones suizas, un movimiento que ha generado alarma en los mercados y pone a prueba una de las relaciones comerciales más estables del mundo occidental.

Un arancel inesperado en pleno Día Nacional

El anuncio del aumento arancelario cayó como un balde de agua fría en todo el territorio suizo el pasado 1 de agosto, que coincidió irónicamente con su Día Nacional. La presidenta suiza Karin Keller-Sutter se mostró sorprendida y decepcionada en declaraciones a los medios:

“Habíamos avanzado en negociaciones con la administración estadounidense, pero no fue aprobado por el presidente. Esto perjudicará a nuestra economía.”

El incremento del 39% en los aranceles parece derivarse, según Keller-Sutter, de una decisión basada en el déficit comercial entre ambos países, que alcanzó los 38.500 millones de dólares en 2023, según la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR).

El golpe al corazón del lujo: los relojes suizos

Marcas icónicas como Rolex, Patek Philippe o Breitling podrían verse obligadas a aumentar significativamente los precios de sus productos en el mercado estadounidense, donde ya enfrentaban una desaceleración de las ventas. Fabrice Zumbrunnen, analista de la industria relojera, explica:

“Estos relojes ya tienen precios elevados, pero añadir un 39% podría llevar a un Rolex de $10,000 a superar los $14,000. Para algunos coleccionistas, esto será inaceptable.”

La Federación de la Industria Relojera Suiza se pronunció enérgicamente, destacando que Suiza eliminó todos los aranceles a productos industriales en 2024, apelando así al principio de reciprocidad:

“Estos aranceles suponen una grave amenaza para nuestras relaciones bilaterales.”

El mercado estadounidense representa, junto con Hong Kong y Japón, uno de los principales destinos de exportación de relojes suizos. Según cifras de la federación, solo en junio de este año las exportaciones ya habían caído un 7% interanual.

El sabor amargo en la industria chocolatera

Los chocolateros suizos también enfrentan una nueva y difícil realidad. Aunque gigantes como Nestlé y Lindt poseen plantas de producción en EE.UU., los pequeños y medianos fabricantes suizos no tienen esa opción.

Roger Wehrli, CEO de Chocosuisse, advirtió:

“El arancel, sumado al cambio de divisas (US$1 = 1.23 francos suizos), equivale a un aumento del 50% en costos. Esto reducirá nuestras ventas en EE.UU. drásticamente.”

Actualmente, Suiza exporta el 7% de su producción chocolatera a Estados Unidos. Wehrli afirmó que buscan diversificar mercados, pero no descarta pérdida de competitividad:

“Esperamos que los consumidores estadounidenses recuerden que la calidad suiza vale cada centavo.”

Farmazaludos desde Basilea y Zúrich: las farmacéuticas también sienten el golpe

Empresas farmacéuticas como Roche y Novartis se manifestaron formalmente tras el anuncio. Roche declaró su preparación ante posibles impactos, destacando que ya emplea a más de 25,000 personas en EE.UU. y tiene planes para invertir 50 mil millones de dólares y generar 12,000 nuevos empleos en los próximos cinco años.

Sin embargo, ambas empresas consideran que los fármacos deberían estar exentos de este tipo de medidas proteccionistas. Novartis comunicó que seguirá comprometida con mejorar el acceso y la asequibilidad para los pacientes.

Según un informe de la cadena suiza SRF, el 35% de las exportaciones suizas a EE.UU. corresponden al sector farmacéutico. Aunque muchas de estas empresas producen localmente en territorio estadounidense, los insumos, licencias y desarrollos tecnológicos provienen en gran parte desde Suiza.

Impacto general en la economía suiza

  • Exportaciones afectadas: Relojes, chocolates y medicamentos son los más evidentes, pero también maquinaria industrial y componentes electrónicos están en juego.
  • Pérdida de confianza inversora: La percepción de EE.UU. como mercado seguro se difumina, lo que podría redireccionar inversiones hacia Asia y América Latina.
  • Aumento de precios en EE.UU.: El consumidor estadounidense verá subir el precio de productos de lujo y consumo premium, lo que afectará especialmente a segmentos que valoraban calidad suiza.

Por qué esta guerra comercial preocupa más de lo que aparenta

Lo que hace única esta disputa es que Suiza es un país históricamente neutral, tanto política como económicamente. Es rara vez mencionado en conflictos arancelarios. Pero ahora, se encuentra en el centro de una estrategia de comercio exterior profundamente nacionalista.

La lógica del equipo de Trump, según explicó Wendong Zhang, economista de Cornell, es castigar a los países con los que EE.UU. tiene alto déficit comercial. De hecho, otras naciones como Canadá (35% de arancel), Brasil (50%) e India (25%) también están en la lista negra comercial.

En contraste, la Unión Europea logró negociar un arancel único de solo 15%. Reino Unido, incluso menos: un 10%. Esto demuestra que la estrategia de negociación agresiva aún es selectiva.

Los efectos sobre la percepción del consumidor estadounidense

En palabras de Ben Aneff, presidente de la U.S. Wine Trade Alliance, quien habló del alza de precios en el sector vinícola, este patrón se repetirá con los productos suizos:

“Nadie puede absorber un arancel, especialmente de este tamaño. Simplemente se traslada al consumidor.”

Y no solo el vino o el chocolate: los aranceles afectan a múltiples industrias, desde gafas de sol hasta bienes tecnológicos y calzados. La Asociación Americana de Calzado estima alzas del 5 al 10% para este otoño.

¿Reconfiguración del mercado global?

El mensaje que Trump parece querer enviar es claro: “Fabricad en Estados Unidos o pagad más.” Pero esto también abre una caja de Pandora. Los países afectados podrían buscar tratados de libre comercio con competidores de EE.UU., como China o India.

Incluso el campo agrícola estadounidense, que parecía beneficiarse con acuerdos como el firmado con Vietnam (US$2 mil millones en compras de productos agrícolas), podría perder protagonismo en el mediano plazo si socios comerciales tradicionales deciden virar hacia otros proveedores.

En este contexto, Zhang advierte:

“La ausencia de una política comercial coherente a largo plazo genera incertidumbre estructural, lo que disuade las inversiones extranjeras y puede desestabilizar cadenas de suministro.”

¿Qué sigue para Suiza?

El gobierno helvético ha señalado que buscará renegociar los aranceles con la administración estadounidense, pero no ha descartado recurrir ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), lo que podría tomar años.

Mientras tanto, empresas suizas deben redefinir sus estrategias: trasladar operaciones, subir precios de exportación o, en muchos casos, reducir tamaño y concentración de ventas en el mercado estadounidense.

Como anticipan analistas suizos, este es un punto de inflexión. Suiza ya está examinando una mayor colaboración bilateral con China y la India, buscando mercados menos volátiles y más predecibles.

Los próximos meses serán decisivos para saber si esta guerra comercial redefine el tablero mundial o si es apenas otro movimiento táctico dentro de un juego más amplio de presiones geopolíticas.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press