La batalla por la atención médica transgénero en EE. UU.: ¿discriminación institucional o protección infantil?

Hospitales cierran clínicas para jóvenes trans en medio de presiones legales y políticas desde el nuevo gobierno de Trump

Por décadas, las comunidades LGBTQ+ han luchado por el acceso igualitario a servicios médicos, particularmente para menores transgénero. Hoy, esa lucha vuelve al centro del debate nacional en Estados Unidos, con decisiones que no solo afectan vidas individuales, sino que también levantan cuestionamientos sobre ética médica, legalidad institucional y derechos civiles básicos.

El nuevo frente de batalla: atención médica para menores trans

En los primeros meses del año, al menos ocho importantes hospitales y sistemas de salud en EE. UU. anunciaron que detendrán o limitarán significativamente la atención afirmativa de género para menores de 19 años. Esto ocurre a pesar de que en muchos de estos estados dicha atención es perfectamente legal bajo las leyes estatales. Entre ellos se destacan:

  • Children's National (Washington, D.C.)
  • UI Health (Chicago)
  • Yale New Haven Health (Connecticut)
  • Children's Hospital Los Angeles (el mayor proveedor público del país)
  • Kaiser Permanente (operativo en California y otros estados)
  • Penn State Health (Pensilvania)

El cierre de estas unidades generó una ola de preocupación entre familias con hijos trans, quienes ahora deben buscar servicios médicos especializados muchas veces en otros estados y fuera de su cobertura de seguros, como Medicaid.

¿Qué está motivando esta ola de restricciones?

Aunque estos cierres se han justificado en términos vagos como un "entorno legal complejo", activistas y expertos aseguran que la presión política del nuevo gobierno de Donald Trump es el principal factor. Desde su regreso al poder en enero, la administración Trump ha impulsado medidas para obstaculizar esta atención médica, incluyendo:

  • Órdenes ejecutivas que limitan el reconocimiento gubernamental de identidades de género distintas al sexo asignado al nacer.
  • Subpoenas y auditorías dirigidas a clínicas y hospitales que ofrecen estas terapias, bajo sospechas de fraude en salud.
  • Un memorando del Departamento de Justicia ordenando a sus divisiones civiles priorizar investigaciones contra estos proveedores.
  • Un informe del Departamento de Salud desaconsejando intervenciones médicas en adolescentes y argumentando que deberían restringirse solo a terapias de conversación.

En julio, la Casa Blanca emitió un comunicado celebrando la cancelación de estos servicios, calificando los tratamientos afirmativos como una "práctica bárbara y pseudocientífica".

Demanda federal: 17 estados contra el gobierno

La respuesta no se hizo esperar. Un total de 17 funcionarios demócratas (15 fiscales estatales, el gobernador de Pensilvania y el fiscal general del Distrito de Columbia) han presentado una demanda contra la administración Trump en el Tribunal Federal de Boston. Aseguran que se está violando la ley al hostigar e intimidar a médicos y hospitales que, dentro del marco legal, proporcionan atención médica necesaria y afirmada por la ciencia a menores de edad trans.

"El gobierno federal está llevando a cabo una campaña de acoso cruel y dirigida contra proveedores que ofrecen atención legal y que salva vidas a menores", declaró la fiscal general de Nueva York, Letitia James.

¿Es médica o moralmente cuestionable la atención de afirmación de género?

Una de las principales críticas de los sectores conservadores y de la administración Trump es que la atención de afirmación de género se basa en ciencia "dudosa" y puede implicar efectos irreversibles para pacientes que no están completamente seguros de su identidad. Pero los hechos médicos cuentan otra historia:

  • La Asociación Médica Estadounidense (AMA) y la Academia Americana de Pediatría apoyan la inclusión de cuidados transafirmativos en menores, siempre que sean dirigidos por especialistas y tras evaluaciones detalladas.
  • Los tratamientos pueden incluir bloqueadores de pubertad, terapia hormonal y consejería psicológica. Las cirugías en menores son extremadamente raras.
  • Las consecuencias de negar estos tratamientos pueden ser devastadoras: una tasa de intento de suicidio 7 veces mayor entre adolescentes trans sin acceso a atención médica adecuada, según el Trevor Project.

"Ningún hospital ha dicho que termina estos servicios por falta de evidencia médica. Son decisiones políticas y legales", señala Alex Sheldon, director ejecutivo de GLMA, una organización que promueve la equidad en salud para personas LGBTQ+.

El caso de Kristen Salvatore y su hijo trans

Kristen Salvatore, residente de Pensilvania, comparte que el tratamiento hormonal que su hijo comenzó a finales de 2024 fue un punto de inflexión en su salud mental. Desde que se suspendió el programa en Penn State Health, la familia ha recorrido otros centros, pero pocos aceptan Medicaid y las listas de espera son larguísimas.

"Estoy caminando a ciegas. Lo poco que me ofrecieron me lleva a callejones sin salida", dice. Tienen reservas de testosterona solo hasta enero de 2026. Después de eso, temen que su hijo tenga que "detransicionar", lo que puede profundizar sus problemas de salud mental.

Contexto nacional: un país dividido

La atención a personas trans se ha convertido en un campo de batalla político. Desde 2021, al menos 28 estados con legislaturas republicanas restringieron o prohibieron el acceso a menores. En junio pasado, la Corte Suprema avaló que los estados pueden definir sus propias políticas. Esto ha generado un mosaico legal donde el acceso a la atención depende, literalmente, del código postal.

Según una encuesta de AP-NORC, alrededor del 50% de los adultos en EE. UU. aprueban el manejo que Trump da al tema trans. Pero entre médicos, científicos y defensores de derechos humanos, las politizadas restricciones se perciben como un retroceso alarmante.

“Lo que estamos viendo es una señal inequívoca de que ciertos sectores políticos están más comprometidos en borrar identidades que en proteger a los niños”, afirma la doctora Rachel Levine, Subsecretaria de Salud del gobierno anterior y una de las funcionarias trans de mayor rango en la historia de EE. UU.

Un ataque a los cimientos de la autonomía médica infantil

Los argumentos de la administración Trump a menudo giran en torno a la capacidad de consentimiento de los menores, asegurando que no pueden decidir tratamientos que podrían generar infertilidad futura. Sin embargo, lo mismo podría aplicarse a otros tratamientos médicos —como terapias oncológicas o tratamientos hormonales para adolescentes con pubertad precoz— sin que existan campañas de persecución similares.

La diferencia radica, múltiples expertos sostienen, en el contenido político e ideológico del tema trans: no se trata solo de medicina, sino de cultura, religión y control social. Es por esto que el tema se ha convertido en arma electoral, sobre todo en ciclos como el actual.

El futuro incierto de miles de menores trans en EE. UU.

La situación ha creado una nube de incertidumbre y miedo para miles de familias: ¿podrán seguir accediendo a una atención que los expertos definen como médicamente necesaria y salvadora? ¿O están condenados a travesías interestatales, facturas impagables y un deterioro en la calidad de vida de sus hijos?

La respuesta se jugará no solo en tribunales, sino también en urnas. Las próximas elecciones, el rumbo de futuras cortes federales y la capacidad organizativa del movimiento LGBTQ+ determinarán si esta población podrá avanzar hacia la cobertura igualitaria o será empujada a los márgenes por presión política e ideológica.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press