Trump, Medicaid y las 22 mil muertes evitables: ¿quién pagará el precio de perder el seguro de salud?
El impacto devastador de una ley fiscal: millones perderán cobertura médica y miles podrían morir cada año, según investigadores
Una ley con consecuencias fatales
En un contexto político cada vez más polarizado, las decisiones legislativas pueden parecer abstractas, pero la más reciente evaluación de la Congressional Budget Office (CBO) demuestra lo contrario. De acuerdo con sus proyecciones, al menos 10 millones de estadounidenses perderán su seguro médico para el año 2034 debido a cambios promovidos en la ley tributaria bajo la administración del expresidente Donald Trump.
Pero esto no es sólo una cuestión de cifras. De acuerdo con los investigadores de la Harvard Medical School, encabezados por el Dr. Adam Gaffney, las repercusiones en la salud pública podrían incluir:
- La pérdida de un médico de cabecera para 2.5 millones de ciudadanos.
- Cerca de 1.6 millones acumularán deudas médicas.
- Aproximadamente 22,000 muertes al año podrían evitarse si se mantuviera el seguro médico.
"No hay forma de quitar aseguramiento de salud a 10 millones de personas sin esperar consecuencias trágicas", afirmó Gaffney, ex presidente de Physicians for a National Health Program.
El experimento en Oregón que lo explica todo
Para entender lo que sucederá, los investigadores se basaron en un curioso experimento natural ocurrido en 2008 en Oregon. El estado, tras años de congelar nuevos ingresos a Medicaid por falta de presupuesto, reabrió la inscripción para tan sólo 10,000 personas. Como había una demanda superior, se realizó una lotería para asignar los cupos.
Este evento brindó la rara y valiosa oportunidad de realizar un estudio con diseño aleatorizado —el "estándar de oro" en investigación médica—, al comparar directamente a quienes recibieron cobertura frente a quienes se quedaron sin ella. Los que accedieron a Medicaid mostraron mejoras considerables en áreas como bienestar mental, control de enfermedades crónicas y menor deuda médica. Aplicando estos resultados a las nuevas políticas federales, se proyecta una crisis nacional de salud pública.
La realidad en carne propia: historias que conmueven
Amanda Schlesier, una paciente de 33 años con leucemia que vive en Michigan, ilustra lo que está por venir. En un momento de crisis, no pudo acceder a sus pastillas de quimioterapia (Calquence) durante varios días por complicaciones administrativas con Medicaid.
“Terminé en la sala de emergencias delirando de dolor”, cuenta. Su miedo no es infundado: con cada día que pasa sin tratamiento, el cáncer puede avanzar. Amanda teme lo que puede ocurrir si pierde la cobertura nuevamente por no enviar cierto formulario a tiempo.
Y no es la única. Thomas Harper, un camionero en Louisiana que sufre diabetes y se recupera de un linfoma, ahora debe decidir entre pagar sus medicamentos o comprar alimentos saludables tras perder Medicaid. “Voy a sobrevivir, pero sé que hay gente que no puede hacerlo sin ese seguro”, dice.
¿Cómo llegamos aquí? La ley que lo cambia todo
En 2017, el Congreso aprobó una reforma fiscal masiva impulsada por Trump. Aunque sus defensores la promocionaron como una forma de estimular el crecimiento económico, su impacto en la atención médica ha pasado relativamente desapercibido. El ahorro que generaría eliminar cobertura médica se destinaría a otros rubros como la seguridad fronteriza o recortes fiscales para empresas y altos ingresos.
Entre los cambios más peligrosos, figura la exigencia a los beneficiarios de Medicaid de comprobar su elegibilidad cada seis meses. Este requisito, aparentemente burocrático, ha demostrado causar pérdidas de cobertura incluso en personas que todavía califican, simplemente porque cambian de dirección o no envían documentos a tiempo.
La intención republicana, según argumentan, es “depurar” el sistema y enfocarlo en quienes realmente lo necesitan: discapacitados, mujeres embarazadas y niños. No obstante, organizaciones médicas y grupos de derechos lo califican como una táctica para restringir el acceso y reducir costos a costa de los más vulnerables.
Los riesgos de perder el seguro de salud: un efecto dominó
No contar con seguro médico no sólo impide el acceso a tratamientos costosos como la quimioterapia. Afecta cada etapa del proceso de salud:
- Diagnóstico tardío: Sin consultas regulares, muchas enfermedades se detectan cuando ya es demasiado tarde.
- Pérdida de prevención: Pacientes sin cobertura tienden a omitir pruebas preventivas como mamografías, colonoscopias o análisis de colesterol. Se estima que medio millón menos de mujeres se realizarán mamografías en 2034.
- Exclusión financiera: Muchos proveedores exigen pagos por adelantado o pruebas de cobertura antes de hacer procedimientos. Además, quienes acumulan deudas médicas ven canceladas sus próximas citas.
Medir consecuencias con cifras humanas
El efecto más dramático que se prevé son las muertes prevenibles. El equipo de Gaffney calcula que alrededor de 22,000 personas al año morirán innecesariamente por perder acceso a tratamientos básicos, medicación o intervenciones quirúrgicas.
Si comparamos esta cifra con otras tragedias nacionales, equivale a:
- Más del doble de las muertes por sobredosis de fentanilo en un solo estado como Ohio.
- El impacto total de varios huracanes de categoría 5 juntos.
- Una cifra superior a los homicidios anuales registrados en todo Estados Unidos.
El Dr. Gaffney resume la tragedia con contundencia: “Al quitar la cobertura médica, colocamos a los pacientes en una posición insostenible. Veremos morir a miles que podrían haberse salvado”.
El sistema colapsa desde sus cimientos
Desde su creación en 1965, Medicaid ha sido una piedra angular para garantizar atención médica a quienes más lo necesitan: ancianos, niños, personas con discapacidad y comunidades de bajos recursos. En 2023, cerca de 85 millones de personas estaban inscritas en Medicaid, pero la ola de recortes amenaza con disminuir esa cifra de forma drástica.
El programa se ha convertido en un barómetro político: durante administraciones demócratas, se expande; durante las republicanas, se recorta.
¿Qué hacer ante esta amenaza?
Las organizaciones médicas han comenzado a trabajar para ofrecer asistencia legal y recursos a pacientes próximos a perder cobertura. Pero muchos expertos señalan que esto es “curar el síntoma, no el problema”. Exigen intervenciones legislativas urgentes:
- Mantener renovación automática para personas vulnerables.
- Eliminar la exigencia de trabajo obligatorio que penaliza a quienes no pueden cumplir debido a enfermedad o crisis económica.
- Fortalecer los intercambios de seguros de la Ley de Cuidado Asequible (ACA) para facilitar el acceso a coberturas individuales.
Sin estas correcciones, millones descenderán a las sombras de un sistema de salud quebrado, donde la pobreza puede traducirse en una condena a muerte.
Un futuro pendiente de decisiones
La discusión sobre el sistema de salud dejará de ser un tema técnico si se convierte en una tragedia visible. Hoy en día, el debate no es entre “libertad” y “gasto público”, sino entre multitudes que podrán vivir y decenas de miles que podrían morir.
Como dijo el propio Harper desde su camión: “Puedo arreglármelas, pero el sistema se hará insostenible para otros como yo. Algunos no van a sobrevivir esta reforma”.