Guerra de drones: el conflicto entre Ucrania y Rusia entra en una nueva fase aérea

Ataques recíprocos con drones dejan muertos y heridos en ambos países mientras aumentan las tensiones diplomáticas

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En lo que parece una escalada sin precedentes en el ya devastador conflicto entre Rusia y Ucrania, el uso de drones está marcando un antes y un después en el teatro de operaciones. En la madrugada del sábado, ataques recíprocos con drones causaron al menos tres muertes en Rusia y 11 heridos en Ucrania, demostrando cómo la guerra aérea no tripulada está redefiniendo las reglas del combate moderno.

Una noche de fuego cruzado por enjambres de drones

Según el Ministerio de Defensa ruso, 112 drones fueron interceptados o destruidos en ataques ucranianos dirigidos a ocho regiones rusas y la península de Crimea. En la región de Rostov, fronteriza con Ucrania, un dron impactó matando a una persona. Otros ataques causaron víctimas mortales en las regiones de Penza y Samara, con una mujer fallecida y dos heridos en el primer caso, y un incendio por restos de dron que cobró la vida de una persona mayor en el segundo.

En respuesta, Rusia lanzó 53 drones y señuelos a territorio ucraniano. La fuerza aérea ucraniana aseguró haber derribado o interferido exitosamente 45 de ellos. Aun así, la región de Járkiv sufrió un bombardeo nocturno con drones que dejó 11 heridos, según reportó el gobernador Oleh Syniehubov.

Kyiv de luto: la jornada más sangrienta del año

Estos eventos se producen apenas después de una jornada de luto nacional en Kyiv por lo que ha sido el ataque más mortal en más de un año. El viernes, una combinación de misiles y drones rusos mató a 31 personas, incluidos cinco niños, e hirió a más de 150 civiles. Las imágenes difundidas en redes sociales y medios de comunicación mostraban edificios residenciales derrumbados y ciudadanos desesperados buscando sobrevivientes entre los escombros.

“Es como vivir en 1943, pero con WiFi”, dijo Olena Kravchenko, residente de Kyiv entrevistada por medios locales. “¿Cómo se puede vivir con normalidad cuando el cielo puede caer sobre ti en cualquier momento?”.

La guerra tecnológica: drones como protagonistas

Más allá de los daños humanos, los drones están reconfigurando las estrategias militares en este conflicto. Tanto Ucrania como Rusia han invertido fuertemente en la fabricación y adquisición de drones para reconocimiento, ataque y guerra electrónica.

Desde el uso de drones comerciales adaptados para lanzar explosivos hasta unidades militares sofisticadas como el Bayraktar TB2 turco, el conflicto muestra una nueva cara de la guerra moderna: barata, eficiente y autónoma. De acuerdo con un informe del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, Ucrania podría estar desplegando hasta 10.000 drones al mes en diversas funciones.

Reacción internacional: diplomacia bajo fuego

Mientras la batalla se convierte en una guerra electrónica y tecnológica, también se intensifican las presiones políticas. Recientemente, el expresidente de EE. UU., Donald Trump, impuso una fecha límite al presidente ruso Vladímir Putin: el 8 de agosto deberá haber avances hacia un cese al fuego, o podrían venir nuevas sanciones económicas. Trump designó al enviado especial Steve Witkoff para liderar las negociaciones en Moscú.

“La paciencia de Occidente se está agotando”, afirmó una fuente cercana a la Casa Blanca al medio Politico. “Y con la guerra digital descontrolada, las consecuencias pueden ser impredecibles”.

El nuevo reino del terror aéreo

La diferencia clave con las guerras del pasado reside en la impredecibilidad y omnipresencia de los drones. A diferencia de misiles o bombas tradicionales, los drones tienen la capacidad de lo que muchos expertos llaman “ataque de enjambre”: múltiples unidades que se desplazan de manera coordinada para intensificar la amenaza.

Estos ataques generan no solo destrucción física sino también terror psicológico. El constante zumbido de los drones en las ciudades fronterizas ha llevado incluso a instalar sistemas antiaéreos improvisados sobre los tejados de edificios residenciales en lugares como Dnipro y Belgorod.

Costes humanos y económicos

El impacto de esta guerra aérea también se refleja en cifras. Se estima que cada dron de ataque puede costar desde $5.000 hasta $150.000 dólares, dependiendo de su tecnología y carga útil. Si bien las pérdidas humanas acaparan la atención internacional, las pérdidas económicas de ambos bandos son también colosales.

Por su parte, la ONU estima que la infraestructura civil destruida en Ucrania por ataques aéreos supera ya los $100.000 millones de dólares. Las ciudades más afectadas incluyen Mariúpol, Járkiv y Bajmut.

¿Un conflicto sin final a la vista?

Con la paz aún lejana y los avances diplomáticos estancados, lo único claro es que la guerra entre Rusia y Ucrania ha entrado en una nueva era. Lo que empezó como una invasión terrestre en febrero de 2022, hoy se ha convertido en un conflicto tridimensional, librado en tierra, aire y en el dominio cibernético.

Las bajas civiles, el uso cada vez mayor de drones, los ataques a infraestructuras críticas y el endurecimiento de las sanciones internacionales dibujan un escenario que pone en jaque no solo la estabilidad europea, sino también la gobernanza global. Las lecciones de esta guerra probablemente definirán la forma de los conflictos del siglo XXI.

Y mientras los líderes del mundo discuten fechas y condiciones de paz, para millones de personas en ambos países, el cielo seguirá siendo una fuente de preocupación más que de esperanza.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press