Música, migración y resistencia: la historia de un músico detenido que resuena en toda una comunidad

La detención de Rami Othmane, un músico tunecino en Los Ángeles, desata protestas, movilizaciones artísticas y un profundo debate sobre los abusos en las políticas migratorias estadounidenses.

Un arresto que sacudió algo más que una familia

En medio del intenso clima migratorio que vive Estados Unidos, la historia de Rami Othmane ha capturado la atención de activistas, músicos y defensores de derechos humanos. Othmane, un reconocido cantante de música clásica árabe y esposo de la doctora estadounidense Wafaa Alrashid, fue detenido por agentes de inmigración en Los Ángeles pese a estar casado con una ciudadana estadounidense y tener una solicitud activa de green card.

Othmane, originario de Túnez, había construido una vida en EE.UU. desde 2015. Fue precisamente su compromiso por integrarse cultural y artísticamente el que lo hizo una figura querida en las comunidades del sur de California. Su arresto, sin embargo, refleja una política de inmigración que no solo apunta a quienes carecen de documentación, sino también a personas legalmente establecidas.

Raids migratorios y una comunidad paralizada por el temor

Desde el endurecimiento de las políticas migratorias bajo el gobierno de Donald Trump, cientos de personas han sido arrestadas en redadas llevadas a cabo por ICE (Immigration and Customs Enforcement) en comercios, calles, estaciones de autobuses e incluso afuera de tribunales. Estas acciones no han discriminado entre personas sin papeles, residentes legales ni ciudadanos.

La jueza federal Maame E. Frimpong lo resumió rotundamente al emitir una orden de restricción en julio de este año, donde argumentó que existía una "montaña de evidencia" de que estas redadas violaban los derechos constitucionales de los afectados, muchos de los cuales eran detenidos solo por su apariencia, idioma o lugar de trabajo.

Una decisión avalada recientemente por una corte federal de apelaciones ratificó lo decidido por Frimpong, lo cual representa una victoria simbólica en una batalla más amplia por los derechos civiles de las comunidades inmigrantes en EE.UU.

¿Qué significa ser migrante con un caso pendiente?

El caso de Othmane plantea importantes dudas sobre el trato que reciben las personas con solicitudes en curso con el sistema de inmigración. A pesar de tener su caso abierto desde su matrimonio en marzo de 2025 con la doctora Alrashid, y de haber recibido en 2020 la anulación de una orden de deportación, Othmane fue detenido como si no hubiese ningún historial legal a su favor.

Fue conducido a una instalación de ICE en Los Ángeles y luego trasladado a un centro de detención en Arizona, donde fue presuntamente confinado en condiciones inhumanas: habitaciones extremadamente frías, sin camas ni artículos de higiene básica, y baños abiertos dentro del mismo espacio.

“Fue el peor día de mi vida”, señala Alrashid, quien presenció la detención vía FaceTime y luego siguió el auto de los agentes hasta perderlo de vista. El trauma no termina ahí, ya que a los pocos días supo que su esposo tenía la pierna izquierda hinchada, lo que indicaba posibles problemas de salud no atendidos en detención.

Cuando la música se convierte en resistencia

La respuesta de la comunidad artística fue inmediata. Amigos, colegas y activistas acudieron a las afueras del centro de detención con una poderosa herramienta: la música.

Grupos como Los Jornaleros del Norte y otros músicos de la escena árabe-californiana interpretaron piezas frente al edificio, buscando no solo levantar la moral de quienes estaban detenidos, sino convertir el arte en protesta.

“En la cultura latinoamericana, la serenata es un acto de amor y compasión. Pero en este momento, llevar música a personas en cautiverio también es un acto de resistencia”, dijo Pablo Alvarado, codirector de la Red Nacional de Jornaleros.

Othmane no fue olvidado. Antes de su traslado a Arizona, compañeros detenidos recibieron de él pequeños gestos de bondad: cedió una prenda que le dio su esposa a un compañero, y construyó una barrera de privacidad con bolsas de basura alrededor del baño.

Una ciudad en vilo, una comunidad movilizada

Los Ángeles ha sido escenario de múltiples tensiones migratorias. Con una población latina que roza el 50%, los perfiles raciales y lingüísticos se han convertido en herramientas injustas para justificar detenciones. Incluso ciudadanos como Brian Gavidia fueron arrestados solo por estar en una zona “sospechosa” o hablar español con acento. Gavidia, captado en video gritaba: “¡Nací aquí!” mientras era reducido por agentes federales.

El fallo judicial de julio vino acompañado por frases severas sobre el uso irresponsable de características como el idioma o la ocupación como criterios para justificar una detención. “Esos factores crean un perfil demasiado amplio en un lugar como LA. No permiten distinguir entre personas documentadas e indocumentadas”, dijo la jueza Jennifer Sung, del panel de apelaciones.

El efecto dominó en el sistema de salud

El impacto no se limita a quienes son directamente arrestados. La doctora Alrashid también reportó ver, como trabajadora de salud, cómo muchos de sus pacientes latinos dejaron de acudir a sus citas médicas por temor a ser capturados. La salud pública se ve comprometida cuando el miedo interfiere en necesidades esenciales como el tratamiento de enfermedades crónicas o el control prenatal.

“Es devastador. Estamos hablando de personas que prefieren arriesgar su salud antes que exponerse en público”, explicó.

¿Y ahora qué?: batallas legales e incertidumbre

El caso de Othmane seguirá su curso legal. Tras una audiencia preliminar, se confirmó su estatus migratorio. En los próximos días se celebrará una audiencia sobre su fianza. Alrashid, mientras tanto, permanece pendiente del teléfono esperando cada llamada de su esposo, cuyo bienestar continúa siendo incierto.

“Solo quiero tenerlo en casa, que pueda seguir tocando su música, que podamos seguir adelante”, dijo entre lágrimas. La comunidad que lo apoya también espera justicia: no solo para él, sino para quienes han sido blanco de un sistema que, en lugar de protegerlos, los ha criminalizado sin fundamentos.

Un símbolo de una lucha más grande

Este caso ha adquirido relevancia no solo por la figura de Othmane, sino por lo que representa. Es el reflejo de una América diversa y multicultural que enfrenta tensiones internas por su propia identidad. Es el testimonio de cómo la burocracia puede transgredir los derechos más básicos cuando se deshumaniza a quienes solo buscan un lugar donde crecer, sanar y, como Othmane, simplemente cantar.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press