Ricky Pearsall: Renacer tras una bala y la gran oportunidad de brillar en los 49ers
El receptor novato supera una impactante lesión y se perfila como pieza clave en el ataque de San Francisco
Una pretemporada truncada y una herida de bala
La historia de Ricky Pearsall en su primer año con los San Francisco 49ers es una mezcla de tragedia, dolor, superación y esperanza. Escogido en la primera ronda del Draft de la NFL, Pearsall tenía expectativas ilimitadas. Sin embargo, una serie de lesiones menores en el campo y, lo más dramático, un impacto de bala en el pecho durante un intento de asalto una semana antes del inicio de la temporada, pusieron su carrera en pausa antes siquiera de comenzar.
“Prácticamente me desperté y empecé a correr rutas”, confesó Pearsall al describir su apresurado regreso a los entrenamientos tras su recuperación. “Eso para mí fue el campo de entrenamiento”.
Vuelta al campo y primeras señales de vida
Contra todo pronóstico, el receptor de 23 años logró volver al emparrillado en la Semana 7 de la NFL. En tan solo su tercer partido desde el retorno, protagonizó una recepción de touchdown de 46 yardas frente a los Tampa Bay Buccaneers, demostrando que el talento seguía intacto.
No obstante, la adaptación completa a la compleja ofensiva de Kyle Shanahan le llevó más tiempo. Durante cinco partidos consecutivos apenas atrapó dos pases. Su química con el mariscal de campo Brock Purdy no estaba calibrada aún.
“Hubo momentos donde él estaba abierto, pero en la línea de tiempo de la jugada, necesitábamos que eso ocurriera más rápido”, explicó Purdy. “Pero hacia el final de la temporada ya lo veías jugando realmente dentro de nuestro sistema”.
Explosión en los últimos partidos
La paciencia tuvo su recompensa. En las dos últimas jornadas de la temporada regular, Pearsall acumuló 14 recepciones, 210 yardas y dos anotaciones. Más que simples estadísticas, fueron una muestra del potencial que tanto esperaban los 49ers.
No fue una simple casualidad. Para un equipo que terminó con un récord decepcionante de 6-11 y fuera de los playoffs, la irrupción de Pearsall fue uno de los pocos rayos de optimismo.
Un nuevo rol protagónico para 2025
La salida de Deebo Samuel rumbo a Washington y la recuperación prolongada de Brandon Aiyuk tras una cirugía de rodilla han colocado a Pearsall en el foco de la ofensiva aérea del equipo.
Demarcus Robinson, fichaje de la agencia libre, enfrenta suspensión por DUI. Jauan Jennings, el líder en recepciones del año pasado, está lidiando con una lesión en la pantorrilla. Por lo tanto, Pearsall emerge como la figura más confiable del cuerpo de receptores en este inicio de temporada.
“Estoy abordando esta temporada del mismo modo, estén esos tipos o no en el vestuario. Siempre me veo como un jugador capaz de salir y hacer jugadas. Esa es la imagen que tengo de mí mismo”, declaró Pearsall en plena concentración de pretemporada.
El trauma invisible: la salud mental tras el tiroteo
Once meses después del intento de asesinato, Pearsall reconoce que aún lucha con las secuelas psicológicas del incidente. Aunque ya está recuperado físicamente, las noches son largas.
“Revisito ese momento cada vez que me voy a dormir”, confiesa. “Ahora no trato tanto de evitarlo, sino de colocarle una luz positiva, usarlo para inspirar a otros”.
Su deseo ahora es conversar algún día con el joven de 17 años acusado del disparo. Esa posibilidad sigue latente, pero por ahora su prioridad está en reencontrarse con quien era antes de ese fatídico día.
Un talento probado desde la universidad
Pearsall no es ajeno al alto rendimiento. En la Universidad de Florida, fue uno de los mejores receptores del país en 2023. Finalizó su última campaña colegial con:
- 65 recepciones
- 983 yardas
- 7 touchdowns
Estas cifras, sumadas a su habilidad para ganar yardas tras la recepción y su capacidad atlética, lo convirtieron en una apuesta interesante durante el Draft. Cuando los 49ers lo seleccionaron como la 29ª selección global, muchos lo compararon con Cooper Kupp, estrella de los Rams.
¿Puede ser el nuevo WR1 de los 49ers?
En un contexto ofensivo como el de San Francisco —donde el sistema y los esquemas pueden eclipsar individualidades— destacar no es sencillo. Pero Pearsall está demostrando en el campamento de entrenamiento de 2025 que puede ser un líder en recepciones, rutas profundas y jugadas claves en zona roja.
“Es nuestro mejor receptor en el campamento desde que regresó”, afirma uno de los entrenadores asistentes, que ha quedado impresionado por su explosividad.
Y aunque aún es joven, Pearsall ya muestra la madurez emocional que otros veteranos tardan años en alcanzar. Con una voz calmada, casi filosófica, analiza su lugar en el equipo y lo que representa.
“No se trata de ser… el mejor. Se trata de cómo puedo contribuir. Y si ese aporte termina siendo ser el mejor, fantástico. Pero por ahora, solo quiero hacer mi parte y seguir adelante”.
El futuro inmediato
El calendario de la NFL no espera por nadie. El primer partido de los 49ers está a la vuelta de la esquina y, salvo sorpresas, Ricky Pearsall estará en el campo como receptor titular. Una vez más, irá a la guerra no solo como atleta, sino como sobreviviente. Como alguien que ya enfrentó la muerte y eligió volver. Y ahora, más que nunca, está listo para vivir.
Como dijo el legendario Bill Parcells: “Tú eres lo que tu récord dice que eres, pero los valientes pueden reescribir esa historia”.
Con Ricky Pearsall, los 49ers tienen una historia digna de contar. Y quizá, un nuevo ídolo en formación.