El arte en resistencia: la voz de las mujeres iraníes en el museo de Teherán
La exposición 'In Women’s Words' reúne obras de artistas iraníes contemporáneas en un país donde la libertad de expresión femenina es un acto de valentía
En el corazón de Teherán, entre los muros del Museo de Arte Contemporáneo, se celebra un acto de resistencia silenciosa, pero poderosa: una exposición titulada “In Women’s Words” (En palabras de mujeres), dedicada exclusivamente al arte de mujeres iraníes contemporáneas.
Esta muestra, que se inauguró en agosto de 2025, no solo visibiliza a artistas nacionales cuya obra muchas veces ha sido relegada a espacios periféricos, sino que también representa una declaración de identidad y perseverancia en un contexto político y social restrictivo para las mujeres en Irán.
Una reivindicación a través del arte
Durante décadas, las mujeres iraníes han sido protagonistas de luchas sociales, pero también víctimas de censura sistemática. En este sentido, el arte se levanta como una forma alternativa de protesta y expresión. La exposición “In Women’s Words” se plantea como una plataforma crítica que refleja emociones, conflictos y experiencias personales, pero también colectivos.
En las paredes del museo cuelgan pinturas, instalaciones, fotografías y obras gráficas de diversas generaciones de artistas. No solo se destacan por su calidad técnica, sino también por el peso simbólico de sus temas: identidad, religión, cuerpo femenino, control estatal y resiliencia.
Una historia de silencios y rupturas
Desde la Revolución Islámica de 1979, las mujeres en Irán han visto restringidos múltiples derechos, desde la imposición del hijab hasta limitaciones en el ámbito laboral y educativo. Las artes no escaparon de esta vigilancia: las representaciones explícitas del cuerpo femenino fueron censuradas, y las artistas fueron empujadas a trabajar en la marginalidad o al exilio.
Sin embargo, muchas mujeres encontraron formas creativas de resistir. Artistas como Shirin Neshat, exiliada en Estados Unidos, se transformaron en íconos del arte político feminista persa. Neshat, por ejemplo, ha utilizado la fotografía y el videoarte para abordar la represión femenina, jugando con la iconografía islámica en sus obras.
Dentro de Irán, artistas como Monir Shahroudy Farmanfarmaian (1922-2019) lograron cierto reconocimiento local e internacional. Su trabajo, que combina el arte geométrico islámico con la abstracción occidental, simboliza el mestizaje de culturas y la lucha por trascender las fronteras impuestas a las mujeres.
¿Qué significa exponer en Teherán bajo el gobierno iraní?
El hecho de que el Museo de Arte Contemporáneo de Teherán haya albergado esta exposición es un hecho notable por diversas razones. Fundado en 1977, el museo contiene una de las colecciones de arte moderno occidental más importantes fuera de Europa y Norteamérica, con obras de Van Gogh, Warhol, Kandinsky y Rothko. Tras la revolución, muchas de estas piezas fueron ocultadas por considerarse “decadentes” o “anti-islámicas”.
En este contexto, abrir las salas del museo a una exhibición centrada en el arte femenino actual supone una apertura simbólica. No obstante, también implica complejas negociaciones políticas: muchas de las obras exhibidas deben pasar rigurosos filtros de censura, lo que obliga a las artistas a experimentar con metáforas, simbolismos y lenguajes visuales alternativos.
El lenguaje visual como herramienta de libertad
Una característica común de las piezas en “In Women’s Words” es su capacidad de bordear la censura sin renunciar a su Mensaje. Por ejemplo, obras que tratan el cuerpo femenino lo hacen a través de formas abstractas, o presentando los contornos del cuerpo mediante sombras y velos que ocultan, pero también revelan.
Otras piezas utilizan elementos del folclore persa o la caligrafía islámica para expresar alegorías sobre vigilancia, maternidad impuesta o libertad interior. Se observa también una fuerte influencia del arte conceptual, el minimalismo y el feminismo de segunda y tercera ola, articulados desde una mirada profundamente local.
Presencias destacadas y generaciones emergentes
La exposición cuenta con obras de veteranas como Ghazaleh Hedayat, conocida por explorar la relación entre espacio arquitectónico y entorno emocional, y de nuevas voces como Sara Rahbar, cuyo trabajo con banderas y textiles cuestiona las nociones de nación, género y pertenencia.
Rahbar, nacida en Teherán pero criada en Nueva York, ha dicho: “Crecí entre fronteras y entre guerras, mis obras reflejan esa fragmentación interna, esa lucha por armar una identidad cuando todas te son negadas en algún grado.”
El público, entre la curiosidad y la esperanza
Las imágenes muestran a mujeres, niñas, familias completas recorriendo la muestra con atención y emoción. Algunas empujan coches para bebé; otras se detienen largos minutos frente a una misma pieza. Esto revela no solo la sed de arte en Irán, sino también el deseo de reencontrarse con una narrativa femenina ausente o silenciada.
En palabras de una visitante anónima recogidas por medios locales iraníes: “Nos hemos acostumbrado a oír la historia contada por otros. Esta exposición nos recuerda que también tenemos palabras propias.”
Inevitable contraste: ¿progreso o estrategia política?
Muchos analistas ven esta exposición como parte de una estrategia más amplia del gobierno iraní para mostrar una imagen “moderada” al exterior, especialmente ante las crecientes críticas internacionales sobre el trato a las mujeres en el país tras la muerte de Mahsa Amini en 2022, que generó protestas masivas.
Desde entonces, la represión de activistas feministas y la vigilancia sobre las redes sociales se ha intensificado. La paradoja es evidente: mientras se promueve una exposición de arte femenino en un museo estatal, al mismo tiempo aumentan las detenciones de mujeres que protestan contra la obligatoriedad del velo o por mayores libertades civiles.
El poder de lo visual frente a la censura
Aún así, el arte ofrece una vía de escape o, al menos, de alivio simbólico. Como han señalado algunas historiadoras del arte medio-oriental como Hamid Naficy y Nikki Keddie, “el arte persa, desde tiempos antiguos, siempre ha sabido esquivar la censura sin perder su filo ni su poesía”.
Lo que vemos en “In Women’s Words” no es solo una colección de obras estéticas, sino un ejercicio de disidencia latente, de conversación entre generaciones de mujeres, de grito envuelto en color y tela.
Un futuro con matices
El rostro del arte femenino iraní contemporáneo es múltiple, contradictorio y profundamente resiliente. Exhibiciones como esta abren ventanas hacia el interior de una nación donde las mujeres siguen luchando con una mezcla de sutileza, fuerza y creatividad.
Aunque el futuro del feminismo iraní está plagado de desafíos, eventos como esta exposición permiten imaginar un país donde la creatividad y la libertad no estén peleadas con el género. O al menos, donde la voz de las mujeres siga escuchándose, desde los museos, desde las galerías... desde sus propias palabras.