El susurro divino de las manos: fe, comunidad e inclusión en la iglesia para personas sordas en Lagos
La Christian Mission for the Deaf ofrece un refugio espiritual y social para la comunidad sorda en Nigeria, desafiando prejuicios culturales y legales con el poder del lenguaje de señas.
Lagos, Nigeria, una ciudad vibrante y caótica con más de 20 millones de habitantes, alberga una iglesia silenciosa, pero no por falta de fe o pasión. En un suburbio de clase media llamado Somolu, cada domingo se reúnen entre 50 y 60 fieles para adorar no con palabras pronunciadas, sino con manos que bailan en el aire. Esta es la Christian Mission for the Deaf (CMD), un templo que comunica amor, fe y esperanza a través del lenguaje de señas.
Un púlpito sin voz pero con alma
En lugar de coros estruendosos y sermones a viva voz, aquí las vibraciones de los tambores son las señales para iniciar una oración colectiva, y un simple movimiento de manos puede significar "Aleluya" o "Jesús Salva". Esta iglesia ha cambiado vidas, como la de Imoh Udoka, quien, tras perder la audición a los 9 años por meningitis, también perdió conexión con su fe.
"Aquí tenemos acceso a adorar a Dios en nuestro lenguaje", dice con orgullo Udoka, maestro de lengua de señas y miembro desde hace 36 años.
La importancia de un espacio seguro e inclusivo
A diferencia de la mayoría de las iglesias en Nigeria —país donde 10 millones de personas tienen discapacidades auditivas, según la Federación Mundial de Sordos—, la CMD ofrece inclusividad plena. En una nación donde las discapacidades todavía conllevan estigmas profundamente enraizados en creencias tradicionales (como la idea de que una discapacidad es un castigo divino), esta iglesia es una rareza, e incluso un acto de resistencia cultural.
Para personas como Remi Akinrenmi, otro pastor de la iglesia, el objetivo es claro: comunidad y conexión. "Antes no existía comunidad alguna. Cuando empezó la iglesia, dijimos: 'Oh, tú eres sordo, yo también. Ahora estamos juntos'".
Dios entiende todos los idiomas… incluso el de señas
Uno de los pilares fundamentales de la espiritualidad que se promueve en la CMD es que la experiencia divina no se limita al lenguaje oral. Como subraya Akinrenmi: "Dios nos entiende también con nuestras manos".
El uso de la lengua de señas en este entorno no solo forma parte de la adoración; es el eje de una comunidad donde la conexión va más allá de la religión. Muchos asistentes viajan desde partes más alejadas de Lagos solo para sentir esa seguridad y pertenencia que solo aquí encuentran.
Más que fe: educación y transformación social
La CMD no solo ofrece servicios religiosos, sino también programas de enseñanza de lengua de señas que están abiertos tanto para sordos como oyentes. Una iniciativa notable es la participación de hijos e hijas oyentes de miembros sordos en estas clases, lo cual fortalece la comunicación familiar y rompe el aislamiento.
"Este espacio nos permite vivir una vida más plena dentro y fuera de la iglesia", declara Oluwakemi Oluwatoke-Ogunjirin, trabajadora gubernamental que, luego de años asistiendo a iglesias convencionales donde era invisibilizada, encontró en CMD un hogar espiritual y emocional.
Un legado desde 1956: raíces, resistencia e impacto
La Christian Mission for Deaf Africans se fundó en 1956, cuando Nigeria aún era colonia británica. Desde su inicio, su propósito fue evangelizar y educar a la población sorda ante un entorno casi totalmente hostil a la inclusión. No fue, sin embargo, hasta décadas después que la iglesia consiguió establecer sus bases en Lagos con instalaciones propias y personal formado desde dentro de la comunidad.
Hoy, la CMD no solo celebra su existencia, sino que expande su impacto a través de programas de evangelismo en comunidades sordas y alianzas con otras iglesias inclusivas en el sur de Nigeria.
Discriminación y desafíos: una infraestructura olvidada
A pesar del avance representado por iglesias como la CMD, Nigeria queda muy por atrás en comparación con otras naciones en cuanto a accesibilidad legal y estructural hacia personas con discapacidades. La Ley Nacional sobre Personas con Discapacidades, aprobada en 2019, aún no se aplica de manera efectiva, lo que deja a miles de personas sin posibilidades de educación, empleo o servicios básicos accesibles.
Treasures Uchegbu, fundadora del colectivo Speaking Fingers, advierte que muchos sordos enfrentan discriminación sistémica: "Un espacio exclusivo como esta iglesia les brinda un santuario donde pueden comunicarse y sentirse acogidos, lejos del estigma al que se enfrentan diariamente".
Educación como herramienta de empoderamiento
La CMD promueve el aprendizaje de lengua de señas como instrumento clave de empoderamiento y justicia social. Desde hablar con una autoridad hasta encontrar un empleo digno, el conocimiento de esta lengua cambia vidas. Muchos miembros son ahora capacitadores certificados, y la iglesia ofrece asistencia a aquellos que buscan mejorar su calidad de vida.
"Los sordos no necesitan lástima, sino herramientas", destaca Akinrenmi.
Rompimiento del aislamiento: una comunidad en crecimiento
Al contrario de la percepción común, las personas sordas no desean vivir aisladas. Simplemente desean ser parte de conversaciones, decisiones y vidas. La CMD actúa como epicentro de esta integración, fomentando amistades, matrimonios y colaboraciones que extienden su influencia mucho más allá de los muros del templo.
La iglesia, además de ser punto de encuentro espiritual, organiza celebraciones, bodas, talleres ocupacionales y encuentros deportivos, creando un ecosistema vivo y diverso dentro de la comunidad sorda.
La revolución silenciosa desde las bancas
Mientras el Nigeria moderno lucha por adaptarse a los estándares internacionales de inclusión, la Christian Mission for the Deaf sigue siendo una luz silenciosa pero intensa que demuestra que la inclusión no solo es posible, sino transformadora.
El lenguaje de señas se convierte aquí no en un “plan B”, sino en el idioma de Dios, de la fe y del amor incondicional. Como bien dijo Udoka: "La lengua de señas no solo cambia nuestras vidas, sino que nos conecta con lo divino".
Datos que debes saber
- Se estima que menos del 1% de las iglesias en Nigeria ofrecen servicios inclusivos para personas sordas.
- La CMD ha mantenido programas regulares desde 1956.
- En Nigeria habitan más de 220 millones de personas, de las cuales se calcula que al menos 10 millones conviven con una discapacidad auditiva.
- La lengua de señas en Nigeria varía regionalmente, y programas como los de la CMD ayudan a homogeneizar y profesionalizar estos dialectos para un uso más amplio.
Hoy, más que nunca, el valor de una comunidad que escucha con las manos y habla con el corazón nos recuerda que la inclusión es una forma superior de espiritualidad, dignidad y progreso social.