Golpes bajos y sospechas: ¿vuelven los fantasmas del robo de señas a los Astros?
Héctor Neris y una provocación a los Red Sox que revive viejos escándalos en MLB
Una chispa que incendió el diamante
Boston fue testigo de un momento incómodo y cargado de tensión el pasado sábado entre los Houston Astros y los Boston Red Sox. El protagonista del chispazo fue el relevista dominicano Héctor Neris, quien protagonizó un gesto agresivo que provocó que los bancos se vaciaran, los bullpens ingresaran al campo y las alarmas sobre el comportamiento deportivo volvieran a sonar.
El incidente ocurrió en la séptima entrada de la derrota 7-3 de los Astros. Después de conceder un doble con dos outs a Trevor Story, Neris cometió un balk —una violación de las reglas que permite avanzar al corredor—, enviando a Story a tercera base. Tras lograr el último out, el lanzador se dirigió al dugout mientras intercambiaba palabras con el coach de tercera base de Boston, Kyle Hudson, lo que desató la confrontación entre ambos equipos.
¿Solo una broma? ¿O algo más serio?
“Nada. Es parte del juego, algo chistoso”, dijo Neris con una sonrisa cuando fue preguntado por los medios posteriormente sobre qué originó el caos.
Unas palabras ambiguas, pero que no ayudaron a calmar las aguas. Cuando se le preguntó si pensaba que los Red Sox estaban robando señales, respondió: “Quizás sí, quizás no”. Una frase cargada de suspenso, considerando el pasado reciente de los Astros.
El infame escándalo del 2017 persigue a los Astros
Es imposible desligar cualquier sospecha de robo de señas de los Astros sin volver al turbio capítulo del escándalo de 2017. En ese año, Houston fue encontrado culpable por usar tecnología para robar señales y ayudar a sus bateadores a anticipar los lanzamientos rivales. El caso estremeció al béisbol profesional y derivó en sanciones a jugadores, directivos y entrenadores.
Uno de los implicados era el entonces coach de banca de los Astros: Alex Cora. El actual manager de los Red Sox dejó su cargo en Boston en enero de 2020 tras la investigación de MLB y cumplió con una suspensión de un año. Fue recontratado en noviembre de ese mismo año, evidenciando la complejidad ética en torno a las sanciones y el perdón en la MLB.
Volver a una situación donde el robo de señales aparece aunque sea en forma de sospecha, reaviva heridas sin cerrar ni olvidar.
¿Qué es un balk y por qué es importante aquí?
Para comprender la magnitud del asunto, es necesario explicar qué es un balk. En béisbol, un balk ocurre cuando el lanzador realiza un movimiento ilegal en el montículo tratando de engañar al corredor u oculta sus intenciones de lanzar.
El castigo: los corredores avanzan automáticamente una base.
En este caso, Neris justificó su acción diciendo que era parte de su estrategia para concentrarse y manejar la situación. Sin embargo, su frase “eso es lo que sentí en ese momento” abre la puerta a interpretaciones peligrosas: ¿Fue una reacción emocional? ¿Intencionada provocación? ¿Una manera de poner presión al equipo rival?
PitchCom y los nuevos tiempos del béisbol
Debemos tener en cuenta que desde 2022, MLB introdujo el uso de PitchCom, un sistema tecnológico que permite a los receptores y lanzadores comunicarse electrónicamente y de manera codificada. Esto, supuestamente, iba a reducir la probabilidad de que equipos o corredores robasen señales.
No obstante, como recordó Alex Cora off the record: un corredor en segunda todavía puede leer la posición del receptor para identificar la ubicación del lanzamiento. Es decir, sigue habiendo espacio para la picardía beisbolera —legal, aunque indeseada—, gracias a la vista aguda y la experiencia de los jugadores.
Una rivalidad con antecedentes y pasiones cruzadas
El nuevo encontronazo entre Astros y Red Sox no puede analizarse sin entender sus historias compartidas y los choques pasados. Desde 2017, Houston ha sido un blanco constante de sospechas y animadversión entre fanáticos de otros equipos. Boston, como protagonista indirecto de aquel escándalo por la implicancia de Cora, pone más leña al fuego.
En este contexto, cualquier gesto, mirada, palabra o acciones atípicas generan un hervidero en el campo. Los jugadores no olvidan, los técnicos tampoco. Y los fanáticos... mucho menos.
¿Una disculpa o una provocación planeada?
En el béisbol, donde muchos códigos no están escritos, lo que dijo o hizo Neris podría entenderse de muchas formas. ¿Fue una forma de defender a su equipo ante una posible trampa rival? ¿O una provocación totalmente innecesaria que evidencia la fragilidad del ambiente cuando juegas contra Boston?
Joe Espada, el manager de los Astros, lo resumió sin mucho detalle: “Voy a preguntarle a Neris, la verdad no sé qué palabras se dijeron”. La falta de claridad solo alimenta el morbo mediático.
El legado del escándalo de los Astros sigue sin resolverse
Más allá del incidente puntual, lo ocurrido revive una conversación más amplia: ¿se ha perdonado realmente a los Astros? ¿Qué pasa cuando los jugadores, managers y equipos involucrados en uno de los mayores fraudes del béisbol moderno siguen dentro del juego, como si nada hubiera pasado?
Aunque MLB haya cerrado técnicamente el caso, la reacción de otros equipos muestra que el resentimiento sigue vivo. Y mientras haya jugadores como Neris reaccionando con sospechas frente a actitudes dudosas, sabremos que la cicatriz no ha sanado.
Lo que está en juego más allá del juego
Este tipo de choques no solo afecta la dinámica dentro del campo, sino el modo en que el público percibe a las franquicias. Los Astros siguen siendo recibidos con hostilidad en muchos estadios. Las redes sociales estallan cada vez que hay un partido tenso con ellos de por medio. En el fondo, la cuestión va más allá del deporte: se trata de ética, respeto y justicia.
Mientras las reglas del béisbol intentan avanzar hacia un juego más limpio, los comportamientos humanos siguen demostrando que en el diamante, lo que fue, aún pesa.
¿Qué se puede esperar del resto de la temporada?
El camino hacia la postemporada será largo para los Astros (especialmente con la presión extra que acarrean), pero incidentes como el del sábado ofrecen un recordatorio claro: todos los ojos están sobre ellos. Y cualquier gesto —por más "divertido" que digan que fue—, se multiplica y se analiza con lupa.
Para Boston, mantener el foco será clave. La veteranía de Cora puede actuar como estabilizador, pero también es un blanco constante para la opinión pública.
Lo que ocurra en los terrenos de juego podría resonar más allá de una simple victoria o derrota. Cada juego es una oportunidad de redención... o una nueva oportunidad para agitar un pasado que no se olvida.